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martes, 13 de febrero de 2018

El dios de la emoción, del arco y toda flecha

El dios de la emoción, del arco y toda flecha, 
le dio al principio a su amada reina 
la ambrosía cicuta que al tomarla bajaba
al averno reino de su mente estrecha. 
Mecía sus caderas cebras como hamaca
cuando se le aparecía Elías de arquero 
y apareció como incriminado hechicero 
e hizo realidad de fuego su visión urraca
y la eternidad goteaba entre sus piernas flacas;
esto ocurrió después de haberle dado a Elías
una soberana cachetada en su mejilla.
Más aun en el estéril vientre de su ojo rojo guardaba
el tesoro del enojo pero, nadie lo sabía solo
que al cerrar sus piernas el averno más se encendía.
Ivette Mendoza


Nombrado ejercito de diamantes

Nombrado ejercito de diamantes
regresó a la cautela de mi origen,
no hay azar, solo amor mi almirante.
Cuenta Ud. con una buena mística,
cuenta Ud. con un ejército de cosas
que van sonámbulos o brillantes.
El orgullo queda atrás por ir cantando,
por la elegancia de mostrar la frente en alto
repitiendo la oración del santo, santo,
un jinete desleal defendiendo su alcurnia
con palabras impuras, realidad sombría.
Su relato yo la escribía, papel y tinta
con los hilos del tiempo
cuando en aquel momento
desde su balbuceo solo sílabas repetía.
Gira, gira el espejo hasta besarte 
en la frente sin gastar energía en la mente
mil siglos de proeza y atributos,
en la profecía de Eneas era leal el más bruto.
Ivette Mendoza

Entre la lámpara ensoñada

Entre la lámpara ensoñada y tu mirada
un poema de Darío rimando.
Te amo, me amas, nos amamos
y brindemos con esta jícara de tiste:
¡Salud! Hoy
igual como ayer vengo a refrescarme
en los abanicos del tiempo,
en las alas del guardabarranco,
en las hojas mojadas de tus madroños
acurrucada en tu pecho apareándome
como una fiera en acecho.
El hoy es siempre el mañana.
Ivette Mendoza



lunes, 12 de febrero de 2018

Beso a lo Nica

Allá en una pequeña
tierra triangular,
donde yo he de soñar
la última luz de la aurora
junto a tu suspiro de yerba fresca
con la intensidad pintoresca del
Momotombo algodonal:
Un piropo apasionado,
del comal al oído.
Un piropo apasionado,
del comal a la espera.
Un beso con fuerza de pinol
bajo el crepúsculo maizal
porque en nuestro sendero
arterial corre la sangre,
sépalo bien, !pura cepa Nicarao!
Ivette Mendoza

Lunas de lienzos esquivos

Lunas de lienzos esquivos, tus pupilas,
mi cuerpo, su lánguida contorsión
frente a rosas venenosas,
se abren más allá del tacto al
depararme un lecho con cantos

de divas y diosas y en
cuya magia me invita a comer
el beso del llanto.
Dentro de mí,
la dosis de amor peligrosa,
preservada acción milagrosa
que nos induce a la entrega.
Ivette Mendoza

domingo, 11 de febrero de 2018

Aquí en esa victrola de madera

Aquí en esta victrola de madera
hay melodías que redoblan
la intensidad del sonido
con acordada mezcla
de pasión y donosura,
la rememoración de los
viejos tiempos,
dos seres que se juntan,
que vibran, que se acurrucan
como si todo el encanto
principia y finaliza en sus oídos.
Ivette Mendoza

sábado, 10 de febrero de 2018

En el tantrismo

En el tantrismo
la armadura yin yang vibra.
Las ideas escupen
los recovecos que rechinan
en el altar dónde el clímax
indaga, sin escapularios.
Musita la fiebre sus violetas
y entonada sucumbe al éxtasis
mientras la hembra hambrienta
escurre su sangre a través del
escalofrío sensual hasta estremecer
sus pies.
Ivette Mendoza

viernes, 9 de febrero de 2018

Una hora en relieve

Una hora en relieve, una ola rodaba
del relámpago, a la realidad de nieve.
A punta de fuego, frente a un avatar
hay un mundo caduco que a tu memoria selectiva,
su huella sonora se sabe ensartar.

