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martes, 11 de febrero de 2025

Fragmentos Otoñales

 Como una locomotora cegada por la niebla,
la geografía de los pernos puntiagudos labra senderos eluctables
entre el aroma del geranio amistoso y
el silencio sabatino de las súplicas.
Nadie ofrece, nadie palpa la suavidad del satén
en el consuelo.
Las cítaras del sollozo perfoliado
están exhaustas, hasta el punto de derramarse
sobre una nueva luna de espejo musical que cruza por el aire
buscando miradas en callejones desvencijados.
La avenida clama en soledad silvestre,
y entre los escombros que devoran las manías de una figura,
de cera selenita, se desvanece, pero,
¡aún flamea un estandarte hacia la abundancia inusitada de besos
con investiduras casuales!
¿suplico absorta por un alba pacífica y duradera?
En un compartimiento lleno de fragmentos otoñales,
las rocas de la afonía chocan entre sí, transversalmente
y un crepúsculo altisonante y ciego se pierde entre tus brazos.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 10 de febrero de 2025

La Quirina Vieja y Gozosa de Vida

 La calavera gozosa de las quirinas viejas,
chorreada de pavores y amores en astros soberanos,
la cabellera pagana de las aldeas solteronas
y un mal de hora buena sobre el toldo vespertino,
el pelambre contribulado que brota de la nostalgia,
son los cielos fanáticos, enguantados de frondosidades enajenadas;
sobre la caja cegadora de escarabajos sin copetes alarmistas,
flameando sus calcetines rotos, con celos de duendes claustrofóbicos en los
desvelos impresionados.
La viudez con flores señoriales de confiada compañía,
que atraviesan, sollozando,
el callejón del duraznillo que patalea,
protegida por sillas quinceañeras,
como muebles ahorcados y tapices ilesos
como cascabeles cornudos;
es lo mismo que si yo digo:
"¡Tierra flaca que discurre novedades cabalgando!"
Se quiebran todos los corazones de los muertos
de voluntad atlántica.
¡Almanaque de azafrán al saborearlo!
"¡Gime, que gime en su aventura!"
Ay, llanto discriminatorio,
aislado con axiomas de discordia viradas y
algebraicas, de iolitas licenciadas, se acercan a
soplar el impulso de la muerte, van como diciendo
“¡Al pan pan, al vino vino!” cuando toca la campana
de países automáticos, a conquistar el ding dong de la vida.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 9 de febrero de 2025

Topos Racionales

 Jirón insigne, sin malabaristas digitados,
brinda gratificación a camisas rencauchadas, preferiblemente forasteras.
Humeral melifluo de una casta pesarosa, con o sin enseres recelosos;
se encarnizan piezas energúmenas, también se brindan
servicios de lavados de cabezas de almas sexagenarias.
Aquella fragancia a pellizco, tan potente como la espada que la contempla,
emana del norte de los logaritmos occidentales,
al igual que maquinillas descalzas elogiadas,
y la voz de criptógamas en movimientos contradictorios.
El animal de lo cibernético sucesivo y la melodía de Cromañón
se abrochan la bufanda colúbrido de la locura medieval.
Y aún el camino tecnológico ebrio, que cura en posición enlistonada,
llora mientras camina por todas las esquinas de galaxias idiopáticas
y se espulga a las urracas sobre terciopelo vivaz con cien letras dominicales
por la izquierda.
Y frota el letrista de los topos racionales como un cansancio que va
desde la pierna trasera del mundo más polémico, hasta
en aquella tienda desalmada que transfiere torpezas y desmanes desnaturalizados.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 8 de febrero de 2025

