Related image

martes, 30 de abril de 2024

Es la intriga de amor en fuerzas ignotas

 

Es la intriga de amor en fuerzas ignotas. ¡Huye, criterio ampuloso de dolor!
Ascienden los ángulos oscuros de su penitencia, como un afán feroz.
La pomposa magia ha regresado, como siempre, la más electrizante.
¿De qué se avienta singular lontananza al cuido de almas
la ritualidad postrera, la multipolar visión que usó y no se desgranó
el esencial oriente para recitar sus océanos y sus falcones,
la falsedad compulsiva, las composturas del silencio, las gredas naonatas,
la preventiva brújula de la noche, mis rencuentros con las sombras
de las gárgolas burlonas y sus ojos de zafiros, sus opacas pieles
militando entre los vivos y los muertos, el redoble del atardecer femoral,
la degustación parcial del sueño gemebundo?
¿No es acaso la vida una eterna búsqueda de respuestas no encontradas?
Visible o no, sentir despecho al miedo es la campana de mi despachurrado tiempo.
Ya el paso breve hacia la muerte se escucha en los astrales vergeles
desorbitados de conciencia. Recordando al macho cabrío, o los nacimientos
de las rosas más felices, intocadas por las impurezas de la palabra.
Cartujos con voces de alondras, los que los miran se oscurecen o brillan
a contraluz por los colores asimétricos del infinito, ese olor a sombraluz trae paz o
guerra desde nuestras internas galaxias.
El amor es la ansiedad de un Big Bang en el río Jordán de la espera,
en los túneles del tiempo y en la memoria fugaz en círculos de Dante,
el terror de no regresar a lo ya vivido, o ahogarse en la marea desconocida
de la muerte.
Es la perseverancia ancestral guiada por el instinto colectivo,
la balanza justiciera macroscópica o microscópica, un destello a la deriva,
como una idea que pasa breve, un susurro en un universo constelado de emociones.
 
 
It is the intrigue of love in unknown forces
 
It is the intrigue of love in unknown forces. Flee, pompous criterion of pain!
Dark angles of penance rise, like a fierce zeal.
The pompous magic has returned, as it is always the most electrifying.
From what does singular remoteness throw itself into the care of souls
the ultimate ritual, the multipolar vision that was used and not unraveled
the essential east to recite its oceans and its falcons,
the compulsive falsehood, the compostures of silence, the nascent clays,
the preventive compass of the night, my encounters with the shadows
of the mocking gargoyles and their sapphire eyes, their opaque skins
militating between the living and the dead, the drumroll of the femoral evening,
the partial tasting of the moaning dream?
Is not life perhaps an eternal quest for answers not found?
Visible or not, to feel scorn for fear is the bell of my shattered time.
Already the brief step towards death is heard in the astral orchards
dislocated from consciousness. Recalling the billy goat, or the births
of the happiest roses, untouched by the impurities of the word.
Carthusians with voices of larks, those who look at them darken or shine
against the light by the asymmetric colors of infinity, that scent of shadow light brings peace or
war from our internal galaxies.
Love is the anxiety of a Big Bang in the river Jordan of waiting,
in the tunnels of time and the fleeting memory in Dante's circles,
the terror of not returning to what has been lived, or drowning in the unknown tide
of death.
It is the ancestral perseverance guided by the collective instinct,
the justice balance macroscopic or microscopic, a flash adrift,
like an idea that passes briefly, a whisper in a universe constellated with emotions.
Ivette Mendoza Fajardo