Related image

viernes, 22 de agosto de 2025

Sin proa ni popa

Una mórbida hormiga sobre mi delirio viajero
rompió los buques rasgados por la fuerza centrípeta,
siglos que habitan la otra orilla,
en el espejismo turquesa que camina suavemente
con venas de asombro.
 
El ojo abierto reconoce al navío:
en su alcantarilla se deshoja.
Alguien llama en las aguas harapientas,
donde no hay proa ni popa,
solo la chispa del reposo.
 
Cruje el timón, cruje la noche;
por eso sigo soñando con la sirena del amor,
que canta su sed a la orilla
de una espuma inocente.
Ivette Mendoza Fajardo