Almas Impías en Paisajes Desgarrados

 De improviso me atomizo, y colapsa conmigo la esfera encriptada

con micro entidades infantiles,
de cráneos lacónicos en el éter desolado;
son las cubiertas tóxicas, en ruinas, hirsutas, y el escorpión de los yermos,
el candado porfiado que mutila la esencia al nómada,
los roedores y arácnidos huérfanos del ante cielo,
el arrabal traicionero, belicoso y nihilista,
el felino escuálido que se precipita desde la penumbra errática,
y el astro, escindido de histeria, irrumpe en la noche, en lo abominable,
con el rostro velludo de validaciones,
la grúa inepta del tedio cotidiano,
en contienda con las ilusiones,
en el confín enfermizo y abstracto,
ese aroma profundo y sintético del colosal geranio de piel iridiscente,
el acordeón mendigo de los esquifes emergentes,
la logística del anzuelo que uno desgarra autoflagelándose,
mi pequeña, una sombra vagando en tranvías que jamás partieron,
en la coyuntura delirante, sin sendero pionero,
donde surgen, enfrentándose por almas impías,
una guitarra hosca por continente y dos cementerios
por las chimeneas dramáticas,
y exacerban todos los caminos.
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 7 de febrero de 2025

Inventarios del Delirio

 Las madreperlas ostentan su aritmética, fielmente fraccionada;
sus egos, con libertades restringidas, caminan solos,
como latiguillos desprovistos de liderazgo y mitocondrias activas.
Imito el adverbio huracanado;
imito la insulina del infinito, preludios de futuros comicios;
imito la madeja del ópalo en síncope, dispersando sones.
Despilfarra sus esencias ovíparas, desguazando corolas castradas,
si la palma no se bifurca en su laberinto;
lo bifurcado será un nicho enlajado, exento de jabalinas ilegibles.
La ortografía carrasposa suplica:
asume, aunque los berrinches de las casas resuenen,
ese beso de crisol azafranado, precursor de
metáforas estresadas;
su locura, desatornillada, es
un par de gafas homónimas, clamando los saludos más tristes.
No te enlaces al vapor de su juguete con emblemas pesimistas.
Que tu niebla subjuntiva brame, aunque recorte
la goleta de los verbos de su instinto endémico:
¿Quién cuelga un diagrama enfermizo en el clon de la imaginación?
¡Oh, sangre de electrolisis elemental, campante en tu redil!
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 6 de febrero de 2025

Humor isomórfico

 Hay estratagemas en los espejismos díscolos sobre la mar,
conciertos de cencerros musculosos y pertrechos perniciosos.
Uno recorre las claraboyas biliares clandestinas,
atraviesa los acueductos extrapolares de fantasías diurnas;
y por escueta eventualidad o destino,
encontrará brebaje de humor isomórfico
en un dique entramado con idiosincrática fumarola.
Encima de todo,
un retrovisor con migrañas visuales,
desfiladeros que se constituyen en los encéfalos empalagosos
en el aire que escolariza las moradas neurolépticas—
se granulan levemente de eternidad
bajo el grifo inequívoco del firmamento mohíno.
¿Cómo raspan las garras del efluvio dogmático la yugular
en los agujeros del dolor fusiforme?
¡Oh pañuelos encañonando las interminables voces
de los reyes magos, deciden especular con grato pavor garboso!
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 5 de febrero de 2025

La bruma de la Ciencia

 El fracaso de la ciencia es el trágico subconsciente
que chorrea por los axiomas femorales de los siglos,
y en las mañanas maximalistas,
los estornudos de la bruma, empavesados.
 
Los hospicios de la herrumbre han llovido hasta los rincones,
nocturnos del martelo y sobre los fuegos tristes del alfil;
estilan un espectáculo triangular de inercia rota.
El placer afeitado de terrosas soledades
es una cadena que amarra a las entrañas del hierro gutural
con los puntos deshabitados de burlas hipotecadas
que preguntan en aguas abstraídas.
In the breeze that separates the toothless huipil
that dresses infinity
under the snooping switch of the skyline.
¿Y duermen todos ellos con los dólares del tiempo, amarrados a
pizarrones inmigrantes debajo de sus puentes estrafalarios?
Duermen andando,
las ametralladoras atribuladas y amargadas que oprimen
su consciencia de sombrero oficioso abandonado.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 4 de febrero de 2025

Corrosión Abreviada

 Corrosión abreviada
bajo el tablón que guiña su anexión,
maceran morriñas hollejudas —
la puerta de aroma cruel
deriva hacia burlas encubiertas;
insectos, con nombres gangrenados,
besan mi corazón viscoso,
despojos que lamen la desdicha.
 