Blanco es mi color, blanco es mi dolor
entre mi autorretrato y el litoral de la luna es buena
mi suerte con aridez de sierpe y cuernos de marfil.
Verde, verde de ojos, verde el paisaje donde alcanza
tu mirada con sus dos pupilas de luz.

Tamboreo que me viene tras la alborada,
Tamboreo que va tras el crepúsculo,
sueño que hurga en el trastocado invierno,
blanco es mi color, blanco es mi dolor, blanco eterno
blancos los lirios que eligen mi disfraz de mujer.

Derroche de hormonas salpicando
mi sabor humano.
Ivette Mendoza



En el instante de enchilar y quedar enchilado

En el instante de enchilar y quedar enchilado
el chile quema tu sonrisa
como fuego lleno de furia en el altar de los dioses.
Tus labios dirán que es verano y contienen
tanto lo amargo como lo escarlata picante.
Llamarada asombrosa, hasta el enchilado suspiro,
el muslo se tensa, la mano une la irradiación.
En esta mesa tenemos
un deseo de amar y usar el infernal chile
como un eslabón para los esperanzados.
¡Ay que diversión tan suicida!
¡Hay más chile que vida!,
¡Terremoto en el epicentro del alma!
Veo explotar la bomba del tiempo,
en mi pensamiento anicaragüensado
con el nombre de acero
que deja los corazones rojos, rojos de atardeceres.
El aventurero siempre busca el beso enchilado
el que deja la vista inmóvil,
el que te sumerge en el ciego delirio
y te produce el sueño de no querer despertar
¿Certidumbre o incertidumbre?
Es el instante de enchilar y quedar enchilado.
Ivette Mendoza

jueves, 8 de febrero de 2018

De igual manera, en devaneo

De igual manera, en devaneo todo sucedía
para que todo fuera gracia en lo desgraciado:
la ráfaga fascinante de lejos me fascinaba,
la impiedad por las orejas impedía implantarse
renegada a desabotonar la sombra anegada
calcetas en remedo de utopías todo lo vería,
tal que el equilibrio arrimó arribista y arrimado.
Morada del antílope en la fronda de Penélope
afónico al moverse afianza pugna de empujón
igual que nada y desigual designio y desahogo.
En la bañera las cuchillas buscan a las niñeras
y derechamente claman sus derechos a la deriva.
El cuentacuenca recibe lo posible en la imposibilidad.
Ivette Mendoza



martes, 6 de febrero de 2018

Crepúsculos nicaragüenses

Crepúsculos nicaragüenses de sacuanjoches
largos días, melodías de azul y blanco
todo respira victoria: guardabarranco.
Como anhelados, inspiran al poeta las noches.
Con toda certeza ventura contra su desventura.
Dulces crepúsculos de amor, verso y suspiro,
de la tierra del madroño, la tierra hermosa,
Darío (el poeta), en letras de soles te miro,  
bajo la marcha triunfal y victoriosa.
Ivette Mendoza

