La luna llorada de barniz perfilado aromatiza leve
La luna llorada de barniz
perfilado aromatiza leve
el yermo trovador de las
ventanas sin orgullo menguante.
Como minúsculo y turbio sol,
un ademán trepa
en sus rodillas que gruñen su
retraimiento de fantasía alada.
Mientras los ajetreos
picoteados en cuarto creciente
chillan como un fiera a la
hora de dar a luz,
su sangre es la timidez del
tiempo ya sin dolores.
Cada ay golpea y no conmueve
a la indolente piedra.
¡Oh luna ya tus gestos van en
completo desafío!
Ella gime y llora, una y otra
vez lastimosamente
allí rechina el hastío de su
verdad sin elocuencia,
y allí, allí como mujer
que es de piel de mullida plata,
sufre un embate su desolación
de astro roto y despistado.
Ivette Mendoza Fajardo