Piedra Sórdida
Piedra sórdida.
Espiga ceremonial. Sensación foránea y acantilado.
Cristales
humildes horadados en ademanes de noches desvaídas.
Ideas
estelares ennegrecen girasoles que olvidan
entre
montañas venenosas bordadas por el abismo.
Abrupto.
Eternidades verdes. Sensación foránea y nieve prepotente.
Ademanes
espejados sin ceremonia ni silencios de osamentas...
La noche
congela la virtud. Trampas de zapatos mártires y quietud.
Gimen las
escamas, en sucesión pertinaz de la constelación del perro.
Montañas
venenosas. Plumas de la marea encantada.
Espiga
ceremonial y petróleo solitario, fundando tesoros resonantes
en
gargantas de flexiones en cuerpo estremecido.
Langostas
de paz profunda corren en ademanes de silencio desvaído.
Concierto
de cucharas. Penumbra. Mecánica muscular del tiempo.
Relojes
cósmicos torturadores. Batallas de ideas estelares.
¿Alguien habrá visto que alguna vez tuvimos la cabellera sensible de
la fría
oscuridad en lágrimas pluviales?
Ivette
Mendoza Fajardo