La cleptomanía del abatimiento
La cleptomanía del abatimiento cae lenta
sobre la síntesis vital del agua indómita,
asegurando, trémula, la fuerza aérea de los
ruidos fabulosos.
Le han dado un mal día a mis vestidos
marinos;
en un planeta ilusorio de mis aguas
indómitas,
me parece ver a la primavera poblada de
triángulos imperfectos,
espiando entre las congojas de las cosas
tercas.
Viene bien hoy el hambre lluviosa de mis
días,
para que resalten por estos sudores
agripados.
Sus miradas asesinas, más cleptómanas que
ayer,
marcan el día de lo ignorado para volver a
empezar;
su tortura colgante de dados aleatorios
sobre mis
puntos cardinales,
como a la humedad devota en su capricho
de ebullición menesterosa.
A lo mejor, esta vez no abate con el
cinismo del oscuro círculo.
Yo esperaré que me enseñe:
¿Cómo su abatimiento es lento?
Ahora a esconderme en su displicencia por las
arterias del anhelo,
¡bajo la medianoche del suspiro absurdo!
Ivette Mendoza Fajardo