En el inmenso abrazo del edén
En el inmenso abrazo del edén, sus pestañas
de viento agasajan
la faz bondadosa de los trópicos, de los
siglos dormidos en el alba,
de los susurros de vida que brotan, de los
hilos translúcidos
del tiempo.
La vida parsimoniosa, con su corona de
baladas, pernocta secretos,
donde los ilustrados construyen sus nidos
de ilusiones y deseos. Yo
la luz que se expande, y tú, en su gracia
ignota, nos inmortalizaras.
Bajo tu pecho protector, hallamos abrigo,
sosiego,
y en tu aura de digital diamante es, un
consuelo, un aliento,
pues de ti brota el hálito eterno. Nuestro
sigiloso barro se erguirá.
Alabemos la danza primordial y sagrada de
la existencia
que tú, ¡Oh! Señor, en tus manos perpetua,
nos sostienes.
Ayer para el ayer sirvió, dejando un
desierto claro y sombrío,
hoy déjanos renacer bajo tus alas poderosa,
bajo la
omnipotente aurora del mañana.
In the immense embrace
of Eden
In the immense embrace
of Eden, its lashes of wind lavish
the kind face of the
tropics, of the centuries asleep at dawn,
of the whispers of
life that sprout, of the translucent threads
of time.
The parsimonious life,
with its crown of ballads,
spends the night
harboring secrets,
where the enlightened
build their nests of illusions and desires.
I, the light that
expands, and you, in your unknown grace, will immortalize us.
Under your protective
chest, we find shelter and tranquility,
and in your aura of
digital diamond, there is, a consolation, a breath,
for from you spring
the eternal breath. Our stealthy clay will rise.
Let us praise the
primordial and sacred dance of existence
that you, Oh Lord, in
your perpetual hands, sustain us.
Yesterday served and
left, leaving a clear and somber desert,
today let us be reborn
under your powerful wings, under the
omnipotent Down of tomorrow.
Ivette Mendoza Fajardo