En las calles de temeraria timidez,
se erige un mortero de economía vacilante,
astuto, dañino,
amontonando los escombros
de lo que una vez fue adorado.
 
Entre mi soledad marmórea
y el revoltijo que somos,
se extiende un silencio democrático.
Fragmentada, resurjo:
siento el golpe severo del rastrillo limpio abellacado,
clavado en un esternón de astillas inesperadas.
 
La macana llora su macrocitosis encorvada,
descubriendo su llavero lloroso
entre el pez hormonal
y las trivialidades del hogar huecograbado.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 3 de febrero de 2025

Arcaica Afonía

 Arcaica afonía de un desgarro incoloro
que convulsiona,
o, más bien, deja paralizado el vacío inseguro
para esquivar calambres encubiertos
tras el chícharo cobarde.
 
Frágil el cordal, satírico la horma endeble,
dictatorial, la penumbra que emana
elemental en su motocicleta movediza.
Apocamiento al reclinarse incierta,
seguridad en saberse ducha:
hormiguea el abecedario oval
—fricción estridente de la mandíbula labriega—
en la igualdad.
 
Concordancia aguda, como filo jubilado,
ademán nulo para el detallista,
para la gravitación del grito que fecunda
un hidalgo velo entre partículas de franqueza:
—desveladas armazones alertan
el paso embriagado del frenesí,
la exorbitante gota encarcelada—.
 
Mojigato camino iliterato el vértigo,
como integridad desolada
que se dobla ante la mitosis mitológica.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 1 de febrero de 2025

Ignición del Desvelo

 Oh, ignición del desvelo, fulgor perpetuo,
lengua despierta en la pupila fosfórica,
brasa nómada de mi verbo desmembrado.
 
¡Llama caliginosa, mía, irrevocable!
Cuando el alma extraviada la toma y la vigila,
se funde en la órbita de un ojo insomne,
se retuerce en el ombligo de la visión febril.
 
Gardenia incinerada, atrapada en su propia hipnosis,
marea exánime que refleja el ocaso contemplativo,
fécula ardiente, sus cenizas se esparcen al viento.
 
¿Ritual en alta esfera o sombra crepitante?
Luz sometida en plegaria desollada,
tibia osamenta que vacila en el umbral de la combustión.
 
No hay regreso, solo brasas que recitan epitafios.
El fuego es cúspide y cenagal,
afonía y estallido,
fosforescencia inestable
de un renacimiento que nunca se sacia.
¡Llama! ¡Hoguera de la ilusión inagotable!
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 31 de enero de 2025

Lírica Opereta

 Lírica Opereta, pudiera ser el alias del arte sosegado—
operable que hormigas loables laboran meticulosamente.
En la raza lírica observamos diversas manivelas argumentativas,
¡Inculpan géneros larvados como garrochas!
Se lanzan, enclavados en procreaciones;
Preparan el anular en público, en un trío disonante,
su yermo fracturado espiritualmente
se dispersan como el búcaro de las rosas caprichosas.
¿Algunos se vanaglorian mientras otros se auto inmolan?
A ciertos panfletos descabellados,
la faja los azota en su última unción,
las enumeraciones irreales entretienen su rescate,
las auroras los devoran en la 'musicograma',
el dique fraterno les pesa el cuajo cósmico,
la cubeta castiza los recentra
en la concordancia del tiempo binomial,
y la palabra grandilocuente los precipita al desempleo achacoso.
En el dominio de la estampilla digestiva son resucitados,
y, como obreros de la infertilidad, lloriquean mudables
en la naturaleza de la escasez.
In the retirement of the stars, all grow beneath the stones
and find the principles of the virus that separates them.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 30 de enero de 2025

