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viernes, 21 de febrero de 2020

El shampoo espumoso

El shampoo espumoso resbalando por mi cabeza
Como la suave y radiante faz de tu candor
Y tu silueta viajando en burbujas solemnes
Respirando el sol gastado en el jabón
Dédalos esponjosos sin gota en fuga de aire
Diálogos bordados por ramajes celestiales
Reinventando latidos en el agua poetizada
Que alegran el corazón de los niños azules
Burbujeos en blancura de alma abierta
Puedes protegerme contra todo y con nada
Como cerrar los ojos en cielos crepitantes
Vestidos de fragancias hablando en la luz
En mi amor platónico sueñan los cerezos
Una ducha con historia sin espacio ni tiempo
En burbujas recorrimos cientos de universos
De lavanda líquida que apenas calculamos
Mientras listones de colores soplan en
Nuestro interior avivando su llama universal
Nos convencimos que el vivir no se interroga
Simplemente se vive en su presente
Ivette Mendoza

Tigrillos rojos en sus ojos recapitulan


Tigrillos rojos en sus ojos recapitulan las madrugadas
Calculando las voces soñolientas de baldosas difuntas
Las campanas palpan los frutos y palpan lo invisible
El cielo sube hasta tus labios, me ahogan y caigo al sinfín
La noche era como el mirar de una diosa inmarcesible
Reinventar una vez más el mundo ahora bajo el mármol
Me basta lumbre de coral para que mi alma se emocione
Para esperar siempre lo que nunca llega, azotando vidrios
Levito y gravito alrededor de las mariposas que me abrazan
La brisa estaba congelada en la luz de la humanidad
Mis torres que crecen, construcción en viento sobre viento
Y a partir de tu respiración nace la mentira más triste
Y el goce de perderse en el durmiente sol anaranjado
Tu corazón lleno de una nueva vida en su palpitación fragor
Por las puertas de la luz entro y la locura es igual a la sabiduría
Porque todos los colores brillan más intensamente
La vida reparte libretos y escenas de fuegos vagabundos
La luz de tu perfil descubre la lenta orilla de mi rio de ambrosía
Las ventanas hacia nuevos horizontes para bañarnos en
Arcoíris diferentes.
Ivette Mendoza


jueves, 20 de febrero de 2020

Rosa de lámpara imaginaria


Rosa de lámpara imaginaria
Donde la lluvia crea mariposas submarinas
Donde eres el punto ciego de la mente:
Se desata la eternidad anhelada
Del terreneo eclipse de la noche,
No conspires robado y oprimido
En el escudo de la sombra
Para recordar que el tiempo es fugitivo
Dejado en el punto que se rompe
Nos sumergimos en su alegría
Disparando al consuelo en su carrusel
Al zarpar contra el dolor o la mala suerte
Nuestro amor muros desbarata
Con ese manglar malabarista
Que se pierde vacío en la fantasía
Con su figura alterada y recosida
En los remolinos del cielo junto al alba
Entre el geranio y el gerundio
Emano mi aroma de mujer.
Ivette Mendoza



martes, 18 de febrero de 2020

Llora el sol y con su llanto inunda al mundo


Llora el sol y con su llanto inunda al mundo
Lágrima del mismo sol, rayo de su sangre
Roce de tu mano y gota lumbre que anego
Momento hecho de seda, ledo y sonrisa
Una apuesta con aroma de luna cenicienta
Eterna tras la estrella y el mar verdadero
Cual astro más profundo del amparo
Que entre lo que quiso en vano                            
Y se ponía el manto de antemano            
Sostuvo el peso de mi alma fatigada.
Ivette Mendoza

Para morder las cuerdas fieras


Para morder las cuerdas fieras en el filo
De la palabra pasándola por un eco
Con mis labios húmedos, tanto que
Hago y deshago al ser de luz amalgamada
Para hallar el infinito cetro de mí feliz latido
Y no regresar al resello del mar de sed
Como quien regresa al punto cero
Que llega al fondo de esta ancestral razón
¡Fuerte cual armadura de plumas!
Y que la vida se recobre de vida 
Con la boca noria y tus ojos ausentes
Sobre su ecografía inminente.
Ivette Mendoza

