Mi
larga caminata,
La
noche larga ciega del encuentro.
El
humo campanario, que con la sarna
De
las penumbras resuenan
Los
secos desiertos.
Cada
soledad descubre su íntimo
Paso,
cada paso descubre su
Punto
inicial.
La
sombra me enturbia a donde
Me
dirijo, sé que voy a buscar
La
grisácea lluvia empantanada
Que
en un hueco inmóvil de la memoria
Había olvidado.
Riberas
de abismos, antesalas
De
las ciencias y las sospechas,
Y
mí engañada persistencia me llevan
A
su esclavitud desatada.
Las
visiones se mueven sobresaltadas,
Pero
nada aclara el instante.
Pasos
que doy con las manos vacías,
Vueltas
alrededor de la palabra con el rumor
De
un falaz castigo.
Estoy
en la condición de sintonizarme
Sin
el hormiguero encadenado.
Ivette
Mendoza
2014