Yo aquí:
Panda entre los tallos de bambú
Mi lecho de
rocas empinadas,
Paraíso
censurado encendido y misterioso
Donde retozo
dentro de la foresta de la luz,
Fotones
atiborrados de ideas rutinarias
¡Quiero
dialogar! Hundirnos dentro de la consciencia cósmica.
Transferir a
cuántica cadencia la efervescencia de la risa,
Reverenciar
el pensamiento en su atómica ondulación.
En el
intrincado artilugio de los hechos y el tiempo
Vislumbro un
mundo divinizado en mí,
Alfa y
Omega. Donde el oceánico magnetismo mana
Con el furor
de mi existir, la tierra es la puerta
Donde mi
cuerpo llega a vibrar cuando inhala
La primera
delicia del viento.
Jamás
Entre los
tallos de bambú
Habían sido
los Pandas tan tersos, tan lanudos y traviesos
Tan geniales
y lustrosos
Y siempre ha
sido cierto lo que el Génesis dice:
Hágase la
luz y la luz se hizo.
La creación
nos ama y nos conmueve. En el enigma del átomo,
El amor, la
luz, y el panda-yo,
Danzamos
apasionadamente como uno
En la danza
cósmica de relámpagos,
Melodías, matices,
colores y sueños.
Ivette
Mendoza
2014
Gioconda Belli
Gozos Cibernéticos
Aquí estoy: venada sobre el pasto azul.
Los horizontes son planos luminosos
por los que cursan ríos secretos
arroyuelos por donde corren inquietas descargas
eléctricas
-cifras digitales preñadas de cotidianos pensamientos.
Podemos hablar. Zambullirnos en formas geométricas.
Traspasar a conductores minúsculos el gesto de la risa,
acariciar las ideas en su incesante movimiento.
En el misterio interior de la máquina
imagino una ciudad donde soy oráculo y diosa,
principio y fin. Donde la electricidad fluye con mi deseo
de vivir
y el ordenador es el puerto hacia el espacio
donde mi cuerpo es el palpitar del cursor
que se agita imitando la frecuencia de mi aliento.
Nunca antes
sobre el pasto azul
han podido ser los venados tan juguetones,
dúctiles, ubicuos.
Y nunca fue tan cierta la misteriosa frase de la
creación:
En el principio era el Verbo.
Mi palabra te lleva y te trae. En el misterio del uno y
del cero,
danzo para vos
este canto de gozo cibernético.