Almirante
¡Crisantemo del submarino!
La mirada hostigada por el sol bravío,
resina y atabales férreos de las pléyades.
La flecha lanzada desde las ramas zodiacales.
¡Crisantemo del submarino!
La mirada hostigada por el sol bravío,
resina y atabales férreos de las pléyades.
La flecha lanzada desde las ramas zodiacales.
El lienzo de las cascadas.
El iceberg de las rodillas sobre la tangente fobia.
Qué influencia en plenitud, mi nombre.
El iceberg de las rodillas sobre la tangente fobia.
Qué influencia en plenitud, mi nombre.
Qué nombre me libera de la
sombra.
Qué sombra se despide con sus manos.
Qué sombra se despide con sus manos.
Qué rueda el almirante hacia
el pantano.
Llevo dudas en mis sienes concordantes.
Llevo dudas en mis sienes concordantes.
El timbre gotea a voluntad de
nadie.
La voluntad de nadie ora ahora
y explosiva.
La hora explosiva que consume
a nadie.
Y nadie brota vertical y belicoso.
Con la única línea recta que
figura ya perdida.
¡Cuán corta es la pregunta que
se alegra en su osadía!
Virgilio que visita el
Vaticano por el cuarto punto cardinal.
Ruina que asalta en la
alfombra.
Es mi ruin ruina que en la
nieve se desliza en tobogán.
Es el tobogán el que me lleva
a lo blanco del destino.
Ivette Mendoza