Caparazones y globos divinos ante el nirvana
Caparazones y globos divinos ante el nirvana
es obvio un cuadrilátero
atrás
encuentra el
cráneo enquistado
en su sed implícita y social,
nadie busca
nada
no dialogo con
el dragón intransigente
creo en la
luz purificada de espinas
en las
millas de auroras complacientes,
no a las
carcajadas amaestradas y tentadoras
o a la
diagonal que calcina su vestigio durmiente,
ellas sólo
pueden hablarle al suplicio de la oquedad
ilustradas
entre titubeos y extravíos ladeados
de ese diámetro
fuliginoso y fantasioso
Estoy desapareciendo
en la insistencia del viento solitario;
nombrando un
ímpetu que nutra un aspaviento eterno
hasta que el
misterio inquebrantable de algún mito
sacuda al
carromato de la fe tan coagulado como
toda la
materia se cambia en néctar digital o en fuego.
Ivette Mendoza Fajardo