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sábado, 8 de marzo de 2025

Desleído en Divinidad

 La angustia admirable del sistro se desintegra
cuando una vibración tartárica de la vida
logra sisear los atroces estruendos
de las entrañas urbanas de su elemí.
 
Es sublime ampliar una manifestación
de sensaciones sacrales en un pianoforte,
misterioso y cautivador.
 
La suavidad de los delicados filamentos sobre el metal
resuena como el estruendo de un colapso estelar
en mis sentidos de arrecifes.
 
Intento esquivar su hechizo; lucho por suprimir
una indulgencia dominante,
pero me precipito y ya no escapo
al yermo triangular de mis temores.
 
Encantamiento vehemente, navega por la niebla alquímica
de la ascua renegada como un impacto en mis extrañas
que se extasía ante la plegaria frenética del mundo.
Ritmos que despiertan mis circuitos de objetos inútiles, optan por
la resonancia del serafín en la desigualdad momificada
que se arraiga en mi mente desleída, desorientada,
eternamente, sin despedida alguna.
Ivette Mendoza Fajardo



Retrato de un Vate Guasón

Murmura epístolas el satélite turquesado,
consuelo de roca bucodental
que conmueve a los pajarillos en aniversarios cabileños,
sumergiendo cauces entrelazados en la columna de ígneos idiomas.
 
Consanguínea, acontece que soy un vate guasón y no desfallezco;
siempre me elevo en el crepúsculo y divago entre neblinas,
oscilando entre auroras, las frondas estampadas con impresiones,
arrojo ilusiones como espíritus en púrpura gomera.
 
Volviendo de los abismos con raíces ocultas, allí donde emergí,
todas las corrientes son mis arterias de goniómetro,
y toda la hecatombe en el Cáliz pituitoso recurre al gordolobo,
observando tras los cortinajes la melodía que las nebulosas mecen,
en mi odisea de ser germen de tejido gorgojoso,
de deidades extraviadas como enamorados del azar,
tejiendo vocablos de epidermis en la escarcha de plata y barro.
Sueñas subliminalmente, postal del renacuajo, que viciosamente
arribará antaño.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 6 de marzo de 2025

Vestigios de la Soledad Coloreada


Aún no aprietan los peces de la historia,
ni se vuelven mi soledad con navajas de colores.
No obstante, el bullicio en espacios desterrados
puede poblar el agua de su siesta,
y desperezar las palabras vitrales con su filo.
Aún recojo las migas del anhelo antes de su simétrico
floreo y en el milagro de celos evaporados,
cruje el fonógrafo desde el autismo de la vida.
No es nada la perla de montes sombríos que encierra las noches,
para descifrar las confesiones de las lágrimas asustadas en
un mundo de ciencia incierta; llega el día de filtrar tu nombre
de los chasquidos de la sal que se diluye en la carne errada.
He oído la jactancia de la muerte con su aroma siniestro,
y las entrañas de su fealdad sobre el reinado hermoso.
Aún no te enfría su malgastada oscuridad.
Aún no te arruga sus adornos extravagantes…
Castigo en el pasado, arrastrando su voluntad que
se atrinchera en la fisura de los vestigios…
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 5 de marzo de 2025

Diamantes Fantasiosos en Luna Herida

 Refugio de diamantes fantasiosos,
reinan diseminados en fuegos acicalados,
con sus nervios descoloridos, sobre las escalinatas
pensativas se reflejan esféricos hacia la verdad
de sus fulgurantes medias lunas.
Tu espejo ecológico cuaja, como la disculpa
inexplorada en el hueso de la dulzura bronca,
que tiembla ante el quejido sensual de su redoble.
¿Qué encandila a un bucle dorado que confunde
su aurora de repente,
dentro de la visión del alma que lo glorifica?
En la verdad cristalina del lente descolgado,
los diamantes llueven recuerdos de núcleos policromados,
como expuestas perlas de cuarzos puberales; brillantez
sagrada, cuna y sustento del coloso que refresca en la mente
de sueños con trovas fugitivas, que acelera su marcha
tras el clima adverso,
olvidando el lecho circular del embrión diamantino
que moldeó su faceta fluvial en una mina herida.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 4 de marzo de 2025

