Los mares apagan
la sed del tiempo.
Misterios
ocultos en la edad del espacio,
al son de tus
aguas creamos:
labios
traviesos,
arañas chillando en la austeridad,
manglares carnales con ojos astrales,
ocasos cazando
mariposas.
Y las manos que
empujan rostros iguales
hacia el
desahogo magistral de la luna.
El corazón que
cuelga en el fondo del mar,
una fotografía
del recuerdo y lo convierte
en calurosa
sonrisa bermeja.
Ivette Mendoza