Bajo la misma escafandra
Bajo la misma escafandra que
el tiempo ha oxidado
se desordena la memoria
matutina del chiflido astral.
En el novísimo verdor
entristecido
la pregunta malsufrida se retuerce, se
cierra en el frío
en cometas sañosos que el
hierro injuria.
La onda acústica me juzga me
condena
como un metal rayado por un
relámpago exorcizado.
La noche taimada torna su
oscuridad en transparencia.
Las ideas se golpean contra
el viento mojigato.
Nada se rellena ni se evacúa
en el rosal de la sepultura
mugidora.
Ni el árbol problemático en
su exilio renunciará
a su conocimiento.
Ni el séquito del misterio
regresará tímido y elocuente.
Ivette Mendoza Fajardo