Desobediencia Mágica

 A veces es claro y necesario
blanquear perennemente las extremidades
de un huecograbado de ilusión que apunta a lo real,
sin anclas, a la deriva, emocionantemente llega
dentro del vientre de un leviatán con donosura.
Resonamos con el átomo esotérico
que se convierte en fragmento de daga antigua
en el seno hipocloroso del cosmos.
Sorber el cáliz incógnito de amargura,
torpedeando en los tejidos rechinadores
del ser colectivo a babor.
Ningún encantamiento puede desobedecer
la magia de las tonalidades destrozadas
sin remordimiento en la trituración de un diptongo
que por la falta de brillo se arrincona a
un espectro tiznado de alabanzas.
Turquesa juglar, como los jugos de la
epistemología del suelo que cae al vacío y,
es el arco donde yacen las huellas
que germinan la superficie rugosa
de las sendas aristocráticas.
Quizás algún día, se comprende,
emancipadamente, que
el aleteo de la polilla
y su repentino chillido toronjil
de plumas brunas, yacen olorosas.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 3 de marzo de 2025

Páramo de Expresiones Revitalizadas

 En este páramo abierto y revitalizado,
siluetas de semblantes sedados atraviesan,
perfumadas con fragancias de sutiles abreviaciones.
Todos acogidos a los banquetes de manjares paradisíacos,
iluminados y listos en la sobremesa de expresiones puras.
 
Anualmente, a este páramo abierto y revitalizado,
llegan carabinas viajeras cargadas de congojas;
entretanto, reptiles que pintan de racionalidad los muros del pasado
son los dones de insectos confundidos que escudriñan
la rareza de desenterrar palabras lúgubres en lenguas perdidas.
 
En este páramo renovado,
cierro el libro de los vientos tras de ti, sin alarde,
y ordeno sus capítulos glaciales en recovecos ocultos.
¡Compárteme este festín de oraciones!
 
¡Ven! Aquí están mis páginas, esqueletos de humildad;
tuyos son todos mis temores flexibles,
y mis tarántulas delatoras.
Únete a mí para esperarlos como la claridad que cada día renace,
inaugura tú el libro de cantares y acógeme en su refugio.
 
Retornamos de un viaje extenso, encontrándonos
en el zarzal veloz de una vela que celebra, cálida y amiga.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 2 de marzo de 2025

Pulsaciones Polinizadas

 

Mezcla su gradiente cegador, reverdecido,
sobre la existencia de humos positivos e iracundos.
En el umbral, donde la luz poliniza el aire,
forja la esencia campechana al laúd mullido
de palpitaciones—abreviadamente—
mientras restituye el fulgor calimoso
de ventiladores en llamaradas alobunadas.
¡Brinda una pigmentación atónita al torso expuesto,
mientras extrae de la figura nebulosa, perdigonada,
la cuerda vibrante del cariño incondicional!
Reversa la penumbra monomodal en el trote justiciero
de una montura feral, mientras, en evidente vencimiento,
domina la corona del índigo fragor en fumante sinfonía.
Transforma cada movimiento de la fresa desventurada
en aleteos de pez cordial en su hábitat detonante, al rechinar.
Una distancia camaleónica de carmesíes vivaces
pinta el crepúsculo, coloreando el firmamento
con diligencia redomada.
El mundo digital, con sus fundamentos vacíos como flechas sin blanco,
sacude el corazón del tiempo sin reflejos impertérritos
dentro de un tranvía incoherente de bloques quebrados, al azar.
Y en el núcleo de la cuadratura, una fuerza senoidal
le incrusta la daga a la tristeza que vagaba por un horizonte
interjectivo.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 1 de marzo de 2025

Aguacero de Lágrimas Copiosas

 

El aguacero burbujeante se desliza
sobre conflictos matizados,
empapa textos de sollozos sutiles
mientras surca océanos de lágrimas copiosas.
 
Elimina huellas impresas y, cual cono de sombra,
nos descubre bajo un sol bifurcado,
agitando estandartes petrificados,
liberando amarras de vestuarios en efervescencia febril.
 
Descarta el pasado saturado de demencia,
arrojado al contenedor de aflicciones,
cómo se arroja una esfera cósmica
al suelo, disipando un caleidoscopio en formación.
 
Y una exhalación de aire retorna, resonando,
delineando un vacío ilustre con gotas escarlatas,
inmortalizando el título de pirañas tempestuosas
de un vencedor entre los deleites dominantes.
 
¡Supo existir, desapegado del ayer y el mañana!,
persiste su agonía
ajustando cuentas, unido sólo a ese momento del ser
que aquí se transforma, hacia nuevos caminos,
tras el telón versado del esbozo de una sonrisa sedosa.
Ivette Mendoza Fajardo