Poemas Abstractos, Poesías, Poeta Nicaraguense Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz), Nicaragua, Managua América Central, sacuanjoche, Poemas Contemporaneos, Poemas
lunes, 3 de mayo de 2021
Congratulación, perfecta entelequia
Congratulación, perfecta entelequia,
domingo, 2 de mayo de 2021
Luna etérea fatua por la noche matinal
Luna etérea
fatua por la noche matinal.
Melancolía
de desnuda casualidad.
Tan sólo en la
voz entrecortada del
amor pecaminoso de seda.
Soledad recelosa
batida de viento.
Mecanismo de
la madrugada desaforada
en la
fugacidad reconciliatoria de las horas.
Un volcán de
hormigas
derrama lava
de sed hormigueante
por todos
los follajes bélicos,
ardiendo
bajo el peso silente del
lívido sentimiento en callejón sin salida.
Quieto fuego
adentro.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 30 de abril de 2021
La frívola memoria acobardada
La frívola memoria
acobardada conoció con desatado deseo fogoso /
La rabia más
codiciada por las lechuzas y la risa temblorosa decidió
patentizar
muñeca enmallada de piernas largas y rastros de dolor
estacionario
entre dos voces y las palabras del universo cóncavo /
Ahorcada en
su corbata la belleza será de gloria y de pavor la
oficina
temblorosa de vientos sufridos / Su vibración violenta y
alargada en
el límite del camino agobia de manera elástica unas
constelaciones uterinas y erradas atropellando un lecho manco /
En un instante
de destornillar de las nevadas y de las moralejas,
necesitaré chaflán
sus hipótesis incoherentes delicadamente
descriptas /
Triunfo de los termales esquivos renunciaron a calmar
con un toque
en el bucle de la cicatriz /
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 29 de abril de 2021
La niebla era una quietud habitada de mocedades
La niebla
era una quietud habitada de mocedades.
Abejas
rumorosas disuelven ocre nervadura
del ropaje
otoñal de ondeantes y alados sonidos.
En el panal
de la tarde un esqueleto encorvado
puede
atrapar un átomo de mi memoria urdiendo fuego.
Cuento los
días y escucho el chirrido del viento
aporreando
mis lunares, reptando en la nada.
Desde una
puerta invisible los gestos abismados
del
silencio, al abrirse o cerrarse sometidos a echar raíces.
Tirito por
las manos arrastrando mis ojos en los andenes.
Me deleito
en una rebanada del locura dentro de un charco
carnavalesco buscando el cielo de travesuras y desvaríos.
Tu mirada se
recalienta por segmentos y circunferencias
de afuera
hacia dentro de mi faringe anclada en otras avideces.
Como espina
de pescado una sílaba se atraganta en
mi garganta con
sustento y razón intrigante.
El jueves se
golpeaba el corazón en una litúrgica eterna
de súplica por
donde transitan mis sentencias.
Caninamente
van retozando los reflejos de luna sobre sus
sábanas
matutinas y cautelosos perduran en el impulso.
Tus ojos
apagados con cerraduras de arcilla,
moldeando el
paréntesis del tiempo.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 27 de abril de 2021
Llega en la reconciliada forma del quizás
Llega en la reconciliada
forma del quizás,
tu emancipado
frenesí bostezado.
Sobre la adjetivada
pictografía de sus huella,
la silenciada
ausencia del remanso.
Llega en los
aspavientos absortos del silencio,
a la
desventura de las horas invertidas,
y a ese barbárico
deletreo del presagio
en harapienta
galimatías.
Enigma y objetividad
y delinear
las noches que son
como el acertijo
de la vida,
para auscultar
el milagro extraño
de frecuentar
una vez y muchas veces
el sendero
trazado entre acordes entumecidos
por lenguas
de fuego que en el cristal reflejan.
domingo, 25 de abril de 2021
Alguien empuja
Alguien empuja
más fuerte que el trueno.
En destellos
del delirio mariposeo por
los aristas cóncavos
de la oscuridad.
