Es la intriga de amor en fuerzas ignotas
Es la intriga de amor en fuerzas ignotas.
¡Huye, criterio ampuloso de dolor!
Ascienden los ángulos oscuros de su
penitencia, como un afán feroz.
La pomposa magia ha regresado, como
siempre, la más electrizante.
¿De qué se avienta singular lontananza al
cuido de almas
la ritualidad postrera, la multipolar
visión que usó y no se desgranó
el esencial oriente para recitar sus
océanos y sus falcones,
la falsedad compulsiva, las composturas del
silencio, las gredas naonatas,
la preventiva brújula de la noche, mis
rencuentros con las sombras
de las gárgolas burlonas y sus ojos de
zafiros, sus opacas pieles
militando entre los vivos y los muertos, el
redoble del atardecer femoral,
la degustación parcial del sueño gemebundo?
¿No es acaso la vida una eterna búsqueda de
respuestas no encontradas?
Visible o no, sentir despecho al miedo es
la campana de mi despachurrado tiempo.
Ya el paso breve hacia la muerte se escucha
en los astrales vergeles
desorbitados de conciencia. Recordando al
macho cabrío, o los nacimientos
de las rosas más felices, intocadas por las
impurezas de la palabra.
Cartujos con voces de alondras, los que los
miran se oscurecen o brillan
a contraluz por los colores asimétricos del
infinito, ese olor a sombraluz trae paz o
guerra desde nuestras internas galaxias.
El amor es la ansiedad de un Big Bang en el
río Jordán de la espera,
en los túneles del tiempo y en la memoria
fugaz en círculos de Dante,
el terror de no regresar a lo ya vivido, o
ahogarse en la marea desconocida
de la muerte.
Es la perseverancia ancestral guiada por el
instinto colectivo,
la balanza justiciera macroscópica o
microscópica, un destello a la deriva,
como una idea que pasa breve, un susurro en
un universo constelado de emociones.
It is the intrigue of
love in unknown forces
It is the intrigue of
love in unknown forces. Flee, pompous criterion of pain!
Dark angles of penance
rise, like a fierce zeal.
The pompous magic has
returned, as it is always the most electrifying.
From what does
singular remoteness throw itself into the care of souls
the ultimate ritual,
the multipolar vision that was used and not unraveled
the essential east to
recite its oceans and its falcons,
the compulsive
falsehood, the compostures of silence, the nascent clays,
the preventive compass
of the night, my encounters with the shadows
of the mocking
gargoyles and their sapphire eyes, their opaque skins
militating between the
living and the dead, the drumroll of the femoral evening,
the partial tasting of
the moaning dream?
Is not life perhaps an
eternal quest for answers not found?
Visible or not, to
feel scorn for fear is the bell of my shattered time.
Already the brief step
towards death is heard in the astral orchards
dislocated from
consciousness. Recalling the billy goat, or the births
of the happiest roses,
untouched by the impurities of the word.
Carthusians with
voices of larks, those who look at them darken or shine
against the light by
the asymmetric colors of infinity, that scent of shadow light brings peace or
war from our internal
galaxies.
Love is the anxiety of
a Big Bang in the river Jordan of waiting,
in the tunnels of time
and the fleeting memory in Dante's circles,
the terror of not
returning to what has been lived, or drowning in the unknown tide
of death.
It is the ancestral
perseverance guided by the collective instinct,
the justice balance
macroscopic or microscopic, a flash adrift,
like an idea that
passes briefly, a whisper in a universe constellated with emotions.
Ivette Mendoza Fajardo