Oh, noches del ventanal
Oh, noches del ventanal.
Junio de libertad semidormida.
Cantaleta de chicharras e
inspiraciones el alma,
aventurada y martillando a la cinemática
del ecologismo,
llameaba con las voces
indóciles de céfiro.
El pataleo de plata bufa y aroma
de horizonte desvanecido,
la barullera sensación de
estar radiodirigido
al antropófago deleite y al
matematismo de gripe nueva.
Oh, noches del ventanal,
fecunda en cartílagos
índigos, mutiladas de sal,
pimpantes de virtudes.
Qué frívolo este sentir si
temerosa el alba en dramas
de inercia glandular, de
lucidez y blandura, de espíritu y trigo,
se pastorea en la adversidad
del recuerdo saleroso y añil.
Qué frívolo el politiquear
hacia el costillar de la vida,
hacia la mecánica fragmentada
de su memoria faraónica.
Ivette Mendoza Fajardo