Y sin entretener nada

Y sin entretener nada
excepto la suavidad eterna de los labios.
Suavidad cuando en silencio, revela el vuelo misterioso,
asciende a un nuevo mundo, intuye memorias.
Es lo dicho o contradicho.
La palabra desciende al carmesí de los labios,
idea rumorosa.
Estremecido llanto entretenido.
También la suavidad, acaso es exploración
que va y viene, que se revela con las bocas,
se ocultan a través del velo,
sube vibrando, al beso; a la mirada
se pintan, se imaginan, se salivan
se juntan con las puntas de las lenguas.
Se juntan con las puntas de los dedos.
Gárgaras gárgolas en consonantes.
Una boca contra otra
Gárgaras gárgolas en vocales
Una mirada contra otra
con extática singladura
rumbo al misterio.
Ivette Mendoza



lunes, 5 de febrero de 2018

A las sílabas del ave-sudario

A las sílabas del ave-sudario: 
probable van en procesión,
?Cuántas sílabas dramatizas, 
cu
ántas producen su arrebol?, 
Sílabas que delineas, sílabas
que suman, sílabas que restan  
y silabean tu nombre al sol
A las sílabas del ave-sudario
Una se me parecía a ti y al
el verbo que las pronuncias
 
también porque yo las sacudía,
 
como t
ú, silenciosas sílabas.
A las sílabas del ave-sudario. 
Una a una desaparecería
 
abecedario abracadabra
 
una magia puesta en ti
 
Mayúscula y minúscula
deletreando va mi suerte
a conquistar al ave-sudario.

Ivette Mendoza


domingo, 4 de febrero de 2018

La lengua salida, los pies helados

La lengua salida, los pies helados  
el vestido de campana,
la lechuza que cruza de rama en rama
y ya no la veo,
Señor Quevedo, la espada la lleva candente
y como derrengado de la mente se ríe de
la reina, su reino y su gente.
Comediante bochorno. Pesado de bromas.
Yo como cabra loca todo se me alborota.
Picante bocadillo, Ud. Quevedo con su
chilito piquín me recuerda a un calcetín.
En mi medio locura, veo una lucha entre lo
vulgar y los ojos del señor Toledo. Me ve,
me desviste, le da miedo, tembló y tembló,
derramó su vino más sabroso y se hizo
el viejo baboso.
¿Por qué me pregunta Quevedo si a mi
me gustó?
Es que celos le dio del señor Toledo que
que con su mirada vulgar mi ciclo
menstrual en su vino, vino de amor se
detuvo y se embriagó.
!Ay es coja la reina!
y el vino la moja.
El pícaro sabe que al ver mis estrellas,
se pone a gozar aun en cama de acero,
¡Ah creced fruto del viñedo!
¡Bebed el vino del cáliz bendito!
Ivette Mendoza


Necedad de zapatos apretados

Necedad de zapatos apretados
poner los pies sobre la tierra
y tragarnos la tristeza
hacer sonar la voz del deseo
en el largo y ancho mar de Perseo.
Encontrar la horma de tus zapatos
en la búsqueda inaplazable sed de justicia,
hay algo en tus labios, un gris de serpiente
hay algo en tu labios, un círculo convergente.
Un apólogo escapa del capullo de tu alma,
encomio en azogue, caletre de tonto,
cacumen de pantera, crucifixión en la
cumbre sangrienta, azote y tormenta.
Andrómeda remeda las siete cabritas;
Píndaro las llama las siete cabronas
y en el verdor de su memoria galopante
las deja panzonas.
¡Ah necedad de zapatos apretados!,
me hundo en su victoria
chicoleo, chicoleo, chascarrillo
salpicado de luz se clava el verso en la cruz.
Analizo la preñez de la siete cabritas
las siete cabronas,
sus vientres solares endurecidos,
sus voces lloronas.
Ivette Mendoza

viernes, 2 de febrero de 2018

En la dual armonía

En la dual armonía
aglutinando universos infinitos,
la NASA mide tu razón y la mía
y resucita en su horizonte de sucesos.
Mientras nuestros cuerpos
se aproximan a su punto de origen,
estrellas y galaxias,
van girando hacia nuestra presencia.
El verbo hecho ya antes,
somos y no nos encontramos aquí,
te amo, más no soy yo quien te ama
existo solo en tu idea
siendo así uña y carne
gravita el amor
con el beso más puro
y deshojamos
la rosa de luz
con nuestras manos.
Ivette Mendoza