Tu mirada se pierde en una fronda de luz rasgada


Tu mirada se pierde en una fronda de luz rasgada  
Iluminando el más leve parpadeo de su ritmo eterno
Me conecto a tus ojos y mente de ausente firmamento
Y siento correr sus proyecciones de susurro sideral
A la tristeza con tristeza, a su manera anhelante de llegar
A un cuerpo hecho espíritu sin peso que al abrir los ojos
Desaparece; al cerrarlos sopla, vibra en las entrañas.     
Esparces tu huella luminosa; cuenta un romance perdido
El de más duro yacer; en un resuello de nube umbrosa.
Ivette Mendoza


lunes, 17 de febrero de 2020

Una caricia de cristal


Una caricia de cristal en un ensueño asfixiante
¡Comprensión! De mariposas, por fin libres
El tiempo me ha recorrido a mar abierto
Y el mundo brinda con su copa de Merlot
Llora la lágrima del deseo, se vierte
Como lento manantial, se oscurece tu mirada
Nuestros cuerpos son sensibles, se sumergen
En la escarcha efímera del universo acuoso
Silenciados más allá en su lento descender
Y  buscan deseos en su mente de abenuz
Para ahondar raíces y elevar sus ramas  
Que nos hacen sombra entre los arbustos
Nada hay de diferente, abre la estancia estambre
¡Comprensión! De mariposas, por fin libres          
Al otro lado del miedo, la única razón para vivir
Con pasos taciturnos es hacer temblar la ira
En su razón del hielo
Ivette Mendoza
            

sábado, 15 de febrero de 2020

Tus ojos de follajes solían mirar mis lunas


Tus ojos de follajes solían mirar mis lunas
a la hora acertada
venían con la brisa y coqueteaban con el viento
y su corazón como tormenta
destrababa historietas de otoño en mis sienes
juntos en la lejanía y el destierro
aprendimos:
a esparcir listones en las sábanas,
a descender del agua hasta encontrar nuestras pieles
marchitas por caricias y vacíos,
a jugar en el laberinto de nuestros poros
y en el encogimiento de mundos hambrientos,
a soplar plenilunios con carmesí de fogata de oro
Ivette Mendoza

jueves, 13 de febrero de 2020

Será que lleva algo en ti de corazón abierto

Será que lleva algo en ti de corazón abierto,
la caricia del durazno que se hace invierno;
o esta admiración noctívaga de esencia,
el sabor a ternura de la tarde desabrida,
o un céfiro-brisa que llega y se lleva
el perfume silencioso de tus labios
que no terminan de besar
En mí está el tiempo
el todos los días
el pan y fruto
de tu alma.
Ivette Mendoza

sábado, 8 de febrero de 2020

Capitán capitanea


Capitán capitanea
Bruma y silencio,
Pilotos de lluvia,
Fresco nenúfar
Calmos bergantines
De otros mares
Crujientes de horas
Por la resonancia solar
Dispersa por el mundo
Del riente sol riente
Hoja de mar roja
Tierra de vida sonriente
Ivette Mendoza


viernes, 7 de febrero de 2020

Soy la pared creciendo

Soy la pared creciendo contra el suelo
tierra abajo y cielo arriba,
la palabra sutil abajo y la penumbra de mujer arriba
Ya no existe techo obstaculizador, pues soy el firmamento al revés.
Comulgó con mi vestidura en la cola de la vejez
Soy la comunión de insectos y
la dislexia de mi entrecejo me pide la mano,
como el duende de tu voz en alabanza.
El rostro orgulloso de mi costado arrecia a paso firme
La mente que lidera y que impera.
Soy el barajeo de cartas, lista para triunfar,
textear el pensamiento cómplice de una araña
donde mi cuerpo sostiene su sombra y su maña
Escucho la diminuta exhalación de un golpe seco
mientras la noche sea duradera
llega la jornada diaria del desaparecer
Ivette Mendoza


jueves, 6 de febrero de 2020

Del viento y penumbra

Del viento y penumbra
en cada grito desvela el pavor
de los ojos floridos
Dentro del calendario
entre los cordeles del tiempo
se abren las puertas cobrizas
con una luna con vida
convida fértil y doliente
enjoyando su melena caníbal
En mi cuerpo
el sexo imaginario de la noche atrevida
desecha el suspiro ensordecedor
pronunciando el fin        
que fue capaz de vencer
lo ya vencido
Ivette Mendoza


