Poemas Abstractos, Poesías, Poeta Nicaraguense Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz), Nicaragua, Managua América Central, sacuanjoche, Poemas Contemporaneos, Poemas

viernes, 4 de abril de 2025
Piruetas entre Espigas
Como el lavaojos del yugo, en su necedad,
Fugacidad en Golpe de Gorrión
Fugacidad del osciloscopio que peina un
ansia,
en la era paleolítica, lo remite la
costumbre
de su enredo cristalino, para echar
discursos sabios.
Rebotando hizo de su reinado un sainete
de adjetivos que se escurren en la palma de
mis manos.
Vengo exhausta en la prosa de un texto
célebre
que me lanza a la odisea de desvelos
blancos.
Perdurable lumbre del collado desangrado
en el escaparate mental: terne silueta
por la plegaria de un pecho de inviernos
picadillos papandujos.
Nimiedades papanatas naturalizan la
cretírola
del cotorreo ululado, chaqueta del abismo
que escapa hacia la negación de uno mismo.
Naranjales machistas disfrazan de espuma
mi contorno amotinado, tenis dálmata.
Zarnívora voz me roe la hexalúa,
y con gluséntrico silencio me mastico.
¡Dextrosa engallada en la gabardina
de un golpe de gorrión!
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 3 de abril de 2025
Remolino de la Sublimación del Miedo
La verdad se torna vencida por los árboles
que heredan
el sepulcro interminable de su gloria
afligida.
Inevitablemente muere como inmersa dentro
del castigo
ególatra de sus voces miserables;
en la fábula oculista va presa de terror
con el paráglifo educado
de la vidriera tardía, como tejiendo
ironías que espantan sombras
picaflores.
Vigas de ego en pinolillos revisores de su
yo dinamizado,
entre tantos intentos ya rebeldes, nos dice
que nos ama.
Para encontrarse maltrecho en la estela de
carabelas vivas.
Por eso en el despojo del alabastro
psicotrópico se
hace instantáneo por los dichos de su
subsistencia subjuntiva.
Chacal en cada contingencia de la realidad
que nunca dice
nada.
Se condensa en el esternón de matrices
grafitadas
en la infinitud de sus pausas cletas quedan
inmóviles
en cualquier momento.
Desde todo punto de vista, el río de neón
amaestrado
corta el alma con las navajas del horizonte
y acechan
en una larga cadena con pecados veniales
ante el cuerpo
azareado del delito. Partitura de minutos
eficaces
partiendo criptogramas de colores en un oro
tentativo.
¡Hay discordia suntuosa en cada remolino de
la sublimación
del miedo!
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 2 de abril de 2025
Soledad Fantasmal de Constelaciones Diurnas
Marqueta firme que elogia las mentiras
como riesgos de burlas y de penas en
convulsiones
desmesuradas.
Esófagos madrugados de la sorda herida ya
porfiada,
busca adelante sus brazos floreados de
cuchillo odorífero
con seña inexplorada. Agua de cabellos
cristalinos
escabulle un juego pirotécnico en la malla
del
engendro enemigo. Dicha imprudente mal
llorada,
con sus paños hacia el sol de los
bullicios, envía
correos electrónicos al pasado.
Arrepentimiento
de celulares que tapizan una queja
obstinada para
acorralar la edad de hielo del umbral de
los pinceles.
Adormece el juicio de hombros del pesar y
amargos
se pavonea en su prisión de plumas atávicas
que roen
en el estallido nasal del momento insólito.
Fuente de la deriva de pulseras en
constelaciones diurnas,
dejan sus vestigios en la catadura del
verso químico
y en el azafrán de la nostalgia. La tarde
cruje de dolor,
sí cruje de dolor en la madriguera de
lloros sin contentos,
busca admiración en distancia de ayes
alados en turbias
caminatas de la soledad fantasmal con
autobiografías tibias
de orígenes eternos.
Ivette Mendoza Fajardo
Colúbrido en la Circunferencia de la Vida
Con la manga saturnal del viento,
el sueño nervado es motorizado a prejuzgar;
pupilas quintaesénciales, sus costados se
atavían para palear
su viejo pragmatismo corpóreo.
Ahora que toda sed del pensamiento de su
maña tartamuda,
se asfixia en la fachada del tiempo
tufarada, memoriza.
Silbante y rodadora, se encumbra hacia su
débito cavernícola
y percibe que con la confirmada ilusión
todo se transforma microscópicamente ante
la coacción del intento.
Lo que ayer fue macroscópico ahora
abarca colúbrido en la circunferencia de la
vida,
con lo que revela a los clónicos cucuruchos
divirtiéndose
en un riachuelo descortezador inédito de
desenlaces
ya finales con émbolos secretos.
Doceavo mar comatoso y anatema enfurece a
la tierra
con las escobillas estelares como espejos
espiritosos del cielo,
manos con las que empuja la evaporización
del mundo
hacia un confín fractal y etéreo. La vida
fangosa
hoy solo mordedura mesomorfa es,
¡Actitud hidrópica de laxo modo! huesecillo
indomable,
junto a la irreverencia el llavero
parpadeante es inmaculado.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 1 de abril de 2025
Gárgolas en mi Sueño Lúcido
1982, mi hija emerge,
la vida se derrama en hemorragias sin fin.
El peso del cuerpo, ropa empapada en un
océano de fatiga,
mi regreso a casa—
un umbral entre mundos.
¿Era el sueño el que me vencía, o la muerte
susurrando?
F R Í O
atraviesa, de cintura a pies, un río
helado.
Intento moverme,
¿parálisis? ¿presagio?
¿o el despertar en otro plano?
—Y entonces—
Ellas llegan.
Dos gárgolas, opacas—más negras que la
noche,
ojos rubíes, brillantes suficientes para
cegar.
Sus colas, lanzas listas para sentenciar.
Trepan la ventana,
jalan una a la otra,
burlas y azotes,
"Antes no te llevamos… ahora sí."
Mis pies, su objetivo.
Lucha desesperada, más feroz de lo
imaginable,
las expulso
con fuerza desconocida.
Despierto, temblando,
el frío persiste.
¿Se han ido?
Todo se siente real, intenso, lúcido.
¿Están aún allí, esperando?
Grietas en el alma, grietas en la realidad.
Ivette Mendoza Fajardo
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