Huertos callados
Senderos de incertidumbre
hienden mis ríos descalzos;
me cercan voces dormidas,
me germinan huertos callados.
Senderos de incertidumbre,
la vereda se abre y se tuerce;
en el remolino de miradas
otras manos cautivas resuenan.
Casi al umbral del zafiro del mundo
brota un lirio, nítido, intacto, esperando.
Me sorprenden letanías serenas
en el filo helado de la nada;
la lluvia se desgrana en su despedida
y sostiene lo frágil.
Senderos de incertidumbre:
¡ha germinado la quimera!
Ivette Mendoza Fajardo