Hay un cántaro
afrodisíaco para derramar
la castidad
de los atlantes.
Y hay este devaneo
palpando el
plano lacrimógeno
de Teseo.
Los embrujados
se mezclan con todos sus
acalambrados
ojos,
por las abolladuras
de mi alma.
La luna mojigata araña
certera con sus costados
sobre la palestra ensombrecida,
la enviaron
poco a poco a pestañear
y recobrar
tinte tecnicolor sulfurado.
Ivette Mendoza Fajardo
Ombligo del relámpago y de la sal
Ombligo del relámpago
y de la sal
Cima de la
medusa caverna de la bruma
Columna del
cielo que desde la playa miramos
En los repentinos
crepúsculos de piratear luna
Cada gota de
lluvia palpitaba ojos labios sonrientes
Como el
gesto nervioso de mis huesos verdes
Para romper
ese momento extraño y desollarlo
Glaciares de
melancolía cobran la última hazaña
Y nos aproximamos
con nuestros corazones en fuga
Como al piélago
del trueno
Derrama tu ensortijada
mirada en la espuma galáctica
Recaudar el gruñimiento
de estrellas bailarinas
Un clavo lerdo
camina al otro lado de los mares
Y se lleva
el hacinamiento del caracol y escupe peces
Oh lágrimas
de cocodrilo que desembocan en los ríos
Y nos hunde
dentro de sus pantanos cenicientos
Navegamos en
su libre albedrio hasta el sonido
Bruto de sus
sombras náuticas.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 22 de abril de 2021
Universo euclidiano de la efímera geometría
Universo euclidiano
de la efímera
geometría todo
lo que triangula
es un prisma
crepuscular, un punto
albeado retornando
a su centro,
una perpendicular
áurica creada
para
entender sobre un área inequívoca.
Cualquier
eje vislumbra el redondel
de esos
puntos pero nos contentamos
con un todo,
en un plano final, siempre
a la eternidad.
Asimismo, una equis
sobre la ye de
reflexiva ciencia, calcula
la luz creyente; desea la síntesis integral
del amor
fluido que asoma; entonces
el silencio de
los números se expande.
Ivette Mendoza Fajardo
El crepúsculo fragmenta en el látex oscuro
El crepúsculo fragmenta en el látex oscuro
que entrelaza
intermitente al amanecer,
sobre una percepción
de cielo colosal,
y nos convence diametralmente a la insistencia
del misterio, al despertamiento del vivir.
En un
instante, el deleite, el júbilo,
o la tan
extasiada caricia y el beso,
los encantos,
la remembranza, la luna
las
melodias, el lloro, los tropiezos
han palpitado allí lo efímero del alma
y tú ahora
despierto en el corazón,
volviendo a la gran travesía de la vida...
como la sensación
extraña de un hechizo…
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 21 de abril de 2021
La mano estridente
La mano
estridente ojerosa
o la ojiva perceptible,
el bautizo
del dédalo
hecho de mutilaciones
y auroras.
El dedal sin
el bejuco travieso,
el goterón obstinado,
el antifaz
el tapete,
el hechizo,
el baúl de espectros
y aserrín fanático
el crucigrama,
el cristal disponente…
el alma fría
o el miedo pedaleando
empieza la
zozobra en probables
berridos, cuartea
una lágrima,
meneándose
un poco, menguada
en cada desdecir.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 20 de abril de 2021
Tigrillos camuflados
Tigrillos
camuflados
de adjetivos
metafóricos
maquinan con
sus hálitos feroces,
linces mendigos y desgarbados
se
desintegran
de un
maullido intermitente.
Recapitulo dentro
de una dentellada
y me atrapan
en sus ráfagas de desvelos
y por las
nubes encapotadas de ilusión
se van
derramando
tus besos
como un alud de fiebres
milagrosas.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 19 de abril de 2021
Un globo de tercas lágrimas
Un globo de tercas lágrimas
ha alzado
vuelo
hacia el
cielo alucinado
los lamentos
que juntaba
sobre sábanas
de tinieblas
se han atornillado a la médula
del desgarbado viento.
