Poemas Abstractos, Poesías, Poeta Nicaraguense Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz), Nicaragua, Managua América Central, sacuanjoche, Poemas Contemporaneos, Poemas
miércoles, 9 de agosto de 2023
Otra contradicción flota en el manubrio mudo del vacío
Otra contradicción
flota en el manubrio mudo del vacío;
sábado, 5 de agosto de 2023
Delinquían senderos en él requiso
Delinquían
senderos en él requiso
del badajo carismático,
hilvanan
enigmas de columbinas entre la falcada
de
albores inadecuados,
sonrojo
de albaricoqueros,
panza
de neutrones forajidos,
ámbares
de reconocimientos paternales,
vergüenzas
motas y panes dorados boquisumidos,
mi
pureza es albergue de forraje,
el
espíritu, lepidópteros níveos precavidos,
aturdidos
en lontananzas inadvertidas,
mis
falanges rebufan en tu paladar confianzudamente,
andrajo
tierno,
nidifica
intercutáneamente
la
sinalefa en el cojín.
Paths sinned within the charismatic clapper
Paths sinned within the charismatic clapper,
Weaving mysteries of doves amidst the sickled dawn,
blush of apricot trees,
belly of outlawed neutrons,
ambers of paternal recognition,
blotches of embarrassed golden loaves, mouth-full,
my purity shelters fodder,
the spirit, cautious snowy butterflies,
dizzy in overlooked distances,
my phalanges rebuke trustingly upon your palate,
tender rags,
nestling, the elision hidden within the pillow.
Ivette
Mendoza Fajardo
martes, 1 de agosto de 2023
Tus caricias engendran vigorosidad entre mis venas tristes
Tus caricias engendran vigorosidad entre
mis venas tristes,
¡tu querencia de codicia estremece mis
simientes!
tu ensueño de benevolencia, en su
taciturnidad, me atrae,
aquí he rechazado la horribilidad del
pensamiento,
como entregando mis secretos más intrínsecos,
sin temor;
me doblego sin arrepentirme a esta fuerza
que nace dentro de mí,
que no permite a la lucidez razonar, sin estancarse.
Tus decisiones construyen prodigios en mi
rostro.
Tu suerte de ilusión versátil me invita a
confiar sin miedo,
a saltar al infinito inmenso y oscuro
que no entiende al tocar sus inquietudes.
¿Cómo puedo hallar el bienestar que desea?
Aquí está su dolor de venganza cuchicheando
entre las cuerdas
del violín.
Aquí reposa la almohada del misterio donde
el
alma descansa sus emociones que entretejiste
en noches de insomnio,
la embriaguez del tiempo que impresiona el
ritmo acuático de
las palabras enhiestas que se convierten en
leyendas
cuando se unen a este silencio de seducciones
prohibidas.
Aquí se enjuaga el vocablo, lleno de compromisos
reposados,
hasta el momento de liberar los fonemas que
duermen en su interior.
Your caresses engender
vigor in my sad veins
Your caresses engender
vigor in my sad veins,
your covetous desire
shakes my seeds!
Your dream of
benevolence, in its taciturnity, attracts me.
Here I have rejected
the horridness of thought,
like delivering my
most intrinsic secrets, without fear;
I yield without regret
to this force born within me,
that doesn't allow
lucidity to reason, without getting stuck.
Your decisions build
wonders on my face.
Your sort of versatile
illusion invites me to trust without fear,
to leap into the vast
and dark infinity
that does not
understand when it touches its anxieties.
How can I find the
well-being it desires?
Here is its pain of
revenge whispering among the strings
of the violin.
Here rests the pillow
of mystery where the
soul rests its
emotions that you wove on sleepless nights,
the intoxication of
time that impresses the aquatic rhythm of
the stiff words that
become legends like
when they join this
silence of forbidden seductions.
Here the word is
rinsed, full of rested commitments,
until the moment to
release the phonemes that sleep inside it.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 31 de julio de 2023
In the pious decimeter of the night
In the pious decimeter
of the night, life wanders,
like the deranged echo
of a sluggish bat.
It believes that
glyptic, its companion, has decided
a judged comedy with
death, its escape
is frivolous and
wayward like a ruthless discouragement.
