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domingo, 23 de junio de 2024

El ave desobediente que penetró en mi mente

 

El ave desobediente que penetró en mi mente,
no hallará escape en cubrecaliz insonoro,
ni siquiera por la melena numérica del pensamiento.
Sus alas saltanejoso han sido depiladas, su vuelo truncado.
¿Dónde encontrará su reposo en este laberinto?
No alcanza vaciedad en manchón imperativo,
¡No habrá retorno expresionista ni metamorfosis desopilante!
No seremos testigos de un nuevo Pericles.
 
La idea de una contienda sumergida en la sapiencia de los clásicos,
del montículo de oro no inquieta mi descanso nocturno.
¡Qué ironía contemplar la grandeza sin temor a la derrota!
En el témpano redoblón anida sus sueños en la cúspide humana,
la cabeza novísima se abate bajo un follaje de reflexiones intrigantes,
mientras el enjuiciamiento enojón alcanza
su apogeo en el crisol del ser.
 
El ensamblaje de palabras apologéticas murmura en tono solemne:
-Apéndice abstracto del manuscrito en la tentación usurpada de abrojos-
 
Homero diserta, amarilla la esencia de un antiguo pasaje de emociones,
sin perturbar mis sueños que se acalambran al escuchar un dueto de dulzura,
¿Será acaso la eternidad la que dibuja estos anhelos?
No a la meditación sobre un libro alucinado y habilidoso al incentivar anhelos.
 
The disobedient bird that penetrated my mind
 
The disobedient bird that penetrated my mind,
will find no escape in a soundless chalice cover,
not even through the numerical mane of thought.
Its fluttering wings have been plucked; its flight truncated.
Where will it find rest in this labyrinth?
It doesn’t reach emptiness in an imperative blot,
There will be no expressionist return or uproarious metamorphosis!
We will not witness a new Pericles.
 
The idea of a struggle submerged in the wisdom of the classics,
from the golden mound, does not disturb my nightly rest.
What irony to contemplate greatness without fear of defeat!
In the rounded ice, it nests its dreams in the human peak,
the newest head bows under a foliage of intriguing reflections,
while the irate judgment reaches
its peak in the crucible of being.
 
The assemblage of apologetic words murmurs in a solemn tone:
-Abstract appendix of the manuscript in the usurped temptation of thistles-
 
Homer lectures, yellowing the essence of an ancient passage of emotions,
without disturbing my dreams that cramp upon
hearing a duet of sweetness,
Could it be eternity that draws these longings?
Not to the meditation on a hallucinated and
skillful book encouraging desires.
Ivette Mendoza Fajardo