Vestigios de Luz y Óxido
No pudo escapar el rubor del ayer:
huellas arden en el fuego de mi memoria.
El fulgor,
como silencio en la oscuridad.
Todo cambia
cuando me alumbra.
Estrofas perfilan
penas que brotan,
lecho que cobija
sombra en la calle.
Armario de ilusiones,
estallan en multitud de horizontes,
luces que sueñan despiertas
en mi noche festiva.
La soledad rompió mi esternón de acero,
el aire se hizo astilla,
me visto con relojes oxidados.
Cuerpos emocionados, tinta que huye;
mi vestido es luz que arde en el dolor.
Alas oscilan en chispas.
Ecos de ritmos idos,
sanador de mi tierra pasada.
Ivette Mendoza Fajardo