It often tries to
dissuade itself, at the blow of afflicted heart diseases,
knowing well that on
each planet it encounters,
the Tedeum resounds in
its jungle of pinky and keratin,
it longs for the
cavalcade, the river, in its feat of dorsal favor.
The menu of small
things of the ruffian huipil, as an honor of pain,
harassing in the
protozoan of its sad surrender.
The pieces of advice,
slaves in their pollution deception,
sing, growl, their
funeral song, a prelude to melancholy.
Its contact lenses,
like concrete euphoria, rise,
the babyish face
cries, its peremptory essence is transgressed,
a squeeze of observing
dolls, of so much destruction,
the work pressure of a
love poem, thus it is illustrated,
in the infinite
astrolabe of the moribund destiny.
Ivette Mendoza Fajardo
En el decímetro piadoso de la noche
En el decímetro
piadoso de la noche, deambula la vida,
como el eco
demente de un murciélago remolón.
Cree que la glíptica,
su compañero, ha decidido,
enjuiciada
comedia con la muerte, su escape
es frívolo y
descarriado como un despiadado desaliento.
Menudea con
disuadirse, al golpe de cardiopatías afligidas,
como tal sabe
bien, que en cada planeta que encuentre,
resuena el
Tedeum, en su selva de menique y queratina,
extraña la
cabalgata, el río, en su proeza de favor dorsal.
El menú de
menudencias del huipil rufián, cual honra de dolor,
hostigando en el
protozoo de su triste rendición.
Los consejos,
esclavos en su patraña de polución,
cantan, gruñen,
su canto fúnebre, preludio de melancolía.
Sus gafas de
contacto, como euforias de concreto, se elevan,
la carantoña
llora, su perentoria esencia se trasgrede,
un aprieto de
muñecas observadoras, de destrucción tanta,
la presión
laboral de un poema de amor, así se ilustra.
en el infinito
astrolabio del destino mortecino.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 29 de julio de 2023
En la garganta del viento gnomo
En la garganta
del viento gnomo, mi voz se escapa ligera,
revolotea como un
ave, libre, sin fronteras ni empellones.
Vestida de rostros suplicantes mi alma, se eleva gallarda,
cual cometa en
cielos, sin cadenas fieras dulcemente.
Cual Quijote en
su andar andariego,
sin miedo ni
calma, ni tropiezo ni barreras salva,
navego en la
aventura de alcanfor, con espíritu audaz.
Derriba y aprieta
castillos de grises murallas y mentol,
buscando
horizontes politeístas de un mundo veraz.
Júbilos y duelos,
en coro se entrelazan confianzudamente,
mis emociones,
versos en armonía sutil y proyectada.
El vino del
corazón, canta sin tregua,
un brindis al
universo, poesía renegada entre párrafos.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 28 de julio de 2023
En el cielo nocturno de tus sueños
¡En el cielo
nocturno de tus sueños, oh un gemido estelar!
la luna, cáliz de
corolas, en su esplendor divertido,
y el viento
danza, supersticioso y misterioso y leal
acariciando la
ingle de la noche arrebatada en su fulgor.
La tormenta arremete,
feroz y crédula,
como guantazo
furioso de la ira divina y asesina,
y en la
intemperie de emociones indómitas,
se esconde un sol
radiante tras la cortina de ámbar.
La greda del
pasado, hoy se sedimenta como
en la historia
que teje este tiempo errante,
y en el
equilibrio frágil, pero eterno de furias,
reposa el alma,
en su vuelo titilante.
He sedimentado
dolores y pesares y rescoldos
como vestigios
que el tiempo va dejando,
pues en cada
guantazo de los avatares,
aprendí a seguir,
sin quedarme esperando despacito.
Así…así nomás.
Iv ette Mendoza Fajardo
martes, 25 de julio de 2023
Mis dedos saltan la quebrada imposible
¡Mis
dedos saltan la quebrada imposible...
¡Y se tonifican por el chorro de la amabilidad!
Veo
sus uñas sobre un día de ojos
extraordinarios...
La
boca con sus gestos, nos brinda
cálidos
y espirituales besos.
¡Su
mareo es la imitación de su voz infinita…!
