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sábado, 15 de mayo de 2021

Los remedos del sol amurallados de cristales

 

Los remedos del sol amurallados de cristales
manufacturan fangos de maderas gritonas
en las góndolas de la tarde... /
Es injusto funambulescamente
dispararle al agua por su sombra /
la sangre de las piedras
ronda por lunas agujereadas
sobre el ímpetu de chispas sudorosas
donde guardan tu esencia la noche a cuentagotas /
y martilla para el desagravio, mientras
la intemperie de una cuerda tangencial
le rompe articulaciones a la floresta
para revelar el desenfreno del eco mustio /
el pataleo fiero de los delfines abonando
la intensidad de su mala suerte /
No hay soga
para colgar los pesares desplumados
ni sueño que relama a paletazos su consentir
para escarbar un nudo teátrico de odios /
retornarán los delfines a requerir
un espectáculo de Saturno hacia al tótem
disipado por el viento hermafrodita  /
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 13 de mayo de 2021

Envuelta en el vacío encerrado

 

Envuelta en el vacío encerrado.
Omitida en la recta del tiempo
ya redimido y chasqueado.
Transformada en espacio extendido
en traslúcido recuerdo sin principio
redondeado al fin de claridades injertadas
sobre la eternidad absoluta
de un tiempo de grieta fantasmal.
Victoriosa en la inerte sombra
de mi propia sombra y sangre
volátil en el purgatorio
de la furia por la reuma,
con la vocación del fuego en la
nieve renombrada desde el beso
umbilical azotando
la carne atascada y la palabra vil
en el terraplén cercano de tu savia,
omitida inacabadamente
de mirada en mirada
y de corazón en corazón
levantados y factorizados
de los nuestros.
Ivette Mendoza Fajardo



Radicalizada en desbarajuste

 

Radicalizada en desbarajuste, la imagen del gemido
ennoblece la revolución del gesto en las estupefacciones
con que la incomprensión destruye los principios.
Vierten las campanadas -clones por reinos insípidos,
nauseas de risas salpicadas sobre elemento revivido;
casamientos por el coctel discrepante de los filósofos
y la hojalata que vela arisca por la furia del vellón de oro.
Los bálsamos que estiran marcas y medidas tras la acción,
descansan en un solsticio de trampas bajo escobas exotéricas.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 9 de mayo de 2021

Como aptitud última del nido furibundo en alguna campanada

 

Como aptitud última del nido furibundo en alguna campanada
precipitándose
mi faringe farmacopea en aguijonamiento hacia los océanos
en el sablazo abrupto al plenilunio afónico
el traspirar de la laceración vertical del gris inicuo
la brasa de la remembranza en misión de las arterias
desenfadándose
absorto al signo no programado afluye aquí en mi cuerpo
en coacción del adjetivo múltiple sosegándose
la fisonomía en el vacío
no a la precombustión malévola del dédalo en lo aburujado
de la fotografía saltando al otro lado de la galaxia
al falseamiento del pantano en la iniciación de la efigie mitómana
agolpe nunca en marcapaso de huellas nace un desierto
es el mecatazo de las horas latifundistas
en la latitud palmípeda del mundo es en el fanatismo de la sombra
donde la etnografía de risas analfabetas hacen la narrativa de los objetos
diagonalizando el rostro intelectivo con el tango enmohecido
a la altura confederativa de estética en el colmo de calavera
hacia el cuarto menguante de la sombra ocrácea
en el instante tragicómico del paramiento con el cuádruple delirio. 
Ivette Mendoza Fajardo


  

viernes, 7 de mayo de 2021

Deshojada lengua espectral

 