Anochecido
ve pasar el
tiempo,
encamina,
el color
gris aflora en sus entrañas
y en las catedrales del alba trémula,
se bebe a
sorbos
su tristeza ampollada.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 18 de abril de 2021
Desde tu entorno colma
Desde tu
entorno colma las insectívoras claridades
permanecemos
únicos junto al sol misericordioso de abril:
Encaladas siluetas descarnadas en la travesía más dinámica
solas aguardan.
Calcinan las condenas redivivas
hacia su
encaminar. Tormentas y tsunamis
citando diestros a distancia encadenada.
Y les obstaculiza
savia la tierrra que a su noche
quebranta sin cesar.
No dejemos
que torneen derogados son
como cascanueces
cuentagotas de un pasodoble
que le otorgó la vida.
Curva su migaja
de resol infértil,
y acalambran
sus molestias y su júbilo inconsciente;
un bravo
montaje de ilusión en la estancia
los guía y
abre las puertas del tiempo infinitesimal
a la arbitra
borrasca, panificación de paisajes agazapados.
Tu corazón posee
orlas y ribetes, sol tentetieso y difunto;
racionaliza
piedras exánimes con frenético invierno:
Interprétalos
desangrantes
sobre el martirio
de sus ánimos febriles.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 17 de abril de 2021
Me estremeció el atardecer
Me estremeció
el atardecer con su risotada
En la
vigilia de la luna
canciones de
pomelos.
Mariposeo de
estrellas
desnudas -púrpuras
alocadas.
El sonido de
la luz era estrepitoso:
Chillidos de
horizontes,
velocidades de
espectáculos
púrpuras
vacilantes
melodías de pétalos,
caravana de
soles,
inmortalidad
y precipicio
del júbilo
en las arterias aletargadas de los vientos.
Canciones de
pomelos
en la compasión
de los senderos
todas las aguas
del olvido
quebramos en
la carne venenosa.
Júbilo de la
madera y los cactus;
todo el cuchicheo de los pistilos
en nuestros corazones
gozosos y gráciles;
mi cuerpo: aurora
y poniente
en las arterias aletargadas de los vientos
muge
terrífica la vida.
Ivette Mendoza Fajardo
Continúa hazaña al que anda tras un idilio azorado
Continúa hazaña
al que anda tras un idilio azorado.
Aguza al que
anda con las voces desdichadas.
Sobre su genuino
espectro de enroscada sentencia,
ha evolucionado
para ser desollado por la muerte de madera,
Acentuado
ante el gran sabueso de la indulgencia,
tarareaba el
dolor.
¡Era dadivoso
el escarmiento en ese umbral del
paraíso!
Platón que sueña
en el trino del ocaso enciclopedista,
Venus al
borde de un maleficio verde y buscavidas,
trenza la tristeza
en la franja coloquial del olvido,
neozoica con
tu entresijo ocre
en la entropía
del insecto bienintencionado.
Radiante sin
bordes girando en dulces círculos de odiseas,
morisqueta de
luna letárgica.
Amarillada
entre los plumajes de Andrómeda,
eruptiva en
la epidermis calmosa de tu sudor
de puma
salvaje,
el cáliz de tus
apetitos anhelantes como cicutas derramados,
ensalzan los
calendarios legendarios que hoy relumbran.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 16 de abril de 2021
Espantapájaros de aguanieve
Espantapájaros
de aguanieve, benefactor, astuto,
que vigila
como lince, como guarda, como telescopio.
El ojo
encubierto, antidepresivo
que cavila,
que sondea, que azota
que relincha,
hostiga y aúlla.
Espantapájaros
mañanero
que permanece
en lejanía con mordeduras.
El viento cascarrabias,
que se ciega
rompible,
como llora, destripado, hecho leña
en hazmerreír,
en nomeolvides
de pararrayos,
de sordomudo, de milhombres.
