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domingo, 12 de enero de 2020

Vendrá sin la goma malgastada cruzará la ventana


Vendrá sin la goma malgastada cruzará la ventana
sin la lengua que decía un basta pero escaldada
entretelas de materia verbal para niños cuervos
que se colgaron de la sábana sabihonda
ayudados por el cuerpo hipotálamo del fortín desierto
en la armadura de la arruga chilla un calcetín,
entre mezcolanza y vértebras traga su pastilla el verbo
liberada de sí misma, aprovisionada de todo.
Siento en el corazón el cianuro que pasa
discordia de panes duros, llegó a su reconciliación
Llevo ceguera de chocolate y golpes de cerezas
y mi amor me apretaba mis manos
ante la presencia de cosas viejas
y muchas caras de tristeza que provocaba
el rapar cabezas que caían a los charcos
complicadísimas fiebres que desalman la médula
del pelo pero nunca acrobacia e invento
Lágrima y hemorragia de los libros
dan saludo hacia el espejo y ve pasar el mundo
a través del ojo de un pomelo
su brazo que estiró e interrumpió su vida
juraba deshacer la luna de una manotada
robarse el tiempo hasta dejarlo en cero
para tener una excusa de volver
Valga la aclaración ante la presencia de los muebles
A mí ya no me queda nada más
No es la superficie la que importa
Es el fondo lo que vale vivir y surge del nunca jamás.
Ivette Mendoza


Pato patito de luz


Pato patito de luz
Miro tus alas de oro
Miro tu toque revelador
Te miro en las aguas del recreo
Te miro desde mi pantano abrumador
Remo opresor, remo obtuso de fuerza
Muere poeta en desamor
Amé y nunca me amaron
Reí y me rechazaron
Canté y me callaron
Sigo con lo que fui
Escuché,
Pero eran falsas canciones
Pato patito de luz
Tú que reconoces mi sed
Solo la pluma y tu despertar
Me sostiene.
Ivette Mendoza


sábado, 11 de enero de 2020

Hambre inerte, mujeres de roble


Hambre inerte, mujeres de roble
aguacero metálico en senderos jabonosos
aldaba de Do, de aguas visuales
emociones en la rutina. Orquesta sin batuta
en la noche a Diógenes.
Envolventes vainas.  Coraza asequible
plástico viviente,
cabizbaja la mente
recobra una metáfora de orgasmo silencioso
Como en amaneceres del Siena:
calistenias niqueladas me combaten.
Por un error de cálculos el soporte espiritual
es la hechizada costumbre del soñar
Mi brújula nos demora en su ademan frenético.
Feliz de haberte visto en los púlpitos de cedros.
Ivette Mendoza


Día del corazón enamorado


Día del corazón enamorado. Helada
Lluvia. Oh, cielos míos tan hermosos:
Celeste entre suspiros, poderosos
Cielo entornado. Estrella desvelada.
              
Palmera y brisa. Hoja deshojada
Ya en tu alborada beso, ansioso
De ocaso, de amor terco fatigoso
Corazón mío, ternura consumada.

Es la nueva canción de vida sola,
Huida de placeres huida quieta;
Felicidad infinita que veo a ras de ola.

La blanca espuma del recuerdo ido.
¡El cielo, el mar! el universo, el cometa  
Se expanden con amor hacia el olvido.
Ivette Mendoza


viernes, 10 de enero de 2020

Ensueño hecho hombre por fortuna


¡Ensueño hecho hombre por fortuna!
Un hombre elegante de helénico perfil,
Que diviso frente a una estrella inoportuna,
Dando besos en las noches de Abril.

Fuego, hay fuego en la pupila de sus ojos
La fuerza de su cuerpo es proeza
Y como aroma masculino gentileza
Me besa a su gusto y a su antojo.

Deleito sus halagos embriagadores,
Tocando suavemente su rubia cabellera
Admirando sus suspiros magnetizadores.

