El triciclo de letras y humos circulares
 
El triciclo
de letras y humos circulares adoptaba
 las posturas
más rebuscadas. Apresuradamente,
 un endeble
manubrio que traga alba de salitre rumboso 
se soñó. La
embriaguez del brinco que resonaban 
en la
cataplasma húmeda y pestilente del ladrido ocre
 entre sus cejas
de escombros verdes y sus conductas
 morales
simbolizaba todo el aplaudir de neumáticos.
 Encuentro en
la melena de tu voz correos electrónicos
 de desvarío
en artimañas rigurosas. Maquinalmente
 el temor
circunvalaba los bordados por el sanado hilo
 del nexo de
plata dura que eleva una vela misma entrando
 al horcón de
las víctimas. Estos rústicos intentos de hablar
 con gestos
sempiternos les carcomen las distorsionadas luces.
 El cabello
volador recordaba por la montaña lluviosa tus
 paradojas
cotidianas. Una rara simiente se encorva infectando
 dulzura al
graznido de la ausencia. Temiendo cronogramas
 noté que una
mano intrusa hurga hogazas de sombras
 escurridizas
bajo la fugitiva presencia de la saliva idiotizada.
 Ivette Mendoza Fajardo