De escolta,
que presiente, delata y combate
de sumisión,
del ave malintencionada que acecha.
Ivette Mendoza Fajardo
Tu planeta azotalenguas malpensado
Tu planeta azotalenguas
malpensado y
cortafuegos,
parabrisas lanzallamas
y caminos pelirrojos /
son también
el roznar de la aprensión /
Tú manejas
fotomontajes de pasión
que
rebuscada se fragmenta demasiada veloz
y dispara
con sus ojos de cañón /
tú planeta también es un entrometido eslabón perdido
mientras que
a mí grandilocuencia cuando
el renacuajo
rascabuches me grabó,
se queda a
veces demasiado lenta a ver lo que
avecinó /
Algún día arañarás
la vida
y talvez
lleves tu micrófono roncador /
o tu sombra
bajo el alzacuellos /
o algún metepatas
sueño obtendrás ya
desde el mandamás
de las estrellas /
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 15 de abril de 2021
Una constante papiroflexia
Una constante
papiroflexia más un graznido de oleaje
es una
estampida de peces parachoques.
Un conglomerado
de ideas más un diluvio fuliginoso
sigue siendo
un piélago de rajadiablos.
Se vive ojeado
de macabros tapires
avizorando desfogar
mentes en asaltos zurdos.
Hilaridad y
octavillas de pasiones ocurrentes.
Todo eso es
más y más indeleble.
Mas una labiada
ficha con el mismo cuento
que une las hernias
de los ecos y el silencio
mesiánico, redita
las infantas inquietudes
conjugadas.
La palabra salta
en ese fragmento del connubio
donde lo
cuadriculado nos trueca en sutiles
o factibles
motilidades.
Un papel más
un ocaso de fábula proclítica
no es todavía una imagen que fecunda amañada.
Ivette Mendoza Fajardo
En el centro ilustrado de esta convivencia
En el centro
ilustrado de esta convivencia
que espadañada
ha estado por el malabarismo
de la redundante
e inmortal moderna hilacha irrisoria,
se promueve
como la universalización del todo
en la médula
teologizada de la telepatía
escribiendo secundar
lo que no solo se fotografía,
masticando ineludiblemente
todo lo que escenifica
sin escamotear
lo superfluo de lo acusativo;
ante los camuflados
actos de millones de siglos
sucumbe al espasmo
espectacular de lo fallido.
Lloriqueado cualquier
en sosegado picaflor
en los rotatorios grises que se disipan en la variabilidad
del dactilar
que paladea al fuego de sí mismo
y fanático
se crea en un segundo de confabulación
en que la
distancia
quiere alargarse
más allá de su propio libertinaje
y escarmienta
la mirada encajonada,
mientras dirigiendo
toque y son, enjuician los albores
que lindan perpendicularmente
por siempre
en el trueno
de los párpados, se recobran
como el recalentamiento
de una estrella
en un apolo rubicundo
de la gran monada inoxidable,
reinventando
transitar más allá de lo retograbado
proclamando
apenas al último bastión del lamido
que es la auténtica
lámpara en que se promueve
el mal agüero
de la mitográfica vida.
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 14 de abril de 2021
Pues ya en la pereza, se despluma tambor
Pues ya en
la pereza, se despluma tambor al
contar tu
marcha sobado de duendes; rumbo
a los polos
voy añejada de mandarina que arruinó
mi siesta del
insano juicio de la clavícula naciente;
tos eminente
bajo el paragua temporal de sus convulsiones
de terciopelo;
renglones irresponsables manejan ebrios
elencos de
cataratas con bocas abiertas; víspera de
piedra azul
en preludio de adolescencia; cenotes de
luz
mortecina óyelos revolcarse en ingles de reposo
que así se
pelea una manera de penar; suave cera
de dedos caídos
y amnesia permanente y mestiza
aquí permanece
quieta según yo quién habrá de
fingir; yo
he sido alma nada más que la eternidad
me pide que
salga a cabalgar como Don Quijote
de la
Mancha; seguimos todavía sin parar por la
cadena del
perro que a calor se deshace sobre
el lomo de
la hormiga; atajo por este camino
que se
etiqueta en la taquigrafía de su marquesina
patuleca después
busca su redondel como cobarde
que muere más
de una vez; mientras la resaca del
viento
permanece en su vomito de filamentos sedados,
la
encrucijada de mi ausencia comienza a vivir
a su manera
tan solo feliz con el gato con botas;
galgos
tragaluces pueden verme dentro de este
armario
llorar la noche más arrebujada; a través
de las cosas
va el vaho de mi fisonomía para
morir tan
siquiera al revés.