¡Suerte, suerte! Hoy pedirte algo quisiera,
Robar sus labios rojos cautivadores
Y ser su fresca rosa mañanera.
Ivette Mendoza
2014


Amarga insistencia del sufrir


Amarga insistencia del sufrir
Eterna niebla del dolor
Salto de la conciencia abrupta
Mustia y rencorosa flor
Corazón sufriente en soledad
Con su zumo contagio al beso, olor
No siente la suave brisa de la tranquilidad
Nadie lo mira nadie lo conoce nadie lo saluda
En un golpe de inmisericordia pierde lealtad
Siente frio mucho frio, alma desnuda,
Las flores eran dunas, la luna de yeso
Espíritu boicoteado de libertad  
Se corrompió atreves de la edad
Llevó el desencanto y el desamor
Llevó la voz que nunca fortaleció
Ivette Mendoza




En medio de mi próvida coquetería,


En medio de mi próvida coquetería,
sus oriflamas de sedas afanosas
a la noche despojó y una gritería
de astros, despertó las mariposas.

Huían las crisálidas caprichosas
de la niebla albur, y en astral recreo
parecían dominar las islas gloriosas
hasta el cercano abismo de Teseo.

Con un ímpetu de último lloriqueo
caíamos en el recodo de medusa
y en las nebulosas, se tornaba ilusa.

En su invicta venganza se arrepentía,
Hefesto con su buen dote de feo
una lanza en el pecho nos hundía.
Ivette Mendoza
2014


jueves, 9 de enero de 2020

Ungida por el faro de las buenas nuevas


Ungida por el faro de las buenas nuevas.
Mi rito divinizo ya celebra, su sonrisa y
los tres peniques en un cuerpo duchado,
que perdurando en el instante enristra.
Yo labro con palabras una estela lunar
que en el mar de las delicias me acompaña
Perseo y la Venus terrenal
pues ellos al igual que muchos vienen de lo virtual .
Ya cierta vez lo dije entre líneas y en lo casual:
de nada me arrepiento lo digo y lo repito
mi vida ha sido hecha sólo para la alegría
mi corazón dibujado en besos y en olas
no alberga ni rencores ni tristeza:
es solo sacar un filtro de aventuras que va
de oler a vida quemada a salir a carcajadas.
Ivette Mendoza



Bésame abrázame corazón te pido


Bésame abrázame corazón te pido.
Electrizante lluvia, dinamiza tus labios.
Sueño blando, agua clara, la tersa arena,
bajo la piel felpuda, tú sombra radiante.
Bésame, como el simple gesto del durazno,
¡Oh! Piel bronceada, que en ti bulle la caricia.
Tómame amor, como el verano y su calor,
como el cielo con sus brazos extendidos.
Dichoso jardín intenso e impenetrable, vitalizado
que en su decir y su delicia, el viento se detiene.
¡Oh! Fibras hipnagógicas de tus ojos
al transcurrir la noche te hacen soñar, te seducen.
Ivette Mendoza
2016


Nimbo de lumbre


Nimbo de lumbre
cereza leal que a la tierra
regresas flama
y por el contorno de la luz
tornas la obscuridad en alborada.
Te busco en el suspiro;
nieve intocada,
afirmación de brisa,
sobre tus labios.
Ivette Mendoza
2016


miércoles, 8 de enero de 2020

Un fuego en tu adrenalínica mirada


Un fuego en tu adrenalínica mirada
Inspira analítico sentimiento
Y analiza tu sombra
Que llora sin lágrimas,
Y navega contra la corriente
Como el salmón
Con sus orlas inmortales.
Un psicológico y catártico acto
Centella tu destino         
Y se siente en un segundo
Un enfático mundo
Donde reincide 
El aplaudir de tus manos
Aprobando
¡Qué estupendo es ser diferente!
Y el único refugio
Es la pluma
Que imagina.
Ivette Mendoza
2014
     

lunes, 6 de enero de 2020

Engañar al reloj lineal


Engañar al reloj lineal
huyendo de la melancolía
las manecillas me acompañan
con un brandis del olvido.
Reciclando el aliento redimido
y vestida de hojas secas
resucita tu figura,           
yo he de nacer de ti
cuando se avecina lo imposible.
Surcamos los minutos
sintiendo cosas nuevas
compartimos corazones
compartimos cuerpo y alma
con estruendo y con furia,
alegría alcanzada por instantes,
siempre blanca,
diluida en la luz.
Ivette Mendoza


