Protocolo para una Metamorfosis Velada
Pido al aire de mis cruces que sollozan
furias penitentes,
que el silencio, en su senda quebrada,
descifre mis plegarias.
No hallé cielo hereje en el ancla de mi
alma,
solo esta ceguera terrosa que se interpone
a mi emoción.
Disfrazo mi dulzura de hojalata en
protocolos de calma,
bajo lágrimas de óxido y ritos de fuego
creador.
Si un destello naciera sin llama, mi mano
caería
en su metamorfosis velada.
¡Oh Píndaro ausente!, hallaría luz en el
desaire
humilde y abatido. Ejecuto mi ritual.
Mi paraguas custodia mi sombra fatigada,
se adorna sin aliento,
tejo fragmentos de mí entre la marea
inmóvil
de mi sonrisa suspendida.
Ivette Mendoza Fajardo