Ivette Mendoza Fajardo
Te suben ceremonias de vidrios muertos
Te suben
ceremonias de vidrios muertos rugiendo
ciegamente alucinadas escamas / ahora cobija charco demencial
sus uñas en
un acto colosal entre gatos del viento que señorean
la
conformidad de los manteles royales / revolución de las chaquiras
dentro de
helechos temibles descubren una nota musical
como ojos
comprimidos / mundo de prebendas se te negó la
batalla en
las pistolas de la noche por un techo mancillado/
Me transcribo
cerca o lejos como muñeca de abarrotes
desde la
tiniebla sin frutos que me acosa dibujando relucientes
garabatos de
esperanzas / un águila sueña su insignia
noble corriendo
tras un niño prodigio de cera / de algún
lado danzan
fantasmas proverbios de paredes mequetrefes /
envasar ideas
precoladas gira en girola mano de alcatraz /
cárcel sensual
se persigue elocuente y escanea escaparates
en receptáculo
inteligente / botón de fuego del sueño
objetivo
luce pitayo a carcajada dividida / con mirada anodina
pasajeros de
nucas golpean emboscadas en tercetos
infieles / perdón
a perdonado tarareaba al resolverse
en la nada quíntuples
morales de chocolate / la manía
turbadora
ovilla escalofríos de cabritas en resquebrajado
aliento / león
en su pedestal es el hermoso mozuelo
del sabor bufido
/
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 9 de abril de 2021
De la cuchufleta del barbarismo
De la cuchufleta
del barbarismo insano
a veces brota
desahuciado cetro, de los
atolladeros mutilados
cuyo epítome
desplomara en
el matorral entre el contumaz
esmero del acaso
que en todo tiene
que
reverdecer para ser alegoría de
lo que nada
se liquida solo lo intuye.
Sediento de
hermosura nunca
está adormecido
el guijarro
en su territorio, nunca fue desvelo
el matorral
en el mío la del signo
pues el albur
que fragmenta el capitel,
sangra
gestos duraderos,
es el mismo
que maquilla la blancura
de fugacidad
y frescura.
Bien que
quise
decirte y me
han llovido tres espinos
y dos lingotes
de mirada que nada dejan
por aquí lo agraciado
al ver que
estas
adorado y vivo.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 8 de abril de 2021
Amartelada como la brisa
Amartelada como
la brisa es la cruz de la sinrazón
con que tus
dudas observan mis preceptos.
Aquí nada
puedo descifrar, nada es ya igual
de las vetustas
fiebres que los días
interpelaban
en una recta final.
Eres la daga
del recreo y la coraza vulnerable,
eres el platino
diamantino y el oro del camino.
y hacia mí costado lo tuyo entrelaza;
sueñan mis
labios humedecerse
en gotas de
esta mortal ambrosía
que aclama ferozmente
tu memoria gustativa
en el carrusel
de horas donde allí pecaron.
Ivette Mendoza Fajardo
Noche develada
Noche develada
a ímpetu de juramento
boca de luna
y estrella lo cotidiano
crepúsculo
eterno de cuatro puntos
cardinales como rosa dorsal del céfiro.
Brújula domesticada que anda
por las
calles de los siglos.
Farol que destruye
el ojo
doloroso de esta vida.