Los
errores bancarios cazan de la estrella sus arrugas
y veo
un préstamo sonriente vertiendo llantos
de
payasos
lágrimas
que van entrelazadas en los encantos
pectorales
de medusa y adivinan el futuro
sobre
su colores y morfemas peculiares.
¡Pensaron
en mi... en nuestros pragmáticos placeres
y
comprendí que la modorra es un experto mujeriego…
Y el
mar… la fortaleza del mundo...
de la
humanidad entera.
El
dolor vive en el indecente escalafón... en mi…
en lo
que nunca fue aconsejado,
Perdóname
no tenía idea que era hecho de egoísmo
ripioso,
pero... así…así discreto…
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 23 de julio de 2023
Aquí estaba un piano meditando
Aquí
estaba un piano meditando,
se
hincha en sus teclas dolorosas
sobre
los atardeceres capilares.
Soy
otra nota musical entre miles, las
gafas
de la dislexia,
escriben fatuos pentagramas,
entre
mis pesares escondo la rueda unicelular.
Yo
también entierro la ceguera de la necesidad,
el
pleonasmo del encuentro.
Y no
diré que conquistar toda una década,
las
termitas consoladoras
ya
arrasaron a mi descendencia.
Hay videollamadas
que negocian
en
funerarias,
se
pelean contra la encomienda
y
sobreviven a sus mitomanías.
Otras
que perturban
con
sus formas de hacer detalles,
sus
dientes perfectos,
la
prueba del alcohol de sus dedos.
Yo
sólo navego lentamente
en la
casualidad de la noche,
toco
entre cuchicheos bailarines
bajo
lo bota crucificada de Dante
el
poblano transmisor que construye
mis
secretos, la música de Nemo.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 20 de julio de 2023
El martirio del pan que no ha recapitulado
El
martirio del pan que no ha recapitulado
aprieta
su esternón,
una
frente tersa de música mansa,
la
curvatura del alcohol que no encuentra
su
salida,
el
diseño rábico del amor donde anuncia
su
adiós lejano el reverso.
Cómo
no manifestar a este fatuo fuego
acostado
en sus tres soles,
pidiendo
fiado como un río viudo sobre
la
cara del disimulo.
Debate
esta esfera doblemente triste:
Reprogramando
saludos sus dos orejas,
oh
ave maría del escándalo neófito
en
que lo habrá convertido su reaprender
del
gozo.
Su
gratitud rotunda busca su soberbia
para
lograr la terrena nada.
Estrés
oportunamente canino,
el
ladrido del universo paralelo.
Cómo
no sentir a ese chiste inverso
que
atraviesa el alma
con
la sordera de almíbar en un espacio
vacío
en las cejas.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 18 de julio de 2023
Por no desglosar fortaleza heredada disfuncional
Por
no desglosar fortaleza heredada disfuncional
del
“imitar”, revolcada a la producción sazonada
de
nervios ancestrales
que
manipula la historia sobre un lienzo matriarcal;
con
el hilo virtual sonando en el borde avezado,
el
debate esencial se iza infiltrado,
prolifera
entre el primero y segundo pensamiento
en
cáscara de rabia deponiendo por lujuria
a un
cuerpo de agua lampiño
que
considera y atrapa peligroso su lado amable.
La
viagra de la esperanza se hace de la vista gorda
para
tener apoyo y audio-enajenado alivio
en la
majestuosidad de sus pies bicicletas
en la
que ya no suele ser cabriola recién alumbrada.
¡Ah
de nuevo aquí! es ése solidario
despertar,
el
novicio desliz que se da cuenta triangular sin voz ni voto,
el
simbiótico perdón experimentado que viene a catar
el
jugo menstrual del resentimiento reciclado de muchos siglos.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 21 de mayo de 2023
Irisados elementos
Irisados elementos comineados
cuyas lucideces
truecan con las emociones
siderales;
cuyas narices son las
linternas voladoras
del propio gene que les dio
fructíferas vidas.
Arrinconados a las estrellas
por sus virtudes
se vacilan cosas como
encantadas y dilectas;
se peinan a las puras
violencias innecesarias
y ya son misterios colgados a
la tristeza.
Observadoras tan Penta vocálicas
se presienten
en su término solo de una
existencia tan poderosa
mientras las consonantes están
de fiesta
nostálgicas y ausentes.
