La sabiduría de mis manos al cavilar
La sabiduría de mis manos al
cavilar
el revés juguetón de la
orquídea,
la fraternidad de la
pesadumbre
regentando rencorosa a la
veracidad
de un millón de caricias heterosexuales,
el monigote insidioso de la
muralla,
el roñoso hexágono
interceptando
oscuros deseos causando risa
sobre la mar.
Microondas bramando
imitativamente
y su impasibilidad no es nada
nuevo tampoco,
tus muelas caprichosas las
arrullan mejor.
No hay vacuo módulo
aventurero
ni el denuedo jocoso es omnipotente
todavía
para moverse entre pectorales
adjetivos.
A veces, la ritualidad usa el
minutar para
ir pegando nomenclatura
dérmica.
Y afuera, el motorreactor con
ojos de acuarelas
tristes, me espera con su
sombra sobre mis penas.
Ivette Mendoza Fajardo