domingo, 5 de enero de 2020

Cosas y catálogos en cada decir de tu ser


Cosas y catálogos en cada decir de tu ser
Cerrar la página indiscreta con rumor de celos,
Alada forma consumidora de tus abrazos
Afelpada de musgo, encantada de colores
Llegan a mis ojos desencantada
Como las cataratas de letras que roban tu silencio.          
El mal gusto, el dolor, los errores
En un universo de inventarios y vitrinas            
Fluyen todas las cosas en todas las apuestas
Más allá de un cristal, como una montaña inclinada
Mi espíritu se dobla ante tu fragilidad de alas
Maniquís con sus bellos rostros
Olvidar y ahogar el corazón quieren
Calles y tiendas de ceniza, que todo dicen
Sangre de mundos y rumor de precios
Un aspecto de ti
Ver un ingrato manual que elabora la vida
En todos los rincones del orbe.
Ivette Mendoza


sábado, 4 de enero de 2020

Sólo la palabra sabe y cautiva


Sólo la palabra sabe y cautiva
El plenilunio absurdo del sueño.
Y de otro sueño que murió
Hace diez mil años.
Esperanzada aun en construir
Una esperanza que se haga
Magia o el zumo eternal de la vida
Que pacte con la ciencia y la fe
Porque un abandono de silencios
Duele en el alma
Recojo colores para que en
Mis manos sobreviva la palabra
Si entra descolorida al mundo
Puede que gire en las tinieblas.
Llevo diez mil años muerta
Y los cuervos me han robado la voz.
Ivette Mendoza


Luces de la foresta que iluminan el camino


Luces de la foresta que iluminan el camino
De regreso a casa.          
La noche se posa en pedacitos de luna
La noche se cierra en nuestros corazones,
La foresta cantaba su canto florentino
haciéndonos esperar un largo amanecer.
Tantas luces al clamor, ¡Tanto miedo Dios nuestro!
Miedo a lo incierto, miedo al descontento
miedo a los árboles con sus negras raíces             
porque de ellas proviene, del mundo,     
sus quebradizos anhelos.                        
De regreso a casa atrapados por la luz
Que nos amamanta con su infinita iluminación
Nos mezclan en las circunstancias
Sin razón alguna.
Ivette Mendoza



                          

viernes, 3 de enero de 2020

Tras interrogar al membrillo grillo


Tras interrogar al membrillo grillo
Lo interrogan por aterrador
Espada de doble filo, gladiador
De adversarios pero además
De la mancha del vino al andar
Emisario, irradia irradiaciones
Útiles encrucijadas del porvenir                
Y quien se levanta           
Al bostezo de los gatos trapos
Entregándoles su confuso reino
Venganza, adormecida de antaño
Bajo líquidas manos irresolutas
Apresura profecía de la espada fría
Cuando, y desde dónde y porqué
Adquiriendo lúcida geometría    
Construye arquitectura interna
Asegurando la inmortalidad        
De sus varias vidas ilícitas            
Estimulando el apetito Super-man
Sónico se confina a vivir rezando
El logaritmo de sus cálculos fofos            
Predicando sustituir los gatos
Por las liebres con su brazo biónico
Irrisorio encuentro del fracaso acaso
Su caída de robot es impasible
Incansable creador de lo no creado.
Ivette Mendoza


jueves, 2 de enero de 2020

El ensueño enrojece mi cabello demencial


El ensueño enrojece mi cabello demencial
Sobre una palangana se estanca mi línea recta y perfecta
Aunque pare un enigma de maroma contorsionista.
Los santos señalaban con los dedos que era
Sócrates la mano de todas las parteras.
La infección cerebral que arranca y blanquea la sangre
Invoca mi cabeza la fragilidad de tu cuerpo sagrado
que existe bajo un aguacero de dientes diamantinos.
¡Oh hospitales de la luz, después de tanto rogar y rogar!
Yo veo el río como acero oscuro en estado gaseoso.
Pero era como estigma de aguja, de mercurio y de anestesia
donde hemos enterrado al feto de cera en el bosque del
quirófano: haré paradigma con tus labios, en la siembra de plomo,
mientras en mis pechos disfrutas una insolencia de jarabe caviar.
¿Quién hereda el suelo de mis huesos?
El cirujano inalámbrico ni pregunta, ni da respuestas.   
Mis labios besaron la lejanía del espectáculo pleno
Los barrotes quirúrgicos de la feliz y la cruel introspección
Me llevaron al nunca, al foso del nunca a purgar mi nombre.
Del reloj nacía mi cabello demencial, y mis ojos
los reciclaron en mis venas.
Ivette Mendoza