Deshojada lengua espectral reaccionando irresistible
en un barranco gametogenético discursivo.
Águilas de vapores jeroglíficos sueñan en su cornisa
escamosa cinco mil legalizaciones del alma metro crepuscular.
Vacío en cruces juramentadas, legañosa espera de delicadeza sexual
lanza un proyectil de lágrimas dentro de su risita
malévola entreteniendo agujas sobre la explosión del silencio envalentonado.
Entre suicidios de ensayos humanistas y átomos danzarines,
panes en lienzos susurrando dolor de escarapelas,
huyendo en geometría de tranvías y gelatinas del destino.
Lacerados pistilos de complicidad pretérita caen a veces
en su insufrible terquedad de hostias y maizales.
Joyerías de la música embalsamada imposibilitada a guardar secretos
cuando en las catedrales de las balas, su oración larguirucha
de pezones minusválidos busca persianas en sus ojos.
Oh luz de leche cortada que presiente un tosco intento
por el temperamento del tragaluz,  y yo aquí electrificante
como en algarabía de catacumbas buscando la longitud
exacta de tu envoltura de geisha láctica, auténtica y contorsionista.
Ivette Mendoza Fajardo



 

Gallardetes de palabras contráctiles

 

Gallardetes de palabras contráctiles y exudación de camelias eternas;
urdan el maíz instrumental de su menjunje simbiótico;
arenal de las ideas por la polaridad neumática y humorística;
lotería de metáforas son un carnaval en sufrimientos;
fósforos de inglés roturan cien fisonomías oceladas;
violines de tinieblas ochavadas en el durmiente trueque
de los astros;
pieles genocidas como callejuelas de puñales acéfalos;
mi voz guerrera indestructible en el espejismo de frijol;
tocan trompetas de granizo, garabateando liberalismo,
lechos de almas de exposiciones dramaturgas;
una somnífera masturbación de ramajes;
vinagreta de violines y retuercen cuencas en embutidos
agresivos atrapando moscas trogloditas;
sobresalto de la tiniebla resbala en la guillotina encinta;
en vaso de gabardina sangrante mi corazón electrodoméstico
chispeante;
corren mis colmillos pelajes apergaminados la coca cola
de cuerpo helado;
quien entra a mi casa entra a la casa de los latidos reflectores;
disparamos monedas de ratas deshuesadas en una guerra
galáctica;
en galimatías y sollozos de cilindros diacrónicos tras una pendiente
de hombre abre mi alma llamas de argot sinuoso.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 6 de mayo de 2021

El amasijo del grito y el declive

 

El amasijo del grito 
y el declive del mundo 
tienen un solo margen /
la ebriedad satírica abate
entre latidos cibernéticos /
Asteroides clonados
en espacios frenéticos/
Arrumba la orfandad
como tuercas en pesadillas /
Mapas blasfemos,
ataúd nómada
en decapitación
de ancas y guitarras /
Infamia en formol
de cueva carnívora /
La piltrafa de la parábola
cae de bruces /
Oreja friolenta,
pezuña de hiedra
destornillan la vida
desde los cerrojos
de mi garganta /
Quimera de polvos y bisturí
por calumniar mientras
combato un ocaso /
Ivette Mendoza Fajardo



Mi propia piel dibuja

 

Mi propia piel dibuja
la arrogancia lúgubre del alquitrán /
Diluvios de letras con miedo
arrastran un verso apagado /
Una cisterna de pecados
derrumba la insignia de la nuca
en yermos condenados /
falso ladrillo
por la vigilia de útero
contando letargos desarmados /
Guitarra experta –astuta nos lleva
a la absolución de la hojalata
detrás del nido del vórtice  
donde su dedo pulgar
amasa el cataclismo de la inocencia /
En mi bolsillo la asfixia
devora su ingle sin parasol sobre la
mampara de los escombros /
una luna desmuelada maldice
el desvarío de la campana tres veces
antes que lluevan perros y gatos /
Soy un cadáver incólume 
mudo de ángeles amnésicos,
un meme en el esternón de la
cruz que ignora el mundo /
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 5 de mayo de 2021

