Silenciosamente intento fraccionar el borde universal
Silenciosamente intento fraccionar el borde
universal,
donde la náutica llorosa me fulgura
perezosa.
El tiempo lleva todos los siglos errados,
mientras la energía de la vida se desploma,
como si no coexistiera más que la impresión
ovulada de mis ansias.
Desde lejos,
donde toda peca irreversible, inalterable,
llega una soga maxilar de insólita dureza,
para desteñir la ilusión pilosa,
vuelvo al litoral de las palabras
que su frecuencia se aferra a mis dunas
dorsales
la libélula afligida excitada por la
incertidumbre.
Quise desafinarlo en tus interrogaciones
como
una guitarra plañidera,
pero un céfiro de extraño hablar se la
quitó.
Tal vez bastarían las más complejas, las
más confusas,
para dirimir el recelo a revivir mi cansado
andar
y germinar, brotar enigmas,
por los que se está atento
a revolver, agitar las franjas intocables
de la muerte.
Galopo en extramuros enlajados de ese
macabro
macachín de la memoria,
en el que vigilo, patrullo a tientas con mi
alma.
Silently I attempt to
fracture the universal edge
Silently I attempt to
fracture the universal edge,
where the tearful
nautical gleams lazily at me.
Time carries all the
mistaken centuries,
while the energy of
life collapses,
as if nothing
coexisted but the ovulated impression
of my cravings.
From afar,
where every
irreversible, unchangeable blemish,
comes a jawline rope
of unusual hardness,
to fade the hairy
illusion,
I return to the
shoreline of words
whose frequency clings
to my dorsal dunes
the distressed
dragonfly excited by uncertainty.
I wished to detune it
in your interrogations as
a mournful guitar,
but a zephyr of
strange speech took it away.
Perhaps the most
complex, the most confusing
would suffice to
dispel the reluctance to revive my weary walk
and germinate, sprout
enigmas,
for which one is
attentive
to stir, agitate the
untouchable fringes of death.
I gallop on the
external walls laced with that macabre
dwarf cherry of
memory,
in which I watch,
patrol blindly with my soul.
Ivette Mendoza Fajardo