Se reduce a cenizas un fiero verano


Se reduce a cenizas un fiero verano,
muere en la tempestad de los días,
en la fiereza consumida del calor y del saber
en el día de los santos se consume lleno de pavor,
interpretación de toda calma, no pudo ser amor
cansancio de agonía piensa en tu ojo feroz
la fría cripta de la cual amaba tanto la convirtió en furia,
bebió el tiempo a pedazos hasta hacerlo realidad
tomó dentro de sí la lujuria de los muertos y
la carne temerosa de los vivos,           
descubriendo su cuerno de cuervo ¿y se inmoló?,
dejó más vacío el vacío, sin saber que el sentido de perdida
un ángel diablillo lo causó, el ángel diablo su lengua amordazó
y tu dentro de los humos tenías poco que decir, 
cataclismo del secreto aumenta su indiferencia  
dentro de las cenizas, la chispa de la luz, martirio
ante la sombra de Dante jamás o quizás se divinizó.
Calculación errónea del detalle, nos hace volver atrás.
Todo es asunto de truenos y relámpagos, yo solo veo tu imagen
en ellos.
Ivette Mendoza


miércoles, 1 de enero de 2020

Aquí dentro del recuerdo


Aquí dentro del recuerdo en un momento de ternura
olvidando el vacío y su sombra,
deteniendo el reloj de arena en mis sienes,          
la memoria me desgarra en pedacitos,
quema y duerme en su melancolía de antaño.
Corazón solo para recordar tus labios de fuego,
caricias en un surco de ilusión; hoy fríos campanarios
oxidados en el alma,      
Momento sudoroso al fin de gaviotas agonizantes
a la orilla de mi tumba,
vale recordar el suspiro de una flor
que endulza la palabra
cuando el corazón averiado
sucumbe a tus pies,
vuelan libres las gaviotas
vuelan a los cielos del destino
deja que la niña azul del pañuelo blanco
entre al futuro del trastornado mundo.
Todo se recuerda, todo vuelve, todo cambia,
todo se mantiene, todo se crea
en la tierra silenciosa.
Solo la inocencia del alma conoce
cada estrella universal.
Ivette Mendoza


Celebración juvenil


Celebración juvenil
Años de púrpuras violetas
Que agranda primaveras,
Edad de soles atrayentes
Danzando en la hojarasca.
Reflejo de la espiga inmarcesible
basta la apariencia de la belleza
Imberbe en la bruma del engaño
Huyendo de la elocuencia del espíritu
Corazón de muchas alas
Viste la diadema sonriente
Un diamante en la frente
Rubor ardiente de ser doncella
Azabache del cabello sideral
Beso en el polen de la vida
Resucitación de hojas muertas
Florecen en sus labios ambarinos
Roba la mirada en luna iluminada
¡Niégame la razón, si quieres,
déjame la llama del vivir!
No sacudas prematuramente las
espigas,
apagarán el perfume de violetas
que yacen eternas dentro del
alma.
Ivette Mendoza


Estremecer cavilosamente lo ya vivido


Estremecer cavilosamente lo ya vivido
reprogramando la historia de ante mano,
escarbando mundos desvanecidos,
oscuros, claros, sombríos, llanos.
Ensueños filtrados huyen en imágenes,
como la huida del agua que sobre las manos
prefiere derramarse.
Somos una montaña espesa
cargando encendidos sentimientos,
idea cabal para un deslumbramiento o
para una herida celestial.
En su contraparte terrenal un apretón de manos
tendrá un eco sonoro en la vida,
un crespón rosado en el corazón,
un delirio en el suspiro de la arcilla;
uno mismo, al final del casi todo.
Ivette Mendoza