Es que hay un zanjón que pedía
mucho tanto así
que toda su edad de oro se
levantaba solo
al tocarlo en su martirio ante
un arbusto generoso
quemándose en la llama de un
beso asimétrico y
risueño.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 6 de mayo de 2023
La pesadilla en las capas del ozono
La pesadilla en las capas
del ozono
La estancia sufre en el
espacio de un abrazo quieto
Un murmullo zodiacal a
través de la nostalgia
Con orejas y parlantes la
edad maullaba
La noción del tiempo que
comenzó el conflicto
La mezquindad con que se
elaboran las directrices.
El reto que sopla la cara
de las necesidades
Y una placenta que acusa
la constante primaria de
lanzamientos románticos
y la hemorragia silicona
del atributo.
De la sensualidad inmolada
de reingreso a la poesía
A la inauguración y nivel
de tiesura del
método euclidiano
Encontramos
Pacificación por el
impertérrito almanaque lunar
La imposibilidad del lado
izquierdo de la boca
de un ordenador.
Emoción mutua con los
colores del cuarto creciente
de la luz
Resultados psicométricos
de luna testaruda gimen,
mosquean las horas de
tostar verdades
Cielos unitarios de
siestas fúnebres expresan:
su desamor a la bolsa de
valores
a la infancia ninfómana de
bienaventuranzas
multiplicadas con hocico
abierto
con el desánimo de la
Torre Eiffel
rechazan la pastilla de
cuerpo encorvado
y formula renovaciones
minimalistas.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 30 de abril de 2023
Un asfalto perpendicular tirita en el cielo
Un asfalto
perpendicular tirita en el cielo
y su agonía es el
espacio que aleja el
privilegio
impávido donde ahora se acopla
a contraluz.
¡Espese su cuerpo
fluvial a talón grisáceo y rebota
instaurando
cerrazón en desconsuelo, divagando en
serotonina alada!
Hay un escondrijo
cobijando picardías en
las grandes pausas
viscerales del verbo nocturno.
La impiedad del
prejuicio de la noche
y su plomiza
ilusión conocen la resonancia sufrida de
un silencio
quebrado, simplemente carente de carne
¿el reflejo se
abstiene?
El costado del
costo mejor es un chiste parcialmente
nublado.
Dicen que una
madrugadora madrugada
es del mismo color
de un balancín respirado por la vida.
Todo lo demás es
pura carátula desafortunada.
Quizás es un ruedo
que derrocha desajuste emocional
y se escucha
cuando cae desde el agua para siempre.
La impotente
cordura se retracta
hasta la
permanencia agazapada de un día exacto.
Astuto pájaro del tormento su faceta negra, maltratada
por profanos
intentos, una descalza actitud, casi celeste,
nos dice que el
reencuentro está entre un gramo de celo
y una nostalgia
sapiente.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 28 de abril de 2023
Ahora, me parece importante
Ahora, me parece
importante que la frente de la noche
va saliendo del
jugo prohibido del mundo,
mientras su
velatorio sigue empotrado
como un resuello
de ave mirando el pan de cada día,
buscando también
luz de su ciencia revivida.
Hoy, pienso que
ese porque escuálido tiene el
poder de sonreír
y a través de la
lombricienta broma perpendicular al viento
puede explicar una
retorcida y móvil verdad,
por eso insiste,
agarrada, a este cuerno de la vida.
La última
reflexión de desafío, volcado
en un estado
durmiente parece a la tarde extendida
como un arranque
desenfrenado
contra la pierna
de la humanidad.
La pendiente de la
nada suele tener el espesor
de un mérito
crudo.
Un lamento de
azúcar tiene sólo una parte
de un
acomodamiento casis carcomido
por la muerte de
un más allá que tiene la expiación
de un miedo
secreto interrogado.
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 26 de abril de 2023
Enfadada la tristeza es ...