Calambuco en tiniebla escarlata

 Calambuco en tiniebla escarlata,
deshidratación desaliñada de párpados
en vana rendición gótica.
Cuando la melancolía calamitosa enardece,
destierra laberintos en zozobra.
Hiedra llorada místicamente sobre su obelisco.
Sus ramas se resignan ante penas
con abrazos mañosos en fría tentación.
Río de alquitrán en caudales humanistas.
Inmortalidad de anhelos caprichosos.
Desde guillotinas tridimensionales ya quemadas
exhorta en cuartear lunas de daltónicas pretensiones.
Una latitud larvada se enciende
y su fuerza mesmerizada se languidece,
aun existe un trabalenguas desde el llanto insostenible,
con un pleonástico misterio reverenciado
que trueca miramiento incierto en denuedo,
derrite el enigma desaforado en un gesto llevadero
y revigoriza el alma hirsuta para revolucionarla en pleamar.
No hay anuncio unilateral al racionalizar
la gammagrafía de los sueños batallantes,
ni garabatos de agua inteligente
para galopar gallardo un corazón esferoidal.
Sólo esmaltamos el paisaje esmerilado que fragua
en vientres sinápticos que te arrebujan enfiladamente...
No hay bambalinas en desmenuzamiento ni coliseo
acalambrado que puedan romper la savia de la vida
bajo los dilemas recurrentes de las noches ideáticas.

Ivette Mendoza Fajardo




martes, 4 de mayo de 2021

Líquido de metal derramado sobre el carromato de las horas

 

Líquido de metal derramado sobre el carromato de las horas /
Brisa virulenta de antaño crece en los litorales iónicos del capitel /
Me adjetivo en los grandes surcos del pensamiento
y busco el numen de tu alma en un grano soñoliento de maíz /
la guitarra de cuerdas enloquecidas es mi cuerpo luz /
con cinco balazos se mata esta hambre y sed feroz
para buscar las más copiosas verdades dentro del estómago
y grabamos el suspiro agónico de ellas /
desentraño los misterios de tus ansias en el ónix de
las aguas, cuando se oxida el tiempo en su zumo,
sobre los reflectores incólumes de la utopía fresada /
inmortalizamos los glaciares del relámpago en una noche
oscura dentro de puntos enanos y ciegos martirizados /
empedramos el desafío en una opción erudita, y terminamos
magnetizando serafines castos en sueños de mentol /
rescatemos este mundo virtual que agoniza en nuestras manos /
Tu corbata de melcocha se pega al hilo blando de la vida y
nos mide el tiempo dentro de un vasija de boliches antojados /
Hay un quejido mancillado en una vieja canción sin fortuna
ahogándose en el asombro de una fuente testicular /

Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 3 de mayo de 2021

En carrusel noctívago de ampuloso llamamiento

 

En carrusel noctívago de ampuloso llamamiento,
sobre fulgurante pilar de hierro alegórico,
jalado por lucernas de prodigiosos delirios,
ajustado al añil cuerpo de diamantes soporíferos,
ritual del corpiño a desmitificada doncella,
oh tú, el más espectroscópico y eólico de denuedos.
Encienda marcapaso de amor como hiedra en lecho,
con su estilete demuela esta maroma y su arnas.
Yo sea para siempre valvas de luna en tu soledad,
y obsidiana argéntea engarzada en tu desleída alma.
Ivette Mendoza Fajardo




Congratulación, perfecta entelequia

 

Congratulación, perfecta entelequia,
cumbre de la gentileza en circuitos seráficos, quimera,
contento emulado hacia la niebla relativa del parpadeo.
Congratulación, radiotelefónica del tacto, dicción fortuita
que nos conjura al existir eterno,
de ser lo que creemos ser carcomidos por soles hiperbólicos.
Congratulación, nomenclatura intangible del pelaje de la luz
en el nódulo sacrosanto del átomo virginal que ilumina
el indicativo vigor de la retina ilusa
y la propulsión sensorial ora pro nobis.
Congratulación, greña sapiente
que asciendes y te conglomeras
quieta en los corazones novilunios.
Remiendo disuasivo al veraz tiempo
después de todo al pétreo tiempo causativo alguna vez.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 2 de mayo de 2021

Luna etérea fatua por la noche matinal

 

Luna etérea fatua por la noche matinal.
Melancolía de desnuda casualidad.
Tan sólo en la voz entrecortada del
amor pecaminoso de seda.
Soledad recelosa batida de viento.
Mecanismo de la madrugada desaforada
en la fugacidad reconciliatoria de las horas.
Un volcán de hormigas
derrama lava de sed hormigueante
por todos los follajes bélicos,
ardiendo bajo el peso silente del
lívido sentimiento en callejón sin salida.
Quieto fuego adentro.
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 30 de abril de 2021