      

lunes, 20 de enero de 2020

Distancias consumidas que el mundo destraba


Distancias consumidas que el mundo destraba a sabiendas
Un grito diluido sobre la sed insatisfecha encontró cielo
con destello del trino
Por sus contornos claros, cuando más fríos están, vibran
los pulpos con sus brazos de cristal
La roca girando por la quebrada para aplastar el hada
inmóvil
Soy el ojo que ve como espías y la mitad de lo que espías
ya no está conmigo
Relojes que no miden ni dicen el tiempo  porque solo hay
luz en los espacios apasionados de las horas
El amor está aquí para derrocharse solo tallado por la suerte
Ríos de tristeza desembocan en los espejos de mis mares
Rescate de amor en metal fundido nos funde en vida y muerte
¡Oh mundo que me acoge sin darme ni preguntarme nada!
Has sembrado en mi cuerpo, una bella flor hasta que mi
alma sea libre; rezo entonces durante las noches para purificarme
Ivette Mendoza


Imperio amortajado, ofrenda extraviada


Imperio amortajado, ofrenda extraviada
mi dolor estalla, inventando lo que busca
en el lecho esperado.
Transformo oxígeno, transcribo viento y me
devuelve una aurora ficticia
Palidece la palidez que empalidece toda cosa
cuando es forzada a decir algo,
despego eternamente de mi misma
doy una señal verde en la roca sobrenatural
de la primavera
que me sigue por doquier
por la puerta falsa
por un sol entero
por un dolor enroscado
para posar en tu letargo
para penetrar en el alma del crepúsculo
Ivette Mendoza


domingo, 19 de enero de 2020

Metafísica desleal, triste figura


Metafísica desleal, triste figura
Mirada oblicua, corazón distante,
Alma traidora, contrato amargo
Sagrada saliva, tajo consagrado
Comas ciegas, lágrima impresa
Fútil sonrisa, calcáreo refugio
Blancuras incurables, vidas perdidas
Míseras piedras, voces silenciadas
Células muertas, creación fantástica
Inmensidad indivisa, punto exacto
Monte frutecido, violín germinador
Codiciosa catarata, pasión herida
Pálidos jazmines, carcajada fresa
Ojos heridos, inevitable destino
Cueva alguna, selva alucinada
Conciencia desleal, triste figura
Ivette Mendoza


Carpe noten, Alicia


Carpe noten, Alicia
Joven aterido, brisa
Historiador herido
Sexo abierto, muerto
Extenso y confuso
Líneas del tiempo
Seducción de viento
Avestruz sin apuro
Niebla del verdugo
Incesante razón             
Venus gravita
Delgada y bonita
Mono velludo
Peludo corazón
Mujer de yeso
¿Dime que es eso?
Dolor de parto
Contigo comparto
Grito iracundo
Besa Facundo
La congoja bendita
¿Quién te sujeta?
Cara de cometa
La rana en bicicleta
Tu mama te daba
Con una chancleta
Viva y sana lloraba
Su rebeldía integral
Carpen noten, leal
Ivette Mendoza




viernes, 17 de enero de 2020

No entender la página sigilosa


No entender la página sigilosa
que nos inunda aun como
si el tema fuera de eso nada más
aquel trino de los pájaros
que estremeció el mar de algo
lo entendió así                                              
el verbo fragmentado
dejando al mundo en su perspectiva
de la improbable evolución
el cielo con su inicio y su tiempo
la vacuidad con su conclusión
la levedad del pico suplicante
el capítulo que se cierra
¡Libera al trino!
Quizá se entienda
ganar vida contra muerte.
Ivette Mendoza