Enfadada la
tristeza es la hija hirsuta del corazón,
el mal que caía
sobre las piedras de la necesidad,
una mujer tatuada
dentro de mis emociones,
la palabra
virtuosa en el eco de un ombligo olvidado,
un diablo
prestamista con la capacidad visual de
un acordeón
alcohólico,
La escoba generosa
que barre los días de apellidos
funestos desde la
encarcelada pasión,
la edad que zurce
los congojosos calzones de la
libertad
envidiosa,
la ilusión que empuja la duda en la
ingeniosidad
de una foca,
el agua que vigila
las recámaras de la serpiente
impresionando mi
afán,
la infancia que
invadía impunemente el salto
de las manzanas
temblorosas,
el gorrión que
abre las puertas de mis visiones
góticas,
una razón
estrellada en los trasplantes musculares
de un éxito
esforzado,
las enaguas de la
vida donde la tarde gasta su
dinero
desmesuradamente mientras tanto
el amor pronuncia
a cada rato la queja de un
garabato racista y
desleal.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 25 de abril de 2023
En esta imberbe mañana todo sabe distinto
En esta imberbe mañana
todo sabe distinto.
El sol es
una florecilla mirándonos
dentro de un humor
nuclear
su boca un
cielo que busca la
buena música,
un alma en período
de extinción
un buzo que busca
dentro de mi
cabeza aquel mundo
que ya no es redondo
los ángeles
jóvenes reconectándome
de nuevo a la poesía
porque comprenden
y activan
mi corazón en su
altura
o, simplemente,
las letras muy
delgadas,
formando ilusiones
que disparan espíritus
saludando
tus mañanas ...
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 16 de diciembre de 2022
Dilatación de zozobra
Dilatación de zozobra que cede consistencia
en la reverencia menor de la pupila
como figurar el retumbo de las conveniencias
y la huella de la retina en su revés menospreciada
de entusiasmadas intercalaciones sincrónicas
las pisadas de la noche son el reencuentro de las almas
la mano izquierda de la bala cae en lo insondable
en el taburete de mirada a cuatro lunas de distancia
en la centinela de tormenta frasco diligente de mi yo
en el acontecimiento mismo alternado se engendre
es la constancia del ser en el instante del descuido
como impostura del mundo en el boceto de algo
coherente
y no como trivialidad en el automático donde hay
desmigajada
imposibilidad envejecida buscando noches en el deseo
¡ala mayor ascua de melancolía! ¿llenos de senos un
vendaval?
Mordaza de proposiciones hermana de la felicidad dobla
el
fondo que desfonda la ruta del odio rociado de
anuncios
hurgando afectos de radiaciones de aserrín de escapes
tic tac sobre émbolos catedráticos en la primavera de
la hormiga
que colecciona luz en mis sentidos ¡ay ahora la hora requiebra!
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 21 de noviembre de 2022
Sangre de vértice y corazón de oleaje íntegro
Sangre de vértice y corazón de oleaje íntegro
destruyen
el eje elíptico de una piedra engolosinada y
sólo queda esa duna cotidiana del gozo amenazado
por donde impresiona a polaroid un pez en mi memoria
flanqueando hormigas prisioneras de elixires
amanecidos.
Apetito compacto de muelas equivocadas
a lo largo del camino es una habichuela amedrentada
que con una mano herida de
mitos primogénitos
sestea en la pradera lumínica de la metáfora.
Deletrean astros rotos embelesados de brizas
y nogales convergidos neutralizados de viento mártir.
Lejanías barnizadas educan tu actitud de ave
cansada, olorosa a tiempo nuevo,
organismos biónicos de voluntad perforada, todo
lo vivido lo multiplican, reptando tornadizos
husmeando una muerte prófuga para difuminar
su soledad rectilínea donde
ve un pie despierto y frío
que espolea con impulso en otro pie en lumbre.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 18 de noviembre de 2022
Todavía sigue humeando la silueta de los siglos
Todavía sigue humeando la silueta de los siglos.
En el santuario las voces labran los montículos
y el metal en giratorio ensalza lenguas de agobios.
Un estornudo se ha erguido desde las bocas de los
mares
y su cabeza deprimida calcina molleras narizonas.
Cutis de botella minimalista acaricia tumba
prejuiciada,
un tatuaje doloroso ríe y el gran pecado quebranta la
espera.
La pubertad un guijarro enloquecido de índigo y fuego.
Los papeles entusiasmados huyen de la tiranía de sus
huellas,
sus almas se recuestan penando en las hendiduras del
vacío.
Apalabrar el camino en cada pedazo de mundo de humedad
filosófica es deglutir guiñapos ciegos.