La licuefacción
de los códigos
La vaguedad
mal humorada
El rostro de
los paraísos lenguados
La foresta de
secreta revelación
La cuerda
tensa de la imagen
fusionan la
petrificada frialdad
de las horas
sombrías.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 6 de abril de 2021
Rosarios de conclusiones adversas
Rosarios de conclusiones
adversas
navegan en
tu yerro.
Esfera utópica
que no quiso
ser pedernal, ni claustro
abrumándose por
zarpados estruendos
de mis soles.
Y quisieron salivarse actualizándose
en mares de rumiantes salmos de vapores,
un hemisferio
de empellones desde
mi escalpada
manía del azar.
Aquellos sonidos de sístoles y diástoles
que albergaban
el espinazo de los siglos,
eran el aullido de un crónico soplido infernal
que como el
agua entre las manos,
se fugaba ese
fuego vano de tiniebla cristalina.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 4 de abril de 2021
La extrovertida muñeca impávida
La extrovertida
muñeca impávida está ante
la teoría trigonométrica astral de los
muertos
melenudos que atropellan su razón.
El binomio ausculta
bajo los gatos garabatos
la sumatoria
del ave chusss entre la locura del candil
y mi dolor
enquistado por el sueño
de pronto,
hacia el retorno, el golpe apacigua
a mandíbula batiente
desde su onda expansiva
ya suicida por
el arrepentimiento, que al final,
comprueba su azogada eternidad.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 3 de abril de 2021
En la nocturnidad del laberinto
En la nocturnidad
del laberinto
la palabra
desfonda toda vida
protegiendo la
animosidad de mea culpa
en viveros
eternos de sopor /
Imágenes de
voces sobre la renta de granito
tratando de
volver al ostracismo de pantomimas,
tocar izquierdistas
soledades
y disputas
germicidas de sus colores enlatados /
Para un día
con amor maculado, su memoria antónima
es el hielo obstinado
del sándalo lloviznado
por un derrame
lacrimógeno y exorcista lengüetero /
Al tacto
contra el tacto de piedra contra sangre que proyecta
un ombligo melancólico
en mi razón refunfuñona
desde su ordenanza
patronal hasta la expresión viva de
nuestros
pasos libados por la malicia del gusano /
Ivette Mendoza Fajardo
La primavera caldea oscura
La primavera caldea oscura en
párpados de
cristal negociados al deseo.
Una silueta
recordada en el cielo parabrisas
permuta alineación
de cráneos desolados.
Gaviotas del
collado luz hipertensas
sucumben a la
falaz estancia neural
de sus cabelleras invisibles.
La noche renumera
el relámpago
cinco
calibrado por la taquicardia otoñal.
Mercadeo estrepitoso
del lamento
paga al éxito
su pureza celestial
y su
recuerdo bancario exhibe, estampa
su incertidumbre
blanca al madrugador.
Un pozo de
problemas asoma
dentro de
las fiebres de pavor modernizado,
se derraman en
el suelo suicida
para estremecer su escalofrío inmóvil.
jueves, 1 de abril de 2021
Elípticos alfóncigos librados
Elípticos alfóncigos
librados
entretejen
la hondonada lumínica.
El tobillo desarropa
movimientos
entre mieses,
picos, y pastizales.
El hálito surge
en cardos
y mancha la grieta
de la nostalgia.
La recitación
nevada de los astros
se alimenta
de mí ser
a la pura
candileja albur
de la perseverancia…
Asciendes fecundo
circular y
sollozante,
como
escalera mecánica
o fotosíntesis
nuclear,
como ángulo
y raíz negra,
saldado y bruñido,
como tractor
o elevador.
Médula o guijarro.
Molusco o
hiedra.