La frívola memoria acobardada

 

La frívola memoria acobardada conoció con desatado deseo fogoso /
La rabia más codiciada por las lechuzas y la risa temblorosa decidió
patentizar muñeca enmallada de piernas largas y rastros de dolor
estacionario entre dos voces y las palabras del universo cóncavo /
Ahorcada en su corbata la belleza será de gloria y de pavor la
oficina temblorosa de vientos sufridos / Su vibración violenta y
alargada en el límite del camino agobia de manera elástica unas
constelaciones uterinas y erradas atropellando un lecho manco /
En un instante de destornillar de las nevadas y de las moralejas,
necesitaré chaflán sus hipótesis incoherentes delicadamente
descriptas / Triunfo de los termales esquivos renunciaron a calmar
con un toque en el bucle de la cicatriz /
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 29 de abril de 2021

La niebla era una quietud habitada de mocedades

 

La niebla era una quietud habitada de mocedades.
Abejas rumorosas disuelven ocre nervadura
del ropaje otoñal de ondeantes y alados sonidos.
En el panal de la tarde un esqueleto encorvado
puede atrapar un átomo de mi memoria urdiendo fuego.
Cuento los días y escucho el chirrido del viento
aporreando mis lunares, reptando en la nada.
Desde una puerta invisible los gestos abismados
del silencio, al abrirse o cerrarse sometidos a echar raíces.
Tirito por las manos arrastrando mis ojos en los andenes.
Me deleito en una rebanada del locura dentro de un charco
carnavalesco buscando el cielo de travesuras y desvaríos.
Tu mirada se recalienta por segmentos y circunferencias
de afuera hacia dentro de mi faringe anclada en otras avideces.
Como espina de pescado una sílaba se atraganta en
mi garganta con sustento y razón intrigante.
El jueves se golpeaba el corazón en una litúrgica eterna
de súplica por donde transitan mis sentencias.
Caninamente van retozando los reflejos de luna sobre sus
sábanas matutinas y cautelosos perduran en el impulso.
Tus ojos apagados con cerraduras de arcilla,
moldeando el paréntesis del tiempo.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 27 de abril de 2021

Llega en la reconciliada forma del quizás

  

Llega en la reconciliada forma del quizás,
tu emancipado frenesí bostezado.
Sobre la adjetivada pictografía de sus huella,
la silenciada ausencia del remanso.
Llega en los aspavientos absortos del silencio,
a la desventura de las horas invertidas,
y a ese barbárico deletreo del presagio
en harapienta galimatías.
Enigma y objetividad
y delinear las noches que son
como el acertijo de la vida,
para auscultar el milagro extraño
de frecuentar una vez y muchas veces
el sendero trazado entre acordes entumecidos
por lenguas de fuego que en el cristal reflejan.

Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 25 de abril de 2021

Alguien empuja

 

Alguien empuja más fuerte que el trueno.
En destellos del delirio mariposeo por
los aristas cóncavos de la oscuridad.
Hay un cántaro afrodisíaco para derramar
la castidad de los atlantes.
Y hay este devaneo
palpando el plano lacrimógeno
de Teseo.
Los embrujados se mezclan con todos sus
acalambrados ojos,
por las abolladuras de mi alma.
La luna mojigata araña certera con sus costados
sobre la palestra ensombrecida,
la enviaron poco a poco a pestañear
y recobrar tinte tecnicolor sulfurado.
Ivette Mendoza Fajardo



Ombligo del relámpago y de la sal

 

Ombligo del relámpago y de la sal
Cima de la medusa caverna de la bruma
Columna del cielo que desde la playa miramos
En los repentinos crepúsculos de piratear luna
Cada gota de lluvia palpitaba ojos labios sonrientes
Como el gesto nervioso de mis huesos verdes
Para romper ese momento extraño y desollarlo
Glaciares de melancolía cobran la última hazaña
Y nos aproximamos con nuestros corazones en fuga
Como al piélago del trueno
Derrama tu ensortijada mirada en la espuma galáctica
Recaudar el gruñimiento de estrellas bailarinas
Un clavo lerdo camina al otro lado de los mares
Y se lleva el hacinamiento del caracol y escupe peces
Oh lágrimas de cocodrilo que desembocan en los ríos
Y nos hunde dentro de sus pantanos cenicientos
Navegamos en su libre albedrio hasta el sonido
Bruto de sus sombras náuticas.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 22 de abril de 2021

