Related image

jueves, 21 de abril de 2016

Por allí andas o debes andar


Por allí andas o debes andar
Con brújula de nube y vida
Bajo una llovizna de oscuridades,
Atribulada suerte de amenidades,
Nubes densas. Cielos totalitarios.
Vasto y melancólico
Vestuario de las vías lactas.

Andar y andar por el agua furtiva
Sobre la distancia rota
Y el inesperado deseo de explorarla,
A ver si sopla el viento,
Como una oveja mansa desvalida que
De ventana en ventana asoma
El rostro taimado de sus desesperanzas.
Ivette Mendoza

miércoles, 20 de abril de 2016

Los clones


Los clones del trovador.
La presocrática música, el verbo.
Cada clon indeleble
En el giro repetido.
El clon del instante primero
Auxilio nos da, yo también lo acudo.
La música égloga recapitula,
Cede su paso al mármol y copula,
Simula.
Nada es tan grande como el
Espacio surrealista y la posibilidad
De anidar dentro del.
Clonas al serte negado.
¿Qué más puede ser tuyo ahora?
¿Con quién me quedo?
La iconografía de un trovador.
Ivette Mendoza

Un jilguero que siente


Un jilguero que siente la mente
Del lípido cielo que este a su vez
Engorda el follaje del universo,
Canta engordante en el recoveco de
Mi dermis.
Nadie disuelve la risa de la luna
Silvestre, porque todos duermen
En su trono de cuarzo sonrisa.
Voluntad que me apura a seguir
Andando y ando con fiel locura.
Padre obsesionado, un sol
Que se empecina vivir en una
Novela erótica de largo metraje y
Luego expela al mundo sus rayos
Lascivos.
Hay que poner un poco más
De atención a la mágica brújula
Que anda errante en el centro
Del universo, quizás nos lleve
A encontrar el camino de uno
Mismo.
Los mares escupen las noches y
Luego se rascan la frente para
Descargar peces sabedores.
Es el relámpago el sueño
Clarividente del canto del ruiseñor,
Es el canto en el árbol lleno de dichas.
Un polinomio de voces es tu rubia
Cabellera que lo dice todo, tú te vas
Y ellas se quedan conmigo.
Con tu boca carnívora devoras
La carnosidad de mi corazón y yo
Desde mi reino forestal solo percibo
El aroma de flores que expela
Tu piel
 Ivette Mendoza

martes, 19 de abril de 2016

Cuando los valles se cubren


Cuando los valles se cubren de árboles
De pieles y auroras, se desprende la vertiente
Ignota de los océanos.
El amor agridulce se enreda en el hilo
Fresco de las horas de estaño, y yo me aferro
A tus manos que tiemblan de miedo.

Entre las vertientes de un mar metafísico
Cuelga el misterioso firmamento y una
Brisa que viaja y sopla,  todo lo mueve
Y lo agita, entonces me bebo el albur
Reflejo que deja en la espuma sobre
El estero.

Habilidad en cuerpo presente, destreza
De la amapola que en la marisma contempla
Su herida y sube a la tierra de las esperanzas,
Sube al cielo por el surco delgado, sube
Dentro de mí, y me recorre como un
Guardián fantasma donde encuentra su
Propia imagen.

Ivette Mendoza


Viaje taciturno


Viaje taciturno, en el borde del papel,
Vacilante y dogmático se aferra como humo
En el acero de cuerpos galácticos donde
Figura figurado en el pretérito reencarnado.
Mi espacio entre líneas editadas
Observan la mano crispada,
Que es una mano que transforma en añil
La diametral medida del renglón.

Circundo en la fresa policromada
Casi fresa, mitad durazno, mitad ilusión.
El diente de marfil rasca preciso con una
Coma en función dentro del navío
Jadeante.

Sabor pueril, sabor de una batallante belleza,
De una batallante gentileza, en su
Árbol de octaedros fluoritas
Adornan los néctares excitantes de
Los sexos.

Hay titubeos que parten mi alma
Cuando descubren cien labios
Cuando descubren cien bocas
Que no caen benditas dentro del papel.
Ivette Mendoza

lunes, 18 de abril de 2016

La ovulación que desgarra


La ovulación que desgarra las pieles sedosas
Del mar.
El puerto entreabierto de la vulva, su brújula
Sobre el humo candente de la tierra.

¡Bésame en la boca!,
Te acerco mi sexo que dormita frágil en los
Montes de Venus.
Me pierdo en su mudo pelaje de su femíneo
Presentimiento.
Vislumbro el púbico resquicio que muerde
El madero nacarado del lecho en sus embestidas
De rocas.
¿Quién te hará mujer cuando el silencio redoble?

Un instante, un instante se atesora en la limpidez
Del útero. Aquí no hay sombras, que troten la sangre,
Que no entienden y olvidan entrar al sueño mujer.
Disfrazarme de nube, quizás, disfrazarme de nube.
Caracoles gimientes emergen del trueno.

Brama tibia la noche, braman los peces en su
Carrera alocada.
La diosa ríe y rompe en llanto, rompe en poses
De sensibilidad y mariposa.
Ivette Mendoza

La despampanante



La despampanante, colorete carmín
Entrepiernas abiertas hacia al Moulin Rouge.
La danza del Can Can enfurecida
Nunca deja de danzar, nunca deja de sonar. 
La copa de vino, el cosquilleo en acción
El bombillo parpadeante que hace llorar,
Solitario detrás de las cortinas.
La mesa con su mantel planchado
De pie, estática, fotografiándolo todo
Nunca antes, siempre después. 
El trago de Vodka desconsolado
Y los encajes que adornan
El charco de la calle, despampanante.
Ivette Mendoza

domingo, 17 de abril de 2016

Mujer de acero




Aves de canto bilingüe, mujer de acero
Biorritmo calibrado del himen, aterciopelado.
Ingenio de la vida que conquista el desierto
Con una gota de agua.
Mujer guerrera cincelando su rostro en la piedra
A ojos cerrados, caligrafía de la paz.
Lucha contra la nebulosidad  de Edipo,
El hombre ante su plomizo espejo,
Compacta idea de piélago silicón.
Trazo cibernético de un dinosaurio
Que todavía existe.
Mujer de fuego
En un reino disléxico.
 Ivette Mendoza