El pelicano peligroso pela
pieles.
Dobladillo doblado y terminado.
Dogo dogmático y dolarizado con
especialidad en maldad, malta.
Los ojos mustios sueñan
musarañas.
Molestoso y molido está el
molinero,
era jardinero, era, era
panadero.
Qué molesta esta espina en el
zapato,
bato, bato el chocolate mate.
Penicilina penosa sin penetrar
en los
poros. Loros buscan sus
estacas en
lugar que los aclimate y los
hidrate.
Lluvia de tristeza y Consuelo Melo
salen enrolladas en su propio
pelo.
Recuerdo que arde y se consume
en su consomé en desacuerdo.
Las hormigas son amigas de las
migas,
y no hay Dios que las bendiga
amarillas.
Mi entusiasmo con espasmos se
cura
de un solo cuajo con agasajos.
Te enfocas y te desenfocas
cuando
miras a las focas en las
rocas.
Entreabiertos los ojos del
muerto
tuerto, el frio lo enciende y
su alma
se desprende.
Soy la reina de la selva Malva
en el
desconsuelo, el alba.
La amenaza de un astro casto
que
detecta la NASA dentro de un
canasto.
La audacia del engaño huraño,
su crueldad
su falacia en la democracia,
serio, serio
pero ebrio.
Ivette Mendoza