Disputas Monospermas

 En las biosferas hidropónicas en moratoria,
en las afluencias labran puntas que disputan sin cesar,
o en los casamientos monospermos de la naturaleza social,
expropiamos toda aquella ganancia que guarda
un largo y angustioso silencio.
La tiza lobulada que rayaba
el pizarrón la mollera de la picardía,
y sus monetarias infidelidades.
Nos dicen que todo fue deficiente:
el chopo del chispero lagrimoso,
la bañera que calificó joven
en su examen trimestral, horripilante.
Los lamentos que eran las falsas verdades
del ataúd ataviado de causas y efectos.
Todo es consejo concentrado ilustrado
de igualdad.
Pero eso, juntamente, lo llaman
los licores menopáusicos del mundo,
las revistas del mechón que nos patrullan,
y las picaduras herculinas que debemos curar.
Quizás,
lo último, lo que solo
debe ser inyectado con la jeringa del júbilo pasional.
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 29 de enero de 2025

Protones y Pulmones: Puntos Reclusos del Mundo

 Las pugnas siderales hacia objetivos claros por auto recreación.
El imperio florícola de la desdicha en la molaridad solar entorna
causal y junto a las borrascas hipnóticas,
se interceptan, juramentadas.
El proceder inminente de la ilusión tecnológica.
La energía haloidea bajo la tierra infanzonada.
La intervención de los vientos lazaretos de mancuernillas faraónicas.
La exploración de inteligencia licántropa.
Los errores de la operación maruja.
Todo en favor de las monomanías de números dirigentes
y sus binoculares fallados de latidos divergentes.
Sólo paginamos la catástrofe
de la paráfrasis histórica y pigmea
que puede estudiarse en los artilugios
de emancipación termonuclear.
Paisajes presagiados del pretérito laminado.
¡El protón del pulmón de un punto mundial recluso!
El barrilete románico transbordado desde un sótano unicelular.
El silencio tentemozo vitaminando una litoral, en decadencia moral.
¿El anochecer encefálico sexuado de la masa carente de lobotomía?
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 28 de enero de 2025

El Rocío de los Inversos

 Una piedra exogámica calibra mi clemencia;
resplandor espigado en la saliva de los días.
Una escultura hipertensa, se mueve dentro si
litigada por el tiempo,
entre la lámpara mellada y el té del paréntesis;
la salvación de observar la ritualidad del verbo
frente a la polisemia del sueño.
 
Solo una picadura de parábolas y ya,
el céfiro se resbala en mis nervios, catatónicamente
que una vez televisaron
los metales pleurales de la muerte nómada y la fetidez
del nudo desnudo,
plantado por el isotónico reflejo.
 
Imposible elevarse al goloseo recreo, y morir
y salir de las penurias y asumir
la vida automática enseñada;
imposible, como el diptongo del aire,
detener los fríos ábacos del no linaje,
vivir sin desenfado, retroceder
ante los resquicios de los contornos que nunca consintieron
el eón de la maldad entre el rocío de los inversos.
 
¡Cuánto tarda la conjetura en desenredar
la maraña del tiempo!
¡Cuánta vaguedad perpetua en el chacal de la calle!
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 26 de enero de 2025

Sonambulismo del Roble Líquido

 ¿Quién transmutaría al roble fluido del ensueño acorde?

—Un vagón sulfuroso, desviado del tiempo,
la sinfonía de días petrificados, estaciones que lloran.
 
Irrevocable, este sendero oscurecido—
palabras extintas iluminan, llamadas 'poema'.
 
¿Presientes? ¿Cómo el agua atrapada en la mácula de realidades disueltas,
expuesta [papiros desplomados], degustando la amargura?
No proclamaré, ni la eternidad de la fidelidad (bajo el árbol calmante),
ni la complicidad de la vena de tormento que evade, ni la hora alterada
—un vacío mendigo, tangente a
abismos: utopías/rendiciones,
la soledad de los orbes aceitosos
libera la jauría del delirio,
la sangre de equinoccios, quebrada.
 
Explorador de sensores, trueno que atraviesa, que dirige,
flecha fugitiva que agita el sueño; y yo,
en un vértigo unísono, lanzo mis huesos, cansados y resignados,
en un callejón de martirios y abismos.
Declaro: la vida es excesiva, el tiempo declama en rocíos manifiestos.
¿Curaría la madera engreída sus heridas abiertas?

Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 25 de enero de 2025

Parpadeos del Desencanto

 Llega el parpadeo forastero del tiempo,
pardusco y jocoso, sin manivelas ni jorobas.
Soy testigo de su burbujeo clonado en un destierro negro,
donde la hora diluvia honestidad pareada.
 
Reitero, guardián del tedio fanatizado por la ausencia,
cuando el hambre picajosa marca su alarma, y el radar
se vuelve cancho; las ropas se desvanecen
como carrizos ante alambres que no cuelgan mi dilecto rictus.
 
Prometo silencio en este procesamiento de lo imposible,
donde lo importante se diluye y nada brama con significado;
y sobran los remiendos en corazones rodadores,
en esta forma desmesurada y necia de afirmar que no existo.
 
Diré que el mantel nos dramatiza; el sol odioso se oculta,
absorto, y el sompopo sardónico camina avernos irreversibles,
sintiéndose como señor y dueño de las cosas
entre los rostros añejados de idilios conflictivos del timón
de lo cadente.
 
Soy testigo de este brío intrincado que inexplicable
cubre la sobriedad del tiempo,
en esta ciudad espectro, un soneto tequioso donde la clonación de la rutina
multiplicativa niega cualquier cambio. ¡Oh, vibra brillante el verbo psicótico!
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 23 de enero de 2025

Humo a Humo Empinado

 Humo a humo, humo empinado
transformado en amable sonrisa enarbolada—
cenefa de hora indomable, revela
nuestras siluetas blancas, heladas de litigios.
 
Magia herida corta—
una máscara más, neperiana,
se suma al parasol de suicidios.
Lágrima negra, perogrullada
bebo sola de la copa sangrienta, dogmática,
astucia femenina, escarnio de mi sobresalto.
 
Un filtro de calor garabateado—
nacido de una oquedad ilesa,
intimida por primera vez inventada.
 
El lingote de maldad es demasiado mitómano.
Sueños como monturas moribundas,
exigen sombra náutica, claman luz de parabrisa.
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 22 de enero de 2025

Barranco Manirroto

 Radiobaliza el aprieto: un barranco manirroto.
Hilador de ciudades sincronizadas, desmotivadas
manivela fanatizada esparcida—sin lógica, motilada—
en el cinemático oscuro polen de techumbre, puntualiza.
 
Bisagras preconizan, torrenteras de diverso conglomerado,
letíficos desechos que hostilizan somas, octagonales
radiobalizar la razón: un muergo imposible, hiere cruel.
Inverna estolón, inflamando catafalcos, palpitan en la catástrofe.
 
Islas, dulce cosecha derramada; investidura,
istmos invertidos, selva sobre las uñas, en cataclismos,
conflictos: salpicados de manumisión, errada en
asaltos que dibujan estrías en la esfera.
 
Estructuras imperiales, emblemas en gomorresinas
se alzan, dominando océanos, armonías,
conflicto—flor mundificativa—como privación, fumante,
restos jeroglíficos, engullidos por su propia fiera cuprosa.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 20 de enero de 2025

Majestad de lo Efímero

 Cima del encanto, lenguas misteriosas:
Sacrificios aéreos, cada clamor alado, reza calmado,
inmediatez suspendida bajo lágrimas celestes,
diluida en la vastedad de algas virginales.
 
Mesnada de impulsos esbeltos, gracia que
de alacridad juvenil flota, inalterada,
en el vacío incoloro saturado;
contraste con su plenitud tangible.
 
El mundo, candor sobre energía glotona:
reflejo discreto en el abismo contrincante,
visiones puras fluyen en cascada. Solo suma,
la voz del resplandor teje verdades sutiles,
mientras su esencia se evade, majestuosa.
 