Universo euclidiano de la efímera geometría

 

Universo euclidiano de la efímera
geometría todo lo que triangula
es un prisma crepuscular, un punto
albeado retornando a su centro,
una perpendicular áurica creada
para entender sobre un área inequívoca.
Cualquier eje vislumbra el redondel
de esos puntos pero nos contentamos
con un todo, en un plano final, siempre
a la eternidad. Asimismo, una equis
sobre la ye de reflexiva ciencia, calcula
la luz creyente; desea la síntesis integral
del amor fluido que asoma; entonces
el silencio de los números se expande.
Ivette Mendoza Fajardo



El crepúsculo fragmenta en el látex oscuro

 

El crepúsculo fragmenta en el látex oscuro
que entrelaza intermitente al amanecer,
sobre una percepción de cielo colosal,
y nos convence diametralmente a la insistencia
del misterio, al despertamiento del vivir.
En un instante, el deleite, el júbilo,
o la tan extasiada caricia y el beso,
los encantos, la remembranza, la luna
las melodias, el lloro, los tropiezos
han palpitado allí lo efímero del alma
y tú ahora despierto en el corazón,
volviendo a la gran travesía de la vida...
como la sensación extraña de un hechizo…
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 21 de abril de 2021

La mano estridente

 

La mano estridente ojerosa
o la ojiva perceptible,
el bautizo del dédalo
hecho de mutilaciones y auroras.
El dedal sin el bejuco travieso,
el goterón obstinado, el antifaz
el tapete, el hechizo,
el baúl de espectros y aserrín fanático
el crucigrama, el cristal disponente…
el alma fría o el miedo pedaleando
empieza la zozobra en probables
berridos, cuartea una lágrima,
meneándose un poco, menguada
en cada desdecir.
 Ivette Mendoza Fajardo



martes, 20 de abril de 2021

Tigrillos camuflados

 

Tigrillos camuflados
de adjetivos metafóricos
maquinan con sus hálitos feroces,
linces mendigos y desgarbados
se desintegran
de un maullido intermitente.
Recapitulo dentro de una dentellada
y me atrapan en sus ráfagas de desvelos
y por las nubes encapotadas de ilusión
se van derramando
tus besos como un alud de fiebres
milagrosas.
Ivette Mendoza Fajardo





lunes, 19 de abril de 2021

Un globo de tercas lágrimas

Un globo de tercas lágrimas
ha alzado vuelo
hacia el cielo alucinado
los lamentos que juntaba
sobre sábanas de tinieblas
se han atornillado a la médula
del desgarbado viento.
Anochecido
ve pasar el tiempo,
encamina,
el color gris aflora en sus entrañas
y en las catedrales del alba trémula,
se bebe a sorbos
su tristeza ampollada.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 18 de abril de 2021

Desde tu entorno colma

 

Desde tu entorno colma las insectívoras claridades
permanecemos únicos junto al sol misericordioso de abril:
Encaladas siluetas descarnadas en la travesía más dinámica
solas aguardan. Calcinan las condenas redivivas
hacia su encaminar. Tormentas y tsunamis
citando diestros a distancia encadenada.
Y les obstaculiza savia la tierrra que a su noche
quebranta sin cesar.
No dejemos que torneen derogados son
como cascanueces cuentagotas de un pasodoble
que le otorgó la vida.
Curva su migaja de resol infértil,
y acalambran sus molestias y su júbilo inconsciente;
un bravo montaje de ilusión en la estancia
los guía y abre las puertas del tiempo infinitesimal
a la arbitra borrasca, panificación de paisajes agazapados.
Tu corazón posee orlas y ribetes, sol tentetieso y difunto;
racionaliza piedras exánimes con frenético invierno:
Interprétalos desangrantes
sobre el martirio de sus ánimos febriles.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 17 de abril de 2021

Me estremeció el atardecer

 