Ivette Mendoza Fajardo
Ese vano de áncoras
Ese vano de áncoras
se levantó de niebla absoluta,
alteró mi
dogma entumecido /
Cuánto aullido
extraje a esta luz en desvarío:
Qué
fosilizado pentagrama extrañas de pies dorados,
qué
centurias de peces alabeados /
Todo lo dolido
de silencio latía en ti
y olvidó de
golpe su rememoración de ondulante desgarradura /
Unas lunas
asoleadas de papalotes invadieron las sienes
y a un año trémulo
se abrieron sus contrapuertas bestiales /
Ese vano de áncoras sobresaltó estrangulando noches,
trozó
nervaduras y trozó abrojos /
Fue el mugido
de la mentira volátil,
la bruma
tamizaba aleaciones en todos los escondrijos
y de
esconder la muerte de sueños asiduos
te aposentas
en los bordes de una rutina nueva,
dejando tu pestañear
al frío tormento del grito entre la hierba /
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 29 de marzo de 2021
Electrónicos deleites liberan espacios macerados
Electrónicos
deleites liberan espacios macerados.
La pulcritud chasquea,
chasquea de archivo elaborado a derrotas.
De pronto una ciudad amarga sustrae el claustro en migajas,
y un fruto de aire que de ser miedo busca momia oxigenada,
sabor de bóveda vencida a sal y prueba de antifaz,
a chubasco de penachos prisioneros,
a corrupción silbante que camina con sus propios dientes,
por sus tarántulas soltó sus furias de frescos salarios:
registro municipal hambriento, santificado, terca utopía,
hermandad y liberación de los granos de arroz.
Fracturado el torso de la mentira,
atacando imperios de botones con hálitos marchitos,
y a escondidas toallas blancas, por sus nubes:
deportistas peregrinos, espías del agua secreta
que navegan atravesándose de ocaso alámbrico;
un cábala infinito se altera con los siglos por minutos,
una madeja que más deja anónima prepara
consejería de cascarones calibre cuarenta y cinco,
arañazos numéricos dispuestos a trabajar como hormigas corporales.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 27 de marzo de 2021
Sempiterno monumento de soledad recalada
Sempiterno
monumento de soledad recalada
que esparce
la galopada nuclearización de su espejismo.
No hay más que las mancuernillas y sus desvelos recluidos.
¡Anda, anda
guacalote enfurecido!
Entre el jardín
térreo de sus vendavales
y la pértiga de dolor, bandolera del mañana.
Centurión de
Lemurias con jugo de razón
se recrudeció
de su entorno de azahar y plata
en el ciclomotor
de nuestros amortajados sueños
y desvió toda
la literalidad de los cuerpos azorados
durante un semidormido otoño penitente.
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 24 de marzo de 2021
Lograr que te ojeen los calores y meditaciones esparcidas
Lograr que te
ojeen los calores y meditaciones esparcidas /
suprimir los
sabores del otoño de su catarro, esa lágrima de madera /
donde cazar
sin que un lunes comestible aparezca /
que un silbato
fotográfico remede su andanza /
que una pepa
sonriente de jueves entre clandestina
al carnaval brasileño
/
porque la
mano derecha es un demonio cosmopolita al acecho /
que chochea
la lotería vanidosa rebelada al rito /
y todo cometa es un cerebro comatoso del invierno /
y toda idea un anaquel de biblioteca planetaria y chismosa /
y un insomnio
peinado de acentos y ositos de peluches /
Ivette Mendoza Fajardo
Cinchos encefálicos de materia intangible
Cinchos encefálicos
de materia intangible
se enfrentan
a la
callada
botella jurásica que recoleta
un giro de pasión
electrógena, como
esperpento
de lluvia del tiempo engarrotado;
como
angustia redoblada en bolsas
de codos
codornices brunas.
Sombría
complicidad del becerro ordovícico
se intuye en
una cifra dos por tres
de hiedra
inmobiliaria sorda muda.
Todo origen
es una tabulación de orugas
escolarizadas,
un plantón
en nubes de canela :
regresa a
las alucinaciones de los mares
con el andarín
chimpancés en una lágrima
de hojalata jónica
donde juega,
retoza el
fusible
menstrual de la palabra desamor.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 21 de marzo de 2021
Sonidos de átomos idealizados