Ah, amor, que coronas el amor
¡Ah, amor, que coronas el amor,
expatriado de las lianas dichosas,
desenredando las manecillas del
temperamento
que siempre apuntan, con fidelidad, al sur
gentil!
Buscas mi alma desde el retorcido norte,
ignorando el complejo hilo de Pascal,
y te aventuras en buscar tu delicado
orgullo.
Dalí, en su danza sobre lunas y vacíos,
navega entre picos de acero
y cielos pálidos, enfermizos. ¡Ay!
Eres la estela que ilumina el valle
sombrío,
con tus zapatos de truenos sonoros,
el que rechaza sin motivo
devorar los mundos deshelados
de sarcasmo, que agonizan fríamente entre
mis dedos.
Si la aurora fuese una traición en tu
omóplato,
recogería alfabetos suaves y estantes
punzantes
como el sol dibuja sombras en el
crepúsculo,
impidiendo que me alcance la luz esquiva de
la reserva.
Ah, love, that crowns
love
Ah, love, that crowns
love,
expatriate from
blissful lianas,
unraveling the hands
of temperament
that always point,
faithfully, to the gentle south!
You seek my soul from
the twisted north,
overlooking Pascal's
complex thread,
and venture to seek
your delicate pride.
Dalí, in his dance
over moons and voids,
sails among steel
peaks
and sickly, pallid
skies. Ah!
You are the trail that
lights up the shadowy valley,
with your shoes of
resonant thunders,
the one who refuses
without reason
to devour the unfrozen
worlds
of sarcasm, that
coldly agonize between my fingers.
If dawn were a
betrayal on your shoulder blade,
I would gather soft
alphabets and sharp shelves
as the sun sketches
shadows at twilight,
preventing the elusive
light of reserve from reaching me.
Ivette Mendoza Fajardo