Me estremeció el atardecer con su risotada
En la vigilia de la luna
canciones de pomelos.
Mariposeo de estrellas
desnudas -púrpuras alocadas.
El sonido de la luz era estrepitoso:
Chillidos de horizontes,
velocidades de espectáculos
púrpuras vacilantes
melodías de pétalos,
caravana de soles,
inmortalidad
y precipicio del júbilo
en las arterias aletargadas de los vientos.
Canciones de pomelos
en la compasión de los senderos
todas las aguas del olvido
quebramos en la carne venenosa.
Júbilo de la madera y los cactus;
todo el cuchicheo de los pistilos
en nuestros corazones
gozosos y gráciles;
mi cuerpo: aurora y poniente
en las arterias aletargadas de los vientos
muge terrífica la vida.
Ivette Mendoza Fajardo



Continúa hazaña al que anda tras un idilio azorado

 

Continúa hazaña al que anda tras un idilio azorado.
Aguza al que anda con las voces desdichadas.
Sobre su genuino espectro de enroscada sentencia,
ha evolucionado para ser desollado por la muerte de madera,
Acentuado ante el gran sabueso de la indulgencia,
tarareaba el dolor.
¡Era dadivoso el escarmiento en ese umbral del
paraíso!
Platón que sueña en el trino del ocaso enciclopedista,
Venus al borde de un maleficio verde y buscavidas,
trenza la tristeza en la franja coloquial del olvido,
neozoica con tu entresijo ocre
en la entropía del insecto bienintencionado.
Radiante sin bordes girando en dulces círculos de odiseas,
morisqueta de luna letárgica.
Amarillada entre los plumajes de Andrómeda,
eruptiva en la epidermis calmosa de tu sudor
de puma salvaje,
el cáliz de tus apetitos anhelantes como cicutas derramados,
ensalzan los calendarios legendarios que hoy relumbran.
Ivette Mendoza Fajardo



 

viernes, 16 de abril de 2021

Espantapájaros de aguanieve

 

Espantapájaros de aguanieve, benefactor, astuto,
que vigila como lince, como guarda, como telescopio.
El ojo encubierto, antidepresivo
que cavila, que sondea, que azota
que relincha, hostiga y aúlla.
Espantapájaros mañanero
que permanece en lejanía con mordeduras.
El viento cascarrabias, que se ciega
rompible, como llora, destripado, hecho leña
en hazmerreír, en nomeolvides
de pararrayos, de sordomudo, de milhombres.
De escolta, que presiente, delata y combate
de sumisión, del ave malintencionada que acecha.
Ivette Mendoza Fajardo



Tu planeta azotalenguas malpensado

 

Tu planeta azotalenguas malpensado y
cortafuegos,
parabrisas lanzallamas y caminos pelirrojos /
son también el roznar de la aprensión /
Tú manejas fotomontajes de pasión
que rebuscada se fragmenta demasiada veloz
y dispara con sus ojos de cañón /
tú planeta también es un entrometido eslabón perdido
mientras que a mí grandilocuencia cuando
el renacuajo rascabuches me grabó,
se queda a veces demasiado lenta a ver lo que
avecinó /
Algún día arañarás la vida
y talvez lleves tu micrófono roncador /
o tu sombra bajo el alzacuellos /
o algún metepatas sueño obtendrás ya
desde el mandamás de las estrellas /
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 15 de abril de 2021

Una constante papiroflexia

Una constante papiroflexia más un graznido de oleaje
es una estampida de peces parachoques.
Un conglomerado de ideas más un diluvio fuliginoso
sigue siendo un piélago de rajadiablos.
Se vive ojeado de macabros tapires
avizorando desfogar mentes en asaltos zurdos.
Hilaridad y octavillas de pasiones ocurrentes.
Todo eso es más y más indeleble.
Mas una labiada ficha con el mismo cuento
que une las hernias de los ecos y el silencio
mesiánico, redita las infantas inquietudes
conjugadas.
La palabra salta en ese fragmento del connubio
donde lo cuadriculado nos trueca en sutiles
o factibles motilidades.
Un papel más un ocaso de fábula proclítica
no es todavía una imagen que fecunda amañada.
Ivette Mendoza Fajardo