Sayuela desplomándose para refrescar olvidos con sus
suaves
manos sin comprender sus quejas.
Alabada por las tinieblas la noche esconde sus marañas
para ser
hija del mañana.
Apacible es el espíritu del alba que el céfiro
desgarra en una
autopista inyectada de quimeras.
Espacio vendado por insectos en un instante necesita
descansar
estrellando pronombres posesivos girando por la vida.
Madreperlas de estrellas cargan mis tristezas de cosas
espontáneas
a veces tiemblan embriagadas de somnolencia.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 17 de noviembre de 2022
Cadencia entre pechos reflexivos
Cadencia entre pechos reflexivos, los ayes en la cara,
y un epígrafe que solloza en las borrascas
―al no ser elemento consentido caprichoso ―,
la mano atormentada del miedo
exprime el
silencio y sus vertientes entusiasmadas
de percibirse y retocarse en el vacío, cuando existe
―si no la trivialidad del desmigado pretérito ―,
lo nivela, dejándolo desperdigado…
Lo minúsculo que lo trascribe,
enmarca ―con semblante solidario al dígito,
que a su elíptica forma subversiva la disipa…
Y en lo inmortal, o mortal vagabundea
―con su músculo de infinito tenso y desarropado
de la sagrada y facunda luz que: ¡la circunda …!
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 15 de noviembre de 2022
Desde la acurrucada lluvia sesgada
Desde la acurrucada lluvia sesgada
del crepúsculo apasionado de tus ojos,
mi esperanza se siente abrumada
por el aire sonriente, ya robustecido solo por el
olvido.
La corona esplendorosa y la soledad de mi sepulcro
sollozan allí, junto a la muralla de tantas
ilusiones hechas pedazos, como un torrente en el
que arrumba el deseo con su mirada bohemia de música
renegada. ¿Qué quimera es esa que encandila
tu miramiento y a su gracia te encadena?
Broto de un silencio de tiempos y medidas
para la clorofila noticiosa de la labranza
en la penumbra victoriosa.
La conciliación constante del eje despabilado
del tormento lacera mi inquietud
como una jauría demencial de azares
regalándome sus pensamientos.
El contorno tiene muchas caras y soñando,
sus pestañas caminan en el umbral del poniente y
yo soy ese astro que empieza a crecer para poder
permanecer
bajo los colores de tus reconciliados y astutos pasos.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 13 de noviembre de 2022
Con el perfil abatido brillando por el margen
Con el perfil abatido
brillando por el margen
el abecedario escribe en
el espacio virtual
cuando el alba avanza cada
vez más ruidosa,
apática y angular al
revés y al derecho, sus
gemidos repercuten, se
engrandecen o se
duermen y los limpia y
los halaga y les da de comer
sobre una caldera
encendida en la espesura de la
noche y está rodando como
si fuera una pelota
y el silencio es una
esfinge con angustia de almas
donde se encorvan los
cuerpos celestes.
Viene atrapando mi
destino y no frota a fuego
tus serenidades; son zarpas
enguantadas de arrumacos.
¡Ah cómo desclava el alma
al corazón, quejosamente!
Pero tus manos quedan
mirándome fijamente como
siervos extraños
arregostándose al triunfo de la nada.
En una ratonera de
rutinas, el yugo acredita al presagio
una cadena de favores con
párpados algebraicos, llevando
la voluntad acuesta. Hoy
en día no se encuentra el fulgor vulgar
de los
sinsabores , tampoco se
coronan de laureles
la cabeza en su curso
breve. En salíferos espejos lloradores,
el temblor de tu espíritu
no perturba ni abarca la serenidad de tu imagen,
solo es el vuelo que provoca
ese lúgubre emisario de la muerte,
llenando de enigmas tus
sienes.
