Estrella de la noche, minúscula,
brillante, transparente,
amante,
como dulce peral constelado,
flequillos de seda, colgados.
flequillos de seda, colgados.
Peras de abril, pechos
tentadores,
sabor de tus labios,
acogedores.
Cielo enamorado que se refleja
entre el manantial y los perales,
madre tierra que sobresale
bondadosa y pareja.
Corazones de almíbares y ardores,
piedra ilustre en Azores
recuerda los paraísos
que nacían entre tus manos,
atronadores.
atronadores.
Por allí asoma un ángel sin
aviso.
Ivette Mendoza