Sólo husmeaba cafeína en aquellas vicisitudes
Sólo husmeaba cafeína
en esas vicisitudes
de verbos displicentes
y esquivas testas
mientras la
fuente del ensueño es ironía
al vértigo
el embeleso ha sucedido, ¿Qué?
y el sollozo se entregaba al columpiarse,
zarandeándose
a impulsos del destino.
Era la hora del
calmante que siempre
es pasión y
afecto que nos cauteriza;
de rumor embravecido, bruna es la pena.
Ivette Mendoza Fajardo