¡Regrésame mi
alma ardiente!
Lo dicen tus
gestos, ¿Te marchas?
Te marchas,
volando sobre las alas
Glaciales de
Mercurio y
Me dejas hamaqueando
en las frágiles
Espaldas del
viento.
Pero, antes
que cruces más allá la frontera del sendero
Deja
encendido el fuego dentro de mi alma
No lo
apagues con la indiferencia de tu mirada.
Verás que el
karma te condena.
Al momento
que no encuentres otra alma gemela
Tan
brillante, tan ardiente, y deslizada en ti
Mansamente
regresarás la lumbre en ella
Y yo lista
para amar de nuevo.
¡Déjala
encendida!
Aunque la
llama sea cadavérica
Volverá su
espíritu discurrido
A estremecer
de nuevo tu simiente
Y alentoso en la envoltura de mi cuerpo,
¿Quieres
fuego sobre tus frígidos ojos?
Regrésame el
calor fluorescente que
Siempre
lleva la vida.
Ivette
Mendoza
2014
Gioconda Belli
Devoluciones
Devuélveme mi corazón, viajero.
Tú te irás me lo dices-,
montado en alado pegaso te alejarás
y dejarás sólo noches solas a mi alrededor.
Por esto, antes de que dobles el hueco del camino,
debes dejarme puesto en el pecho el corazón.
No te atrevas a llevártelo escondido en el equipaje
tentado por el deseo de acariciarlo
cuando encuentres que no encuentras otro
tan rojo, tan amante, tan lleno de cantos para vos.
Debes devolverme la roja lámpara
que alumbrará otros caminos andantes de mi pecho.
Debes dejármelo palpitando, trasplantado,
un poco enfermo seguramente,
pero vivo y aleteando vida.
Yo envolveré en una manta mis largos pies.
Te los daré para que, nerviosos, te sigan,
para que ellos vuelvan a traerte todo mi cuerpo
si alguna vez quieres trópico y corazón del sol
cuando el frío y las luces de neón
te rodeen como ejércitos enemigos.