Por el círculo y el pacto idóneo
Por
el círculo y el pacto idóneo
de
primores jocosos y divinos,
por
el pensamiento de un espíritu
que
nos sobrevive en la muerte,
por
un talismán con vida del que engulle
el
silencio de la expectativa ante el encono,
impenetrable
y fría de su yo de mil abrazos,
por
esta hipocondría, hacia ninguna parte
astral
y fervorosa del amor,
por
la calma imperturbable de mi razón,
por
el ojo inmóvil de aquella tormenta
que
en su derrumbe descubrió
el
salmo acompasado de luz universal ;
como
no lo entenderé, como no me entenderá,
por
lo que sí entendemos:
por
la cavilación despoblada de soles abatidos,
el
halago acusatorio del sonido que pudo ser,
por
el vendrá y el retornará la eternidad estremecida
que
es el siempre, el principio y el fin,
por
la reflexión del escarabajo interno del vivir
a
pesar de todo, esta amarga clemencia es mi felicidad.
Ivette Mendoza Fajardo