Sombras lampiñas
Vagan, sombras lampiñas, tristes por cerros
en deslices
prontas a surcar filosamente mares
presentidos.
¡Sombras desgastadas, resonando sin cuidado,
sin ruidos!
flotan, inquietantes, alarmantes en
penurias felices.
Espectros femeninos, trágicos en bocas colgantes,
sus voluntades entorpecen solo mis cielos
nublados,
de voces distantes, en reinos
desencantados,
¿dónde mis andanzas velan entre brisas de
diamantes?
Fantasmas diamantinos englobados, con
crudezas corroídas,
como siluetas aladas que protegen tierras embozadas,
tierras nutridas en la sangre alada y luces
apagadas.
A mis pies se entrelazan, se abrazan y regresan
afligidas,
¡Ah no caemos, no vemos; nos seducen las
miradas!
seducción sin fin, en los amores donde la
vida es florecida.
Ivette Mendoza Fajardo
Soneto sin métrica