Dulzura de los cintillos bufos, irreparables:
Buque apóstata con la época olvidada frota,
el desamor cotidiano se desvanece y diserta;
recuerdos, apenas palpables.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 19 de enero de 2025

Siglos Digitiformes

 Un trabuco gráfico púrpura creía ser dueño—
de la falange del cielo policéntrico,
oscilando—
 
Océano de brasas debilitadas, canto de soberanía,
océano de fulgor embravecido, universo en pausa,
océano de eras fantasiosas y siglos eclipsantes—
enmascarados de acetonas, soles de trigo guarnecidos,
folios descoloridos en impulsos que despiertan las cosas.
 
Claridad, desertora del recinto, golpea con la fuerza divulgada,
estornuda cánticos indefendibles; ignora su corona de escarmiento,
se eleva en magma en el techo, dentro de abismos digitiformes
de la noche incandescente.
 
Arterias drenadas al viento jubiloso, de realidades míticas,
parasoleado drenaje láctico con baba lampiña que estruja su simiente.
 
Índice de lamento placentario navega en connubio trágico-cómico,
descarriando las rutas del sentir, un mapa inconcluso de pulsos
y manoplas en motilidad.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 18 de enero de 2025

Espectros del Vacío Libertario

 Hoy, la jornada inmarchitable se viste de un nuevo matiz,
no solo marcada por rutinas gravosas;
luces galantes, electrodos que se deslizan como hojas,
rendidos al azar de un aliento esmeralda
que sopla suavemente desde la luna consentida.
 
Mortero de sangre y vino, pulsando ágil en arterias herniadas,
mientras seres de celuloide en escenarios incitativos
sacrifican espectros empapados por lluvias de neón exhausto,
sanando sus cerebelos lastimados.
Estandartes pedigüeños se dibujan en el cauce de borrascas,
una purificación nívea del verano resuena,
dolores en pellizcos que se filtran a través de cristales,
sin arrepentimientos, sin pautas fijas,
solo el volumen del fardo progresista promete algo,
llevado por un empujón tímido del viento cizañero.
 
¡La claridad pavorosa se desborda con rapidez imprevista!
Plantas sedientas en molleras se apoyan contra el muro,
una hostilidad se desgarra en el vacío libertario,
lo que existe, lo que se persigue de antemano.
La vigilia entusiasta resplandece entonces, brillante como aceite,
un satélite enviciado, emperejilado en transformación, un astro desmenuzado,
y escarchas devoradoras de nieve añeja se deslizan en unísono compás,
navegando en los músculos empíricos de los acueductos,
piel del otoño desueto, como un conducto de plasma denso,
buscando su final en una clavícula consciente.
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 17 de enero de 2025

El Festón de la Realidad

 Rompiendo el verso, amplio y cartilaginoso,
verdad centrípeta de labiada consciencia
entre el cartapacio ensombrecido y el festón explicativo,
que se esfuerza por ser noticiosa novedad.
 
¿Mantillas de tristeza cubren el enjambre inventivo
por no encontrar la magnetita descortés?
Aún recortada en la holladura matinal de cada día,
del clamoreo quebradizo que se desordena en
lágrimas alicaídas como cuenco antifonal sin sombra cascarrabias,
 
"Twilight laden with life in macroscopic intervals
of mobile sleep where illusions trot,"
 
¿qué columpia absolutamente el copete desidioso?
Sin retroceder hacia el rubor deshidratado consume
la dicha enronquecida del verso estallado de astros,
¡furibundos sobre el hábitat del verbo!
 
Milenios desgastados floreciendo humosos en el quebranto,
en lo maquinal que corretea en los despojos del marbete.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 16 de enero de 2025

La Noche Monigote

 Sostenme en el brocal amoratado,
del consejo crenado, empobrecido;
alamedas envirotadas, anaqueles
contemplando mi vanagloria ilegible.
Imprevista lentitud—molestia monetaria,
enfrenta la joya lobulada del misterio.
Incontaminado manto, colisión estelar,
retuerce emancipada entre manos no más pesadas,
la vanidad de la foresta, mitosis sensuales,
espuelas, herreruelo de mente hambrienta,
proclaman ardor a los vientos clandestinos.
Bebe la igualdad de la noche,
en vaso de lamentos, monigotes
enemigos de la niebla.
¡Bebe otra vez, noche granulada,
hasta saciarte de frialdad eterna!
 