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 9 de noviembre de 2022
Soles taciturnos de organigramas audaces
Soles taciturnos
de organigramas audaces
abarquillan
magazines de tristezas,
obligan
sensualidad al fauno
maullador
comprimiendo designaciones
privilegiadas,
desmoronando distancias
resabiadas
cuando empañan los espejos
empíricos
que cesan de escalonar sobre
resquebrajosas vocales que te
extorsionan
y te fustigan y te hechizan y
te halagan luego porque
yo he tenido un manantial
milagroso dentro el alma
para salivar invicta frente a
la aurora onírica del engaño
para diluir transacciones
acéfalas combadas en el tiempo
para tornarme espectro
arrastrando tu barca de obediencia
para empaparme en el hielo no
avillanado del mundo
para escuchar dentelladas
contritas sobre el perdón orgásmico
no para embadurnarse de
castaños instantes
ni para diluir letras
amaneradas en el regazo del silencio
tampoco el afán proyecta el
fuego averrugado de la muerte
¿El oprobio que examina mi fe
en vaguedades atrofiadas?
¡Ah eutanasia de la nada que
asga la espada!
Sabia percusión de astro
roto que se alimenta
del pan que finge su gloria…
Ivette Mendoza Fajardo
de organigramas audaces abarquillan
magazines de tristezas, obligan
sensualidad al fauno maullador
comprimiendo designaciones privilegiadas,
desmoronando distancias resabiadas
cuando empañan los espejos empíricos
que cesan de escalonar sobre
resquebrajosas vocales que te extorsionan
y te fustigan y te hechizan y te halagan luego porque
yo he tenido un manantial milagroso dentro el alma
para salivar invicta frente a la aurora onírica del engaño
para tornarme espectro arrastrando tu barca de obediencia
para empaparme en el hielo no avillanado del mundo
para escuchar dentelladas contritas sobre el perdón orgásmico
no para embadurnarse de castaños instantes
ni para diluir letras amaneradas en el regazo del silencio
tampoco el afán proyecta el fuego averrugado de la muerte
¿El oprobio que examina mi fe en vaguedades atrofiadas?
¡Ah eutanasia de la nada que asga la espada!
Sabia percusión de astro roto que se alimenta
del pan que finge su gloria…
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 7 de noviembre de 2022
La mandolina otoñal del cielo
La mandolina otoñal del cielo
se balancea entre la dulcedumbre
con denuedos pálidos que,
repentinos, colman los recelos del mar,
y un baúl de angustia
desvelada
empapa al traslúcido perfil con una
tonada de triángulos derrotados.
En portentosa intemperie
desvía entonces por la razón de lo peregrinado,
y casual ungido de
luminosidad se amortecen las sombras abandonadas.
Se afana la acuartelada
declamatoria en la plataforma estrafalaria de la
canilla y se diversifica cada
noche en la puntualidad de lo que no se filosofa.
Tristemente gozoso es el
volantín, pues se amarra muy temprano al mausoleo,
lo explora para el sueño.
Siesta del tiempo allanada
caldea con el alma de lo que
no aconteció.
Sin ojeras ni parachoques
salta el translúcido
sordo en la marejada por
ilusionar.
Ingenuo sólo a su destino de
ave sin risueños de auroras y miel
seduce en su propia estancia.
Por eso a nadie ruega porque
no lo debilita.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 6 de noviembre de 2022
Marchan los faroles musculosos del mechón martirizado
Marchan los faroles musculosos del
mechón martirizado
sobre los mares agrios de
sudores económicos,
agrandan los valores
educados de desmayos inocentes.
Un cabello de burbuja
ilusoria chorrea y revuelve
la tos artística de la
materia con el beso llovido de dolor
en inviernos analíticos.
Andan, andan nidos del
entendimiento sobre el chisme
maquinal de un espanto feliz
a la mitad de la locura
cirrótica.
Anda el bien y el mal juntos
de la mano, y
la taberna y los puñales del
reloj sublimizan
hacia el albo gozo, las
inflexiones grises de una mañana
patriota. Tranquea archivos
el meme universal al otro lado
de la palanca espinosa inútil
y la muñeca de la tranquilidad
celebra sus quince primaveras
en la heroicidad del avatar.
El viento lampacea los dados
temerosos del destino
en su casa de violetas tontas.
Andan leves los catafalcos
amoquillados en monitores
parlanchines.
El pescuezo ladra y la agonía
de la curva oscura sube
por las vértebras de la
melancolía que entrelazan
la danza oceánica de la
soledad roída contra la cintura
del árbol piadoso en su encuentro bilioso existencial.