En el centro ilustrado de esta convivencia

 

En el centro ilustrado de esta convivencia
que espadañada ha estado por el malabarismo
de la redundante e inmortal moderna hilacha irrisoria,
se promueve como la universalización del todo
en la médula teologizada de la telepatía
escribiendo secundar lo que no solo se fotografía,
masticando ineludiblemente todo lo que escenifica
sin escamotear lo superfluo de lo acusativo;
ante los camuflados actos de millones de siglos
sucumbe al espasmo espectacular de lo fallido.
Lloriqueado cualquier en sosegado picaflor
en los rotatorios grises que se disipan en la variabilidad
del dactilar que paladea al fuego de sí mismo
y fanático se crea en un segundo de confabulación
en que la distancia
quiere alargarse más allá de su propio libertinaje
y escarmienta la mirada encajonada,
mientras dirigiendo toque y son, enjuician los albores
que lindan perpendicularmente por siempre
en el trueno de los párpados, se recobran
como el recalentamiento de una estrella
en un apolo rubicundo de la gran monada inoxidable,
reinventando transitar más allá de lo retograbado
proclamando apenas al último bastión del lamido
que es la auténtica lámpara en que se promueve
el mal agüero de la mitográfica vida.
Ivette Mendoza Fajardo



 

miércoles, 14 de abril de 2021

Pues ya en la pereza, se despluma tambor

 

Pues ya en la pereza, se despluma tambor al
contar tu marcha sobado de duendes; rumbo
a los polos voy añejada de mandarina que arruinó
mi siesta del insano juicio de la clavícula naciente;
tos eminente bajo el paragua temporal de sus convulsiones
de terciopelo; renglones irresponsables manejan ebrios
elencos de cataratas con bocas abiertas; víspera de
piedra azul en preludio de adolescencia; cenotes de
luz mortecina óyelos revolcarse en ingles de reposo
que así se pelea una manera de penar; suave cera
de dedos caídos y amnesia permanente y mestiza
aquí permanece quieta según yo quién habrá de
fingir; yo he sido alma nada más que la eternidad
me pide que salga a cabalgar como Don Quijote
de la Mancha; seguimos todavía sin parar por la
cadena del perro que a calor se deshace sobre
el lomo de la hormiga; atajo por este camino
que se etiqueta en la taquigrafía de su marquesina
patuleca después busca su redondel como cobarde
que muere más de una vez; mientras la resaca del
viento permanece en su vomito de filamentos sedados,
la encrucijada de mi ausencia comienza a vivir
a su manera tan solo feliz con el gato con botas;
galgos tragaluces pueden verme dentro de este
armario llorar la noche más arrebujada; a través
de las cosas va el vaho de mi fisonomía para
morir tan siquiera al revés.
Ivette Mendoza Fajardo



Te suben ceremonias de vidrios muertos

 

Te suben ceremonias de vidrios muertos rugiendo
ciegamente alucinadas escamas / ahora cobija charco demencial
sus uñas en un acto colosal entre gatos del viento que señorean
la conformidad de los manteles royales / revolución de las chaquiras
dentro de helechos temibles descubren una nota musical
como ojos comprimidos / mundo de prebendas se te negó la
batalla en las pistolas de la noche por un techo mancillado/
Me transcribo cerca o lejos como muñeca de abarrotes
desde la tiniebla sin frutos que me acosa dibujando relucientes
garabatos de esperanzas / un águila sueña su insignia
noble corriendo tras un niño prodigio de cera / de algún
lado danzan fantasmas proverbios de paredes mequetrefes /
envasar ideas precoladas gira en girola mano de alcatraz /
cárcel sensual se persigue elocuente y escanea escaparates
en receptáculo inteligente / botón de fuego del sueño
objetivo luce pitayo a carcajada dividida / con mirada anodina
pasajeros de nucas golpean emboscadas en tercetos
infieles / perdón a perdonado tarareaba al resolverse
en la nada quíntuples morales de chocolate / la manía
turbadora ovilla escalofríos de cabritas en resquebrajado
aliento / león en su pedestal es el hermoso mozuelo
del sabor bufido /
Ivette Mendoza Fajardo