jueves, 16 de enero de 2020

Al tiempo alucinado de pasión


Al tiempo alucinado de pasión
La sevicia, agua madre del suplicio
La joya astral frecuentando la gloria
El fuego escucha atentamente su albur
Sulfurada danza en el borde ledo
en la hora hacedora y cambiante;
hacer planes con nimbo del futuro
y mirar brotar la sangre de la noche;
en un rincón tu contra la lumbre del sol
sombreas la autenticidad de ilusiones
y todo lo demás,
imágenes, objetos y sueños apasionados;
que aspiran al imaginarse palpitantes
en el universo de la nada.
Ivette Mendoza


Un puñado de diéresis nos separan


Un puñado de diéresis nos separan,
una muchedumbre de paréntesis,
solo el blanco y negro su polaridad,
indómitas longitudes aleatorias.
Lo cierto del dolor innecesario
lo errado que espera responder
el haber nacido superficial.
Tormento del mal actuar
de tal manera que lo esperado
encierra el amor entre sus nudos
de metal.
Ivette Mendoza


miércoles, 15 de enero de 2020

La posibilidad del sueño refractario


La posibilidad del sueño refractario
Sueño que arranca enigmas oscuros
Sintiendo el peso de los pesares
Dejando los corazones sin albores
Sentir la frialdad del mármol como un
Latigazo dentro del alma para combatir
La interrogante de una lluvia asesina
Seguimos el camino del insecto proscrito
Lo que llevase consigo lo cambiase por
Una piel de animal condenado en el
Jugo de sus dudas
Ivette Mendoza


martes, 14 de enero de 2020

La memoria del sollozo radioactivo

La memoria del sollozo radioactivo
El peso atómico del beso dentro del alma
Una caricia extraviada en un tubo de neón
La palabra en su plenitud ya olvidada, enflaquecida
Este laberinto te conduce a otro laberinto espacial
La distancia de una letra a otra es el fuego en expansión
Nada nos conjuga más que el cero y el uno en su numen
El borde pasional de la aurora boreal, que en el cielo
se convirtió en una aglomeración de insectos
He decidido permanecer en el orgasmo del verso crepuscular
Un fragmento de idea escapando de un agujero negro
Mi presencia surge de un rio de electrones
Lo que huyó de mi fue el verbo en su ocaso contextual
Romper papeles es mi gesto relativo
Agregada en carga positive y demencial
almaceno tu lágrima mutable y tu corazón nuclearizado
Ivette Mendoza

lunes, 13 de enero de 2020

Fuego de un trazo albur


Fuego de un trazo albur
pulpa culpable hipnotizada          
seto que arrastra sus trenzas doradas
trecho soberano e infeliz
cicuta deleitante
en la que nos hunde en la emoción                           
vaso frágil manifiesto
intermezzo que niega la pregunta
en mi espalda
El moho domina la repuesta
hora en que el mundo en fuego se reconcilia
aquí estancada en el pantano blanco
que jala con los tentáculos de medusa
a pesar de mi olvido
no hay lugar
que muestre la salida
ni camino donde pueda yo correr
Ivette Mendoza


Un céfiro perdido entrelineas


Un céfiro perdido entrelineas cree enloquecer rabia
contra niebla, enojo contraluz
la flauta de la penumbra transparente sobre
pozos de escamas de pescados en el perfil de ver
atentamente y comprender su onceavo mes;       
entre listones blancos, música y disparos,
el último suspiro de los muertos.                            
Y sin embargo en dónde la gloria del poniente,
es el anhelo ciego, entonces esquiva cielos con espinas;
cuando topa contra las piedras la verdad, el hierro amargo
da paso a la embriaguez de pechos deshilachados
Ante todo litoral que se torna elegía,
niega la oscuridad en un chubasco de pensamientos.
Ivette Mendoza