El mazo es pillado por
audiolibros guardando pixeles
dentro del bolsillo y el
pixel es pixel aunque se apague
y se bloquee solo.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 5 de noviembre de 2022
En el hierro esquivo del caluroso peñasco
En el hierro esquivo del
caluroso peñasco
batalla incesante la ingle
orgullosa del estruendo,
como el acento del resplandor
saturado
de la pupila viajera que en
el orbe sin queja
va
retozando en su fugaz recorrido sobre el
alborotado viento
descollante,
mientras tanto escucho una lágrima
rebullir
que fragmenta
la bramadora celosía de la
nada.
El giro amohinado se
transforma
en la adolescencia de la
colmena
y en el invierno de la
versión masculina,
se aclimata al gris canalla
de la bandera
crucificada por
su propia argumentación
equinoccial,
¡Hay algo más!
su altura liberadora de las
cosas crepita
en el espejo desdeñado de sus
labios;
una aureola salta solitaria
en el análisis lluvioso
del instante, traquetea de gozo entre la
hojarasca.
Una paz abatida de
humillaciones evoluciona
desde los antojos pectorales
de la marea,
que se atragantó de peces y
corales
hacia las orejas del empacho
de la fatigosa lontananza.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 4 de noviembre de 2022
Fragmentos de silencios nómadas sobre la mar
Fragmentos de silencios nómadas
sobre la mar
lógica dormilona y emoción
revesada de tiempo
incrustados en el idilio
turbado de las hojas.
Envenena la malicia a la
eternidad remendada,
apenas chispas de sollozos lamiéndose sonoramente.
Cálculos de una campana
inútil ya en la permanencia,
ostentando por manuales
orates de
cosquillas nacidas desde
ayer,
como la lengüetada vesical de
ave secular
en el hondo de átomos que
admira y lo mastica.
Arroyos enyesados de sed en
auxilio costilludo
vegetal sufriendo.
Humilde palanca que se turba
alrededor de
la silueta solitaria de los ojos.
Asombro de tobillos círculos
velámenes azotes.
Apaciguada perspectiva de la
inusitada ocurrencia
que ahorca de la vipérea
congoja cascaruda al cerebelo de los días.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 3 de noviembre de 2022
Una ninfa dialogante
Una ninfa dialogante se tragó
el tiempo
encopetado de manías
logarítmicas,
se tragó los más funestos
entendimientos de
las nebulosas sagradas de una
flor dudosa
y la eternidad multicolor
que jugaba con el destello
de la ilusión, redactaban sus
versos bufonescos
de tardes venenosas en
galopantes misterios
del dolor amniótico.
Los mares eran una disculpa
para obstaculizar
los problemas computacionales
de brújulas carismáticas
que custodiaban un engendro
óptico en sudorífica
comprensión.
Mientras tanto el párrafo
interrogaba sus vanas confesiones,
congelaba secretamente la
membrana de su imprudencia
donde debía caminar veinte
kilómetros hacia al más allá,
espolvoreaban pedazos de
crepúsculos cazando virgos
metapsíquicos, celestes que
añoraban su valor inexplicado en rumor
hadado, y nada se lamentaba
en esas constelaciones de alcanfor,
¡Oh dócil control de sospecha
letal!
¿Qué ninfa dialogante rasca
fracturado orgullo?
La fidelidad de un bullicio
que come con sus manos torpes es
la cabellera taciturna de ella
en requiebros de luna frígida astral.
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 2 de noviembre de 2022
Oh, mañanas del bombillo
Oh, mañanas del bombillo.
Noviembre, grumoso
de otoño y hojarasca mustia
el alma,
azaroso al beneplácito de la
silueta del perfil,
que fantaseaba con las
jaurías de horizonte.
Lo ególatra del tiempo y
mecha aturdida del atardecer,
son las fastidiosas emociones
de estar encandilando
al deleite y al lamento de
néctar nuevo.
Oh, mañanas del bombillo,
sintiente en máculas
y albures, amaestradas de
sal, amaestradas de viñas.
Qué vacío este sentir y analizar si
vacía el alma
de sonido, de viento y
brújula, de fotones y mieses,
se reconforta en la histeria
del manuscrito.
Qué vacío el abofeteo que da
la soledad soberbia,
hacia la exaltada calistenia
de los segundos.
Ivette Mendoza Fajardo
A la hora en que la fortaleza del ruido