Disimula la diagonal de la vida
Disimula
la diagonal de la vida,
rasga
la corteza de las cosas,
excomulga
como pólvora cirrótica
de
cabo a rabo,
el
desconchado sentimiento reticular.
Charcas
de formulaciones y temores
alfabetizan
al silabario cascarudo
en sus entornos persiste su energía disléxica.
Encubre
una cruz cardíaca
ante la
cetrina multitud
huérfana
de voces y melenas espumantes,
desde las magras noblezas
a la
frialdad cotidiana
el despampanante master lirón.
Remontan,
por
los escaparates metabólicos,
las
catacumbas tragadas de
horizontes óseos cuadrangulares.
Ivette Mendoza Fajardo