Vestidos dominicales del silencio,
brillan inmóviles hasta su existir lardoso,
bajo mueca lanzallamas que nunca cesa,
que nunca deja de quejarse.
 
¡Ay, grandeza que corroe el grotesco guardapelo!
Enajenado sol del grillete polinizado,
tu ego, tu voz, tiñe verde el rocío bifurcado,
soledades despiertas.
¡Ay de ti, arraigarte perenne en mundo implacable!
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 15 de enero de 2025

Lienzos Corpulentos

 Lienzos corpulentos sobre la epidermis derrotada:
etéreas lucideces psicométricas prosperan
a lo ancho del esternón desafortunado,
designan con fulgor diatónico las murallas impertérritas,
fantasmagóricas pilastras que delinean el camino
de la empuñadura.
 
Se emularon las sienes escarnecidas,
bajo la escultura de flebitis que las resguarda,
la gamuza sostiene el magullado guiñapo de la hecatombe
en fosas de decimada impresión adormecida.
Cada hilo imprime vértigo en la epidermis,
y en él se emulan los días seculares y la marquesina
de los vientos,
allanando, cual ordenanza, el óvulo de la historia,
pámpanos del escalpelo que dejaron abierta la caja de Pandora.
 
A paso doble, la justicia en cuclillas se desvía del pecado,
dispuesta a absolver perdones oxidados...
las dentelladas tercas y los embrollos de su vida, apretujados,
construyen atajos desdoblados sobre sus espaldas.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 14 de enero de 2025

Guardianes de la Luz y Sombra

 En la litosfera atemporal, ardientes litigios de maderos
entretejen universos paralelos. Un diafragma
captura elípticas veloces, articulando instantes:
cada uno, un mundo de otros mundos, contrahechos...
Busco en los puños de cloroformo, una efusión que adorna
las fachadas del cosmos, ascendiendo como un grillete
hacia la mácula inmaculada.
Procuro no desfigurar el curso en el nervio del muelle,
¿Qué protege el alma bajo un parasol de sombras ilusas?
No detengo el deambular de una pupila gaitera
que silencia palabras, guiando hacia la luz de su senda.
¡Humus sonoro!, guardián del beso magro del concepto:
fecundo beso, oriunda percepción de un ordenador martirizado
que, en la bruma de mi pensamiento, renace, delineando horizontes
como escudos ante la muerte.
Ivette Mendoza Fajardo





domingo, 12 de enero de 2025

Cataratas de Voces

 En confines distantes, esmeralda cincelada, terciada,
torrentes iracundos quebrantan las venas de Managua.
Vocablos en cascada, tumultuosos,
descienden—
forjando espectros en una estampida taurina.
 
Yazgo en esta grieta de fibras entrelazadas, meticulosamente,
alimentando un recuerdo vibrante de cadencias musicales,
envuelto en una penumbra acuosa, fracturada desde su
puerto de resonancias eternas.
 
Luz espectro, visión oculta, precipita hermandad,
desafían la erosión bajo el acontecer ámbar, un exilio verde.
Cardos audaces, desafiantes, proclaman su eternidad.
 
¿Agrupaciones amargas de relatos
vociferan, desafiando la mirada del poeta,
incitándome a avivar la hoguera de la imaginación?
 
El río errante serpentea, memoria torácica,
despojado de mi esencia, libero en oleada,
por caminos adornados con flores de sacuanjoche en llamas.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 11 de enero de 2025

La Sinapsis del Silencio

 Efímero, el cloroformo del pensamiento,
navega entre la sinapsis del silencio y el límite del horizonte,
custodiando y recompensando mis recuerdos.
Mitones vespertinos; comitiva colegial y bufonesca,
que madruga en sombras,
se eleva sobre el asfalto de tu voz enceguecida.
¿Acaso mis ojos se conglomeran al impulso del neurotransmisor?
Ahora, más cerca del espectro maternal de tu mente inquieta,
soy el metal indómito de tus miradas fatigadas, bordando
la profecía amorfa—
ensamblando la electricidad de tu jardín neuronal.
Bajo la constelación que truena a medianoche,
descienden mis labios hacia tu cintura alineada con el viento norte,
para sustraerte, furtivamente, el sueño imperioso
y desenredar tu fatiga en la contienda elíptica...
¡Silencio, cámara en fotogénesis!
Con solo tu elocuencia sagrada, se consuma la rendición,
derramando el amor fluido cuando ya la luz divisible se torna insípida.
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 10 de enero de 2025

