Entre sombras y deseo
Oh,
presencias sin rostro, te vi florecer lento,
como si el
deseo tomara forma
en aquel
beso inventado por tu inocencia.
¿Y yo?
Desnuda entre ramas de insomnio,
cuando el
amor se escapa, se vuelve ilusión,
apenas un
suspiro que no vuelve.
Mi boca te
llama con fuego contenido,
por ese
pasillo donde cruzan
la pena y
el placer entre sombras.
Y solo
recibo el nudo en la garganta
de lo que
ya se ha ido.
Un papel
con aroma en la orilla de la frialdad.
Aves ciegas
giran en el rocío,
que tiembla
antes de romperse en gozo.
¿Quién me
llevó al límite de tu sombra callada?
¿Quién usa
el vestido
que llevé
en mis sueños rotos?
¿Cómo la
luz de tu alma encendida
corre
detrás del velo del silencio?
Y este
recelo que trepa,
como lluvia
sedienta entre mis huesos,
dobla ramas
sobre mi cuerpo detenido
en la
tierra,
como una
tarde que se hunde con los ojos abiertos.
Ivette
Mendoza Fajardo