Luna etérea fatua por la noche matinal
Luna etérea
fatua por la noche matinal.
Melancolía
de desnuda casualidad.
Tan sólo en la
voz entrecortada del
amor pecaminoso de seda.
Soledad recelosa
batida de viento.
Mecanismo de
la madrugada desaforada
en la
fugacidad reconciliatoria de las horas.
Un volcán de
hormigas
derrama lava
de sed hormigueante
por todos
los follajes bélicos,
ardiendo
bajo el peso silente del
lívido sentimiento en callejón sin salida.
Quieto fuego
adentro.
Ivette Mendoza Fajardo