Silencio Codificado: Ruidos y Espejismos

 Silencio mundano, cárcel de palabras no dichas,
descifrando tu esencia en cifras vulneradas.
Te revelo en la cadencia muda del agua amordazada,
y en la penumbra de una bruma enervada, te descifro,
destilando la amargura púrpura, gota a gota, ruido a ruido,
bajo el leve roce de tus labios, cuarzo y mica.
 
Tu humor, fruto maduro del azar,
electrifica el aire, carga cada partícula de mi ser.
Pasión, nuestra fusión estelar en la vastedad,
pospone las mordidas pétreas; tejamos juntos
la tela de nuestra coexistencia,
mientras un torbellino de ímpetus prístinos nos promete el infinito.
 
Mi espíritu, anclado en la constelación de tu aliento,
captura los ecos de un sol difuminado,
negándose a disolverse en el vacío del olvido.
Tus manos, refugio sagrado, preservan mi esencia,
mientras un nuevo astro brota en la oscuridad,
un destierro silente iluminado por la certeza de tu existencia.
 
En la nebulosa de tu suspiro,
mis alas de ave extraviada hallan descanso,
y en el enlace de tus dedos,
ninguna fuerza, ningún fragmento de cosmos,
podrá desgajarnos.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 4 de enero de 2025

Pentagramas de la Sombra

 Vidrio milanés habita—mi alma perla goyesca, desabrida
—emerge del silencio, ocultándose en los pliegues de la razón,
una gacela coagulada, suaviza los insomnios, industrializados.
Nieblas catalanas, un limbo famélico danza con torbellinos necios,
disfrazando—con recelos—la espera policrómica;
dátiles del descanso dariano, destacados, deambulan—ociosos—dejando
tras de sí salivas oraculares meditadas.
 
Recalibrada, mi soledad—codorniz eflorescente repelida,
en sombras se alinea; contornos pulidos a compás
dirigen una sinfonía de emociones ocultas, extintas en apariencia.
Una gota de reflejo, mercurio en medusas,
un insecto desalado se libera entre sienes sangrantes.
Desde mi esternón, asimilo corales paradisíacos e intangibles;
el orbe sensitivo, teñido de ámbar, susurra efluvios de cicuta añeja.
 
Madonna del deleite ocular en Greenville—estación subterránea—
notas dispersas como mástiles en naufragio;
mañana, pentagramas hibernados despertarán, gradualmente.
Reflejado en el vidrio, el amanecer transforma todo en visión esperanzada,
¿Dónde caerá la sinfonía del coral azucarado?
¿Cómo trazarán las medusas, en auroras urbanas,
arquitectas de corrientes, el mapa
de mis reacciones instintivas sobre la almohada al soñar…
cuando las aguas azafranadas, en su viaje hacia el sol diluviano, se apacigüen?
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 2 de enero de 2025

Lánguidas Ventanas al Pasado

 Montañas escondidas conceden impulsos ocultos,
en abrazos sublimados, herencias líquidas—presidiariamente reveladas,
antiguas creencias bajo máscaras matizadas, invasivas,
tejidas de remembranzas que el viento desplaza.
 
Here, I establish the whispers of the wind,
navigating luminescent oceans within cunning tides.
 
En pabellones marítimos, refugios de mareas astutas,
mi dialecto del aguacero trimestral—exultante,
articula misterios entre pinares del esternón.
Lánguidas ventanas, lienzos que delinean
códices verdes, insurgencias de hojas,
mi voz—escurridiza, busca arcos temporales,
anclados en rocas timoratas, sombras erosionadas.
Ivette Mendoza Fajardo