martes, 30 de enero de 2018

Cuajada cuajarón

Cuajada cuajarón pura clara, tortilla y rebanada,
cuajó ponzoña de rodilla que nunca iba a cuajar
sin rendición Platón siempre deja la pasión cuajada.
Cuenca de culebrilla según el texto a cuentagotas,
derrumbado de corazón rudo filamento va a entierro 
y al duelo fin del velo y a la escapatoria de la Noria.
Ivette Mendoza

viernes, 26 de enero de 2018

Si tanta reminiscencia aún aguarda,

Si tanta reminiscencia aún aguarda,
cómo subvertir  las cabezas,
someter patrañasarañas              
o hacer un nudo en la garganta 
por morigerar gramático y melopea.
Toda semilla es como sílaba flexible,
que quiere salir a luz,
fuerza de ti, implacable
indulgencia suspendida,
himenhontanar-truenohiedra
que hisopea los frutos,
que sembró sin agua-tierra,
depone y propone gazuza celada.            
Ese empíreo universo que imputa
el fondo del enigma
ruega por mí                    
circuir el circulo pedregoso
que habrá de expandirse
al sacrificio
que contiene con un eje atado
al corazón,
a pesar del ruido
da vuelta con toda destreza.
Ivette Mendoza



jueves, 25 de enero de 2018

Mi sueño columpiándose

Mi sueño columpiándose en tus sueños,
tu mirada pensativa analizándolo todo,
el silencio de la noche sobre tu cuerpo,
la espina lacerante en tu alma,
la montaña llena de hojas muertas
la fría y eterna mañana,
las fresas infinitas,
los caminos solitarios
la rosa de los vientos
nuestros corazones buscándose.
Ivette Mendoza

martes, 23 de enero de 2018

Paracelso y dramático

Paracelso y dramático culminan
así yo veo lo cómico de mi ruina,
a Poseidón y Morfeo y los demás,
los más feos. Se llama tumba corazón.
Soy un piojo acaso, soy el nunca jamás,
soy el ojo de Heráclito que era el clítoris
del ocaso y tanto me calumnia por
lo excitada y colosal en cuerpo entero
y en bikini en el Velero.
¡Auxilio!, Pericles, pues yo en el exilio     
entre tus mejillas y un popsicle, escalofrío,               
más arriba de mi rodillas.
Ivette  Mendoza

lunes, 22 de enero de 2018

Entre la lluvia

Entre la lluvia que te cae y te limpia
se van viejas remembranzas
escondidas con llaves en polvosos baúles
donde corazones se han cerrado
y donde tu mirada es fría y vacía               
y yacen solo:
bejucos,             
oscuridad y lágrima,
melodía,             
sal y miel.
Melancólico cofre
del anhelo.                    
Ivette Mendoza

lunes, 15 de enero de 2018

Diabética colmena

Diabética colmena de besos tiovivos
Alma de fresa y rompecieloclaroscuro
Te amo bambino de bambalina y lienzoamarillo
toda idea debe nacer y somos nacimiento
nacaradaperladelamor nos besamos
tantotanto casilloro en la infancia afrodisíaca
niña Lollilollipop muestra tu dulzura
que los labios no sean el agobiotierrraluz
no nos satisface la rabiáticacibernética.
Nomás, tres alaspixeles al desfallecer,  Tomás.
Ivette Mendoza

Malabares yugulares

Malabares yugulares
al centro de lo absurdo,
la cuerda en su Do
desliza sus ojos dactilares
donde tiene ese unitario tacto
para imaginar
el tiempo desmemoriado
en la acción de contorsionar,
doble magnetizada
amamanta la eternidad
para exhibirse hacia el anonimato.
¡Juan, Juan, luz, mar y función!
De los sueños de lluvia
malabares yugulares,
van por la